Poder y Política

The Economist predice que tras la pandemia Chile comenzará la transición del neoliberalismo a la socialdemocracia

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En este artículo se tratará de analizar la íntima relación que existe entre el actual sistema de pensiones y la sobrevivencia del modelo neoliberal. La tesis central es que el colapso del sistema de pensiones llamado “contribuciones definidas” (CD) implementado por la elite neoliberal de los Estados Unidos, particularmente por las administraciones de los presidentes Ford y Reagan, será el factor determinante en la eventual destrucción de este modelo económico neoliberal. Se anticipa que esta catástrofe se iniciará a fines del año 2020. La causa principal de esta catástrofe económica será el hecho que millones de viejos estadounidenses descubrirán con horror que sus pensiones no cubren los enormes gastos médicos causados por la actual pandemia del covid-19. Por lo tanto, personas mayores de 72 años, se verán obligadas a vender simultáneamente los bonos y acciones que ellos aún tienen en sus fondos de pensión. Esta venta desesperada y simultánea hará que las bolsas de valores se desplomen en Estados Unidos y esto producirá la más grave crisis financiera que el mundo jamás haya experimentado.

Este artículo se inicia con una traducción al español de un artículo publicado el jueves 16 de julio de 2020, en la revista británica The Economist. Este artículo se centra en la crisis sanitaria y económica que actualmente está viviendo Chile. Aquí se señala los graves errores que ha cometido la administración del presidente Piñera y se proyecta que es probable que debido a estos errores, que Chile tenga un gobierno social demócrata a partir del año 2022. Este trabajo se concluye con un resumen muy apretado de la teoría predictiva de Robert Kiyosaki. Esta predicción señala que, para fines del año 2020, el mercado de valores de los Estados Unidos colapsará y esto creará la crisis económica más grande que el planeta ha tenido en los tiempos modernos. Se concluye indicando que si las predicciones de Kiyosaki resultan ciertas, el modelo económico que Chile tendrá después del año 2020, será mucho más a la izquierda que el modelo socialdemócrata predicho por The Economist.

La traducción del título del artículo del The Economist  sería: “El covid-19 acelera los cambios en el modelo económico de mercado de Chile. Bajo la presión de esta crisis sanitaria, el país caerá en la socialdemocracia” La traducción en referencia es la siguiente:

 

En una esquina del Bosque, una comuna muy pobre de Santiago, Dixa Contreras, sirve un plato de “porotos con rienda”  (es decir, frijoles con tallarines). Ella saca estos alimentos de una gran olla. Un niño recibe suficiente comida para una familia de cuatro personas enfermas y en casa, debido al coronavirus. La señora Contreras y 6 ayudantes, entregan 250 comidas diarias  gratis y también dan pan fresco día por medio para acompañar el té de la tarde. Toda esta comida es proporcionada por vecinos, tiendas locales, APES (una organización de caridad) y varios comerciantes de la feria libre cercana.




            Este tipo de ollas comunes han aparecido a lo largo de chile desde el inicio de la pandemia en marzo. Ellas no se veían desde la gran recesión de comienzos de los años 80, cuando Augusto Pinochet, el dictador, gobernaba el país.  Con la ayuda de las medidas pro mercado que Pinochet introdujo en Chile, la economía creció rápidamente, después que el dictador dejó el poder en 1990. Aunque últimamente el crecimiento ha disminuido significativamente, estas medidas le dieron al sector privado un muy grande e importante papel en la entrega de pensiones, educación y salud. La tasa de la pobreza cayó de 45 por ciento de mediados de los años 80 a solo el 8.6 por ciento en el año 2017. Todo esto de acuerdo al informe socioeconómico bianual del gobierno. En los años después de Pinochet, Chile ganó una sólida reputación de buen manejo económico, niveles bajos de corrupción e instituciones estables.

