Crónicas de un país anormal

El enredo de la política italiana explicado paso a paso

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La Constitución italiana, que data de 1948, un año antes de la guerra fría, tuvo una importante participación del Partido Comunista italiano, que era el más poderoso de Europa y, a su vez, el más abierto al pensamiento occidental, bajo la influencia de Antonio Gramsci y de Palmiro Togliatti.

 

La idea central de la Constitución de 1948 era evitar el poder absoluto de cualquier líder o partido político, por consiguiente, el sistema electoral y de partidos políticos era muy útil para evitar que se repitiera la nefasta experiencia de Benito Mussolini – de ahí que las crisis  se sucedieran hasta darse, en promedio, un gobierno cada año -.

 

En la guerra fría el imperialismo norteamericano necesitaba un partido político que sirviera de barrera ante la eventualidad de que el Partido Comunista italiano llegara al poder y, para lograrlo, recurrió al Partido Demócrata Cristiano italiano, cuyo líder de entonces era Amintore Fanfani. En la Democracia Cristiana italiana siempre han existido varias fracciones: desde la derecha, de Comunión y Liberación, hasta los Cristianos de Izquierda. El partido democratacristiano italiano siempre privilegió la alianza con los socialistas de Bettino Craxi, salvo el  intento del Aldo Moro, (asesinado antes por las Brigadas Rojas) de aliarse con los comunistas.

 

La Democracia Cristiana y los socialistas desaparecieron  como partidos políticos a raíz del juicio de “las manos limpias” contra la corrupción reinante en la política.




 

Lejos de moralizar la judicialización  la política, se corrompió aún más: irrumpió  en el escenario Silvio Berlusconi y su Partido Forza Italia, que heredó de la Democracia Cristiana las relaciones con la mafia siciliana.

 

El Partido Demócrata Italiano tiene en sus filas a muchos ex democratacristianos, comunistas y socialistas. Uno de sus líderes, Mateo Renzi, se atrevió, como Primer Ministro, a convocar a un plebiscito a fin de que se pronunciara sobre la reforma de la Constitución de 1948; el eje de la idea era el barrer a los viejos dinosaurios de la política. Renzi fracasó en su intento, por consiguiente, se abrió el paso a partidos anti sistémicos. La Liga, liderada por Matteo Salvini, Forza Italia, de Berlusconi, y los fascistas del Frateli, que   en conjunto lograron tener mayoría en el Parlamento, con 265 diputados y 137 senadores, de un total de 630 diputados y 315 senadores. El otro Partido antisistema, Cinco Estrellas, era dirigido por el joven político Luigi Di Maio, cuyo fundador fue el cómico Beppe Grillo.

 

Ninguno de los Partidos contaba con la mayoría absoluta para formar gobierno, y durante varios, desde marzo a julio de 2018, Italia no tuvo gobierno constituido. Al final se produjo una alianza “contra natura” entre La Liga, de Salvini, y Cinco Estrellas, de Maio, y se nombró como Primer Ministro a Giuseppe Conti, un personaje ajeno a las dos combinaciones y con muy poca experiencia política. Las dos vicepresidencias y los Ministerios del Interior y de Desarrollo se repartieron entre ambos líderes de alianza: el Interior para Salvini, de La Liga, que prometía expulsar a 500 mil inmigrantes ilegales, y de Desarrollo para Di Maio, que se proponía rebajar el IVA,  e imponer su proyecto de “renta ciudadana”, consistente en dar a cada uno de los italianos la suma de 780 euros, condicionada a que el ciudadano buscara trabajo, y que se eliminaría si por tres veces rechazaba la oferta de empleo, de la respectiva Agencia.

 

Después de 14 meses de “convivencia” el matrimonio se quebró: la causa inmediata fue la construcción del ferrocarril de Torino a Lyon, considerada por Cinco Estrellas un gasto excesivo para un país con déficit del 130% del PIB.

 

El Movimiento Cinco Estrellas tiene una forma muy especial de funcionamiento: los ciudadanos, por medio de Internet y en una página llamada Rousseau, pueden aprobar o rechazar las políticas de la directiva, así como sobre la base de la democracia directa,  proponer proyectos de ley. En las Municipales este Partido había obtenido dos importantes municipalidades, Roma y Torino. Posteriormente, en las Elecciones Europeas, tuvo un significativo bajòn del 32% en las generales, al 17%.

 

El Partido Democrático, después de la aventura del plebiscito, de Mateo Renzi, estaba por los suelos, pero esta nueva oportunidad de alianza con Cinco Estrellas le ha permitido  una especie de resurrección.

 

Hacia unos días el Presidente de Italia, Sergio Mattarella, (ex democratacristiano), solicitó al Primer Ministro, Giuseppe Conti, que conformara gobierno, quedando condicionada a la aprobación de ambas Cámaras. El obstáculo no menor reside en que ambos Partidos van a consultar a sus bases, en los ciudadanos no están muy de acuerdo con este extraño matrimonio.

 

El gran perdedor en estas lides ha sido el líder de La Liga, Matteo Salvini, que provocó la censura a la espera de la disolución del Parlamento y del eventual triunfo de su Partido en las elecciones, (lo indican todas las encuestas, como también las últimas elecciones europeas), por consiguiente, quedó excluido y aislado, y tiene que conformarse como líder de la oposición.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

30/08/2019

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