
La idea de que se entronice en el poder político la ultraderecha más abyecta de cuantas es posible, es el temor de gentes incluso cercanas a la candidata Jara. Resulta de un candor suicida escuchar a voceros de la candidata decir que quedan diez días para remontar los pronósticos. Y de una ingenuidad exuberante la decisión de ponerse rudos frente a la ultraderecha en