            Pero aún antes del covid-19, la reputación de Chile sufrió un grande y profundo golpe. Las pensiones (que son solo producto de los ahorros de los pensionados) resultaron ser mucho más bajas de lo que casi todos esperaban cuando este esquema fue introducido en 1980. * Además de toda esta calamidad los chilenos acomodados obtenían mucha mejor educación que los pobres. Fue así como enormes, masivas y a veces violentas demostraciones contra la desigualdad se iniciaron en octubre del año pasado. Ellas solo se disiparon cuando se inició la pandemia. Estas enormes manifestaciones forzaron a Sebastián Piñera, la presidente de centro derecha, a prometer más gasto social y un referéndum a celebrarse el próximo octubre. Este referéndum decidiría si se escribía una nueva constitución ya que la actual está basada en lo que Pinochet dejó al país. “Hay consenso en que el estado debe dar mejores servicios públicos” esto lo dijo Rodrigo Vergara, ex jefe del Banco central.  La pandemia y la enorme intervención estatal que ella ha provocado es probable que acelere drásticamente una evolución hacia la socialdemocracia, la cual ya se había previamente iniciado.

            La forma como el gobierno ha enfrentado la pandemia es mixta. Como proporción de su población, los 321,205 contagiados y los 7186 muertos están entre los más altos del mundo. En vez de poner rápidamente en cuarentena  a todo el país, el gobierno sólo aisló las áreas más afectadas por el covid-19. Además empezó a indicar que se volvería a una nueva normalidad a mediados de abril, antes que la infección llegara a su cúspide. El gobierno sólo impuso cuarentena total en la capital (donde vive un tercio de la población, solamente el 15 de mayo pasado). “Esta es una muy rara historia” esto lo dijo Eduardo Engel director del Centro de Pensamiento llamado “Espacio público”. El gobierno trató de mitigar estos errores intensificando el testeo (esta es una razón de porqué los casos son tan abultados). También ha decidido aumentar el número de ventiladores y el número de camas de tratamiento intensivo. Al fin, la cuarentena de la capital, seguida por otras medidas restrictivas en otras áreas en  cuarentena ha, al menos empezado ya, a reducir el número de infectados a nivel nacional.

            El gobierno espera que el producto interno bruto se contraiga en un 6.5 por ciento este año. Esta será la más grande contracción desde la gravísima recesión del año 1982-83. (Aunque todo esto es menor que el promedio que se espera para toda la región latinoamericana). La tasa de desempleo de marzo a mayo llegó al 11.2 por ciento. Esta es la tasa más alta desde que se empezó a calcular en el año 2010. La tasa de pobreza es probable que llegue al 15 por ciento este año. Esto lo dijo Dante Contreras, un economista de la Universidad de Chile. La existencia de barrios sobre poblados, hogares con hacinamiento y la necesidad de usar el transporte público, facilitó enormemente la propagación del covid-19 entre los pobres en Chile. El ministro de salud, Jaime Mañalich confesó en mayo que él no conocía el grado de pobreza y apelotonamiento que existía en partes de Santiago. Esto hizo que el gobierno reconociera su ignorancia. Posteriormente el ministro renunció.

            El gobierno ha sido incapaz de proteger a los chilenos del desastre económico provocado por el covid-19. Se ha actuado tardíamente. Las medidas tomadas, aunque han sido muchas, no han cubierto las necesidades reales. La mala reacción del gobierno podría causar así una respuesta que vaya en dirección opuesta a las ideas del gobierno. El primer paquete que trataba de proteger el empleo, los negocios pequeños y a los pobres, fue introducido en marzo y por un valor de 17 billones de dólares, cerca del 7 por ciento del producto. (Algunos de estos apoyos en forma de préstamos de tal modo que no cuentan como gasto estatal). Esto incluye un esquema que le permite a los trabajadores cesantes obtener seguro de desempleo (mientras mantienen sus puestos de trabajo). Además reciben dinero constante y cajas de comida para los más pobres. No obstante todo este apoyo ofrecido es menor que el que se da normalmente a las personas que están bajo la línea de la pobreza. Como consecuencia de todo esto, las protestas explotaron en los barrios pobres. Activistas sofisticados proyectaron la palabra “hambre” en la torre de la telefónica de Santiago. Bajo intensa presión, el gobierno alcanzó un acuerdo con los partidos de la oposición el 14 de junio pasado donde se acordaba gastar 12 billones de dólares extra en dos años.

