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Las grandes posibilidades de la fecundación in vitro

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Los tratamientos de reproducción asistida han aumentado de forma considerable en los últimos años en todo el mundo. Más de 8 millones de bebés han nacido mediante reproducción asistida desde que hace ya 40 años vino al mundo Louise Brown la primera bebé probeta. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 6 de cada 10 parejas en el mundo son infértiles. En Chile las tasas de infecundidad se han mantenido en alrededor de un 15%. Una cifra alta que se asocia al retraso de la maternidad más allá de los 37 años por motivos laborales.

 

 

La fecundación in vitro es una técnica de fertilización asistida que se utiliza cuando han fallado tratamientos previos como la inseminación artificial. También puede ser la solución a problemas de esterilidad derivados del factor masculino y el factor tubárico como las trompas de Falopio obstruidas entre otros. La fecundación in vitro es un gran avance y una oportunidad para aquellas parejas que no han tenido éxito con otros tratamientos de fertilidad previa.

 

Esta técnica de reproducción asistida consiste en la fecundación de los ovocitos por los espermatozoides fuera del cuerpo de la madre. El proceso implica la extracción de uno o varios ovocitos de los ovarios maternos, para permitir que sean fecundados por espermatozoides; proceso realizado en un laboratorio.

 

Una vez que se ha realizado el diagnóstico inicial, el equipo médico programa la estimulación ovárica y realiza el control endometrial para determinar el momento idóneo para realizar la fecundación in vitro(FIV). Un proceso sencillo y no muy largo pero que requiere que la pareja esté preparada médica y emocionalmente antes de comenzar el tratamiento.




 

Grandes avances en la fecundación in vitro

 

Las técnicas de fecundación in vitro no han dejado de avanzar desde su descubrimiento en la década de los ochenta. Por un lado, gracias a los últimos avances tecnológicos y, por otro, porque cada vez más parejas recurren a estas técnicas para poder concebir de forma natural. Esta técnica de reproducción asistida es una de las más solicitadas en la actualidad por numerosas parejas que ya lo han intentado sin éxito con otros tratamientos.

 

La fecundación in vitro se puede realizar con el semen de la pareja o de un donante. Esta técnica está recomendada con semen de la pareja en pacientes en los que han fallado tratamientos previos de baja complejidad como la inseminación artificial. También en mujeres con ausencia o lesión en las trompas de Falopio, con endometriosis avanzada o con un número limitado de ovocitos. Incluso para parejas que presentan un factor masculino severo.

 

Sin embargo, la fecundación in vitro con donación de semen está indicada en casos de factor masculino severo, con mala calidad espermática o de fallo previo de fecundación con semen de pareja. También cuando existe mala calidad embrionaria o repetidos fallos de implantación en los que se sospeche un factor masculino como causa principal, varones portadores de una enfermedad genética que no pueda ser estudiada en los embriones o mujeres sin pareja masculina.

 

El proceso de la fecundación in vitro

 

Para comenzar cualquier tratamiento de fertilidad es fundamental encontrar un centro médico especializado con experiencia contrastada. Antes de someterse al tratamiento el médico especialista en reproducción asistida debe revisar los antecedentes familiares de cada paciente, el índice de masa corporal y la reserva ovárica, entre otras variables. Una vez que se considera que el tratamiento es el adecuado se puede comenzar el proceso de fecundación in vitro.

 

El proceso consta de varias fases que comienzan con la estimulación ovárica controlada en la que se busca el desarrollo de varios folículos ováricos mediante una leve estimulación con el fin de aumentar el número de óvulos producidos. Este procedimiento es necesario ya que de forma natural solo se desarrolla un folículo y por lo tanto un óvulo en cada ciclo menstrual. La mujer debe auto administrarse unas inyecciones diariamente para estimular al ovario y producir un óvulo o dos de forma natural.

 

Una vez que se comprueba que los folículos han alcanzado el tamaño adecuado, se procede a la administración de hCG y se programa la fecha para llevar a cabo la fecundación. A continuación, se procede a seleccionar y concentrar los espermatozoides de mejor movilidad. Para ello se procesan las muestras en el laboratorio mediante técnicas de preparación seminal.

 

Luego se procede a realizar la fecundación de los óvulos, mediante técnica FIV convencional o Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI), técnica seguida de un cultivo para finalmente concluir el proceso con la introducción de los mejores embriones dentro del útero materno con la ayuda de una cánula especialmente diseñada para ello.

 

 

La fecundación in vitro puede ser una solución cuando han fallado otros tratamientos de reproducción asistida. Una oportunidad que muchas parejas no deben olvidar si quieren ser padres de forma natural. Elegir un centro especializado que cuente con médicos y psicólogos profesionales y con experiencia en fecundación in vitro es fundamental para que el proceso tenga el éxito deseado.

 

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