El resultado es un país donde los grandes poderes económicos financian candidatos, controlan la información y manipulan la conversación pública, mientras los ciudadanos creen estar decidiendo libremente.
En el último debate presidencial, Jeannette Jara hizo algo que pocos esperaban: se corrió del marco del oficialismo y se instaló fuera del debate tradicional. Lo hizo con una calma calculada, sin sobreactuaciones, pero con una claridad estratégica que la separó del gobierno del cual proviene.
Un documento de 1942 publicado en La Nación y recientemente reproducido por Democracia UDP menciona a un “Arturo Kast” como jefe de propaganda del partido nazi en Chile.
Ochenta años después, el apellido vuelve al centro de la política nacional: José Antonio Kast, hijo de un exmiembro del Partido Nacionalsocialista alemán, encarna hoy la versión más dura y conservadora de
Para entender su discurso y comprender sus objetivos es necesario conocer los principios de la propaganda de Goebbles, el Ministro de Propaganda de Hitler que ha tenido una gran influencia en Kast. Los aprendió de su padre que fue miembro del Partido Nazi hasta el final de la guerra, de su hermano Miguel Kast ex Ministro de Pinochet, de Jaime Guzmán y de la UDI que los
Hay un dogma en la religión, que dice: “Tres personas distintas y un solo Dios no más”. De inmediato, el acucioso y erudito lector, piensa en el trío formado por Kast, Káiser y Matthei. ¿Acaso se trata de un acertijo? Ellos cavilan en forma igual, tienen las mismas amistades y por tradición, comen chucrut familiar.
A pocas semanas de las elecciones, en medio del bombardeo de encuestas y propaganda, el análisis socioambiental ha quedado relegado del debate público. Sin embargo, como advierte Javier Arroyo Olea, integrante del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), es justamente en este terreno donde el programa de José Antonio Kast revela su mayor peligrosidad:
El crecimiento de Kaiser se alimenta directamente de los descensos de Kast, que se mantiene en torno al 23%, pero con una curva descendente. La competencia entre ambos no solo tensiona el pase al balotaje, sino que pone en riesgo la supremacía republicana en el bloque de la derecha radical.
La revelación surge en medio de la polémica desatada por la columna “Parásitos”, publicada en La Tercera, donde Valenzuela acusó al Estado de estar “podrido” por funcionarios que acceden a cargos a través del “pituto”.
¿Porqué es tan interesante para la ultraderecha desmantelar el Estado? Kast lo ha dicho. Porque les reducirá los impuestos a las grandes corporaciones, a los más ricos, al 1%. La retórica política señala que con menores impuestos hay más inversión privada, más crecimiento económico, más empleo, producción y consumo. La realidad económica dice lo contrario: más apropiación
El titular que circuló con fuerza fue el de una entrevista concedida por Matthei: “Me da miedo que Kast llegue a ser presidente”. Una frase que resume su giro discursivo en esta recta final y que condensa también las tensiones internas de la derecha chilena.