            Todo esto fue seguido por un paquete de 1.5 billones de dólares para la clase media. Este paquete incluye aplazamiento por gastos en compra de casas y cero interés para préstamos para compra de habitación. No obstante los chilenos de clase media están sumamente enojados al descubrir que una gran cantidad de la ayuda tomó la forma de préstamos. Para pacificarlos, el 14 de julio ofreció otras medidas pacificadoras. Se ofreció dar 632 dólares al contado para ex trabajadores  que han sufrido una pérdida en su ingreso. Los gobiernos después de Pinochet, han tratado de tener bajos déficits presupuestarios. Este año el gobierno espera un déficit de 9.6 por ciento del producto bruto; o sea, el nivel más alto en 50 años. Los gastos gubernamentales han saltado del 24 por ciento del producto en 2014 al 30 por ciento este año.

            Si Piñera consigue lo que quiere, los gastos podrían bajar. Pero su periodo termina a principios del año 2022.  Las protestas y la pandemia lo han debilitado enormemente. Por todo esto el rol del gobierno será determinado por su sucesor y si los chilenos lo aprueban, por una asamblea constituyente que lo podría cambiar todo. Llamadas a un Estado mucho más activo e interventor por parte de la izquierda chilena, ahora también son respaldadas por políticos de derecha, tales como Joaquín Lavín, el alcalde de una comuna próspera de Santiago. Este político puede ser el próximo presidente. Estos derechistas concuerdan en su apoyo a beneficios sociales tales como casas baratas y así ellos suenan más como demócrata cristianos europeos que como neoliberales. Hay un gran acuerdo que los impuestos a la población acomodada deben subir al menos a un 20 por ciento del producto. Ya en respuesta a las protestas del año pasado, el gobierno subió el impuesto a los más ricos. El nuevo ministro de salud, Enrique Paris, es un tecnócrata partidario de poner tope al lucro de las isapres, aún cuando esto no es política gubernamental.

            La enorme rabia popular crea ideas aún más radicales. La rebelión a la primera versión del paquete de ayuda a la clase media, creó una nueva propuesta en el congreso nacional. Esta les permitirá a los chilenos retirar hasta el 10 por ciento de los ahorros depositados en sus respectivas cuentas de pensión y esto con el objeto de ayudar en los gastos de la pandemia. Esto reducirá las futuras pensiones (que ya se consideran miserables). También hay muchas probabilidades de que todo esto fuerce al gobierno a abrir un nuevo hoyo fiscal que costaría 16.5 billones de dólares.

            De esta manera, si esta nueva ley se aprueba, ella debilitará gravemente una institución central del modelo chileno. Lo que es más grave, algunos miembros de la coalición de Piñera se juntaron con la oposición y la fortalecieron enormemente. El dinero extra para los ex trabajadores formales (632 dólares) era el camino para reconquistarlos. También fue la promesa de Piñera de hacer una cirugía mayor al sistema de pensiones. Pero está claro que esto no está resultando. El 15 de julio la cámara de diputados aprobó el proyecto y lo envió al senado. Este radicalismo crea un inmenso riesgo. La inmensa mayoría de los chilenos están de acuerdo con que el Estado actúe para reducir la desigualdad y apoyar a los más pobres. Pero esta rabia también puede crear apoyo para políticos populistas que eventualmente harían al país más pobre. El éxito de la reinvención chilena “dependerá de que si el sistema político es capaz de poner límites”. Esto lo dijo el señor Vergara. El próximo grupo de líderes chilenos tendrían que hacerlo mucho mejor que los actuales.

 

