Temo que esta columna no sea del agrado de muchos de mis lectores. Sin embargo, creo indispensable referirme a uno de los mayores despropósitos contra el estado general de la salud de los chilenos como son las celebraciones en el día de la Patria.
El “ caos orgánico” que padecemos hoy puede desorganizarse al punto de perder el sentido de orientación (confusión); puede llegar a oscurecer la perspectiva siempre abierta a un futuro (desesperanza), y todo esto puede llevar a la pérdida de la libertad.
Rita Segato dijo que ya no somos humanos, y ante quienes lo niegan responde que estamos viviendo “un quiebre de la fe, porque hoy la regla es el poder de muerte”.
La libertad puede ser tanto un regalo como una carga. Así lo advirtió Erich Fromm en su libro El miedo a la libertad, escrito en plena Segunda Guerra Mundial, cuando analizó cómo sociedades enteras, cansadas de la incertidumbre, cedieron su agencia a dictadores
Cada septiembre, desde hace un tiempo, se renueva la discusión sobre la pertinencia de las tradiciones patrias. Muchas de ellas, principalmente asociadas al uso de animales para actividades de esparcimiento.
Gracias a la denuncia en la Justicia que hizo el primero de los firmantes en su calidad de tenista, con el abogado Enzo Morales, hoy candidato a diputado, se conoció el especulativo negocio financiero de los directivos de este centenario Club de Tenis
El estadio de la Universidad Católica, recientemente remodelado y conocido como Claro Arena, emplazado en la parte alta de la comuna de Las Condes, incumple la seguridad contra incendios y por ende, pone en entredicho la seguridad de sus usuarios: deportistas y público en general que asiste a conciertos y eventos.
Si usted a menudo dice obscenidades, sufre de coprolalia. Se trata de una patología de moda en nuestro tiempo de elecciones, cuando el lenguaje cotidiano, carece de las palabras adecuadas, dirigidas a zaherir.
A pocos meses de un cambio de gobierno ya no tienen posibilidad las expresiones vanguardistas de atacar la lacra de la inseguridad resolviendo la injusticia, mitigando la pobreza y la flagrante inequidad social y cultural.
La pregunta que cursa es si el PC va a seguir soportando el ninguneo de quienes no tienen moral para nada y si podría soportar un gobierno de una de sus camaradas que los relegue al closet para que molesten lo menos posible. Es cierto que el PC corre un riesgo.