
Lo que acaba de ocurrir en Moscú es nada menos que una nueva Yalta, que, por cierto, está en Crimea. Pero a diferencia de la reunión trascendental del presidente estadounidense Franklin Roosevelt, el líder soviético Joseph Stalin y el primer ministro británico Winston Churchill en la Crimea dirigida por la URSS en 1945, esta es la primera vez en posiblemente cinco siglos