            No obstante todo lo anterior, el artículo de The Economist no toma en cuenta una variable externa de suma importancia. Para los últimos meses del año 2020 se ha pronosticado por académicos estadounidenses una catastrófica depresión en Estados Unidos y en el resto de países desarrollados. Esta catástrofe económica, mucho peor que la del año 1929, será provocada por el agudo problema de las jubilaciones en Estados Unidos. En efecto, para finales del año 2020 más de 150 millones de estadounidenses se verán obligados a vender rápido y masivamente los bonos y las acciones que ellos aún tienen en sus fondos de pensiones. Estas son las llamadas pensiones de aportes definidos (Defined Contributions DC) este es el nuevo sistema de pensiones que reemplazó al viejo sistema llamado Beneficios Definidos (DB). En este sistema de beneficios definidos, los jubilados sabían de antemano cual iba a ser la cantidad de dólares que recibirían en sus cheques mensuales de jubilación. Este viejo sistema de jubilaciones justas y adecuadas, se inició en la administración del presidente Franklin Delano Roosevelt en los años 30 del siglo XX. No obstante, este sistema se cambió drásticamente durante la administración Ford de 1974 con la ley ERISA. Luego, este cambio se consolidó durante la administración del presidente Reagan  en 1986 (Tax Reform Act) de 1986. Este nuevo sistema eliminó la contribución del Estado y de los patrones al fondo de pensiones.  Las nuevas jubilaciones (DC) funcionan sólo con los aportes mensuales del trabajador. Estos aportes están libres de impuestos por toda la vida activa del trabajador; pero estos impuestos deben pagarse al Estado a partir de los 72 años del trabajador en referencia. En el año 2016 empezaron a pagarse estos impuestos cuando solo unos pocos de jubilados cumplieron 72 años. Pero para fines del año 2019 había más de 50 millones de jubilados con 72 años cumplidos. Todos ellos están hoy día con enormes deudas a causa de los gastos en salud relacionados con el coronavirus. La única manera de pagar dichas deudas se hará vendiendo los bonos y acciones que ellos todavía tienen en sus fondos de pensiones.  Para fines del año 2020 probablemente se producirá esta venta masiva de bonos y acciones de parte de los viejos estadounidenses. A causa de esto la bolsa de valores se desplomará y esto creará una crisis bursátil peor que la que el planeta sufrió en 1929. Los detalles de esta catástrofe de finales del año 2020 están descritos y explicados en el libro de los profesores Robet T. Kiyosaki y Sharon L. Lechter y titulado Prophesy (Why the biggest stock market crash in history is still coming and how you can prepare yourself and profit from it) este libro fue publicado por Warner Books en Nueva York el año 2002. Ver particularmente páginas 42-43.  La traducción parcial de estas dos páginas es la siguiente.

El problema está en que hay muchos de su generación que no contribuyen en nada a sus respectivos planes de retiro. Muy pocos están conscientes de cuan riesgosos son las acciones, los bonos y los fondos mutuos. Los fondos mutuos pueden caer todo el camino a 0 en una crisis de mercado. Los fondos de retiro DC no son seguros y por lo tanto el santuario de retiro está en grave riesgo. Una vez que su generación se de cuenta de eso ellos empezarán a retirarse masivamente del mercado … el pánico se extenderá por todos lados y el mercado colapsará. El colapso bursátil será el más grande de todos los tiempos. El problema central es el que muchos inversores no capacitados están entrando en el mercado y son estos inversores amateur los que son el problema  … Este es un problema mucho más grave que los problemas y otras fallas de la reforma de las pensiones. Es por esto que yo predigo que la mayor parte de su generación se enfrentará al mundo real  … Es decir, al mundo que hay que enfrentar hoy en día. Yo diría que al menos un 80 por ciento de su generación no tendrán suficiente dinero para retirarse y así millones estarán sin dinero y tampoco tendrán el apoyo de nadie después del año 2020. El gobierno de estados Unidos no será capaz de apoyar a 150 millones de personas que necesitan urgente apoyo gubernamental para cubrir gastos de todo tipo, especialmente gastos médicos. Esta muchedumbre comprenderá como se ha dicho antes, 150 millones porque aún habrá miembros de la generación anterior que necesitan urgente apoyo. También habrá millones de migrantes y millones de pobres que también necesitarán apoyo gubernamental.

 

  1. Por Fernando Duque Ph. D

Cientista Político

Puerto Montt, 18 de julio de 2020

 

Está más que claro que si la catástrofe pronosticada por Kiyosaki en los Estados Unidos se produce, ella creará una gigantesca crisis global mucho peor que la del año 29 del siglo XX. Si esto es así, el modelo que Chile adopte en el año 2022 tendrá que ser más parecido al modelo de China actual que al modelo que tiene en mente el autor del artículo de el The Economist.

*  En los países desarrollados, el sistema antiguo de pensiones (DB) -hasta antes de 1974 aproximadamente- recibía contribuciones iguales y tripartitas, es decir, del empleado, el Estado y el empleador.

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