
Escoltados por monaguillos, por monigotes y por lógicas de matonaje, una patota de fariseos y sumos sacerdotes recalcitrantemente pinochetistas y negacionistas –vox dei para la secta del 20% del Rechazo- rasgan hoy vestiduras por unas metáforas de una canción infantil con que la institución que usted prestigia y dirige intenta visibilizar los derechos humanos