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El fideicomiso tuerto y mudo de Sebastián Piñera: del Banco de Talca al casino Enjoy

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Desde los delitos cometidos contra el Banco de Talca hasta el caso reciente  de los Casinos Enjoy, Piñera abusa del poder y delinque, tal como su ritmo de respiración. Si un día la pseudo-democracia chilena exigiera probidad a las autoridades que aspiran al poder el Estado chileno dejaría de existir pues, en este país, gobernar es sinónimo de robar, y el político que no lo hace es como el “Cándido” de Voltaire, que sigue creyendo que la política es un servicio a la ciudadanía, cuando en la realidad se trata de robar y abusar de los ingenuos más desposeídos que aún creen que la democracia existe en Chile.

El Presidente Piñera, al menos, tiene la franqueza de preferir el enriquecimiento propio, el de su familia y de sus amigos, los más ricos de Chile, al de cumplir con el mandato constitucional de probidad en el quehacer político.

El rector de la Universidad Diego Portales y columnista de El Mercurio, que suele mezclar la política con el psicoanálisis, y a veces recurre al “imperativo categórico” de Emmanuel Kant, debiera escribir una columna sobre la pulsión irrefrenable del apego del Presidente actual a seguir enriqueciéndose sin límites, y no es que sea inmoral su actuar, sino que es amoral, (podríamos llamarlo un nihilismo, pues cree que el dinero y los negocio constituyen el único móvil de la existencia humana).

Los corruptos y ladrones de “cuello y corbata” que dominan la política chilena saben bien que jamás pagarán sus delitos con penas de cárcel, (si alguno de estos personajes es conducido a los Tribunales de Justicia, el Estado cubrirá los costes de la causa y, además, el pago de los penalistas más famosos de Chile, y los más afortunados serán enviados a la universidad, de su propiedad, a seguir clases de “ética”, donde aprenderán técnicas de engaño, cada vez más sofisticadas).




El Presidente Piñera tuvo una educación cristiana, en el Colegio Verbo Divino, y su padre, don Pepe, fue falangista, y su madre, una católica practicante, de colegio de monjas. En estos colegios se valora el sentido de familia, y Piñera lo tiene en ´grado heroico´, (como le gustaba decir al historiador Francisco Antonio Encina), razón por la cual se ha preocupada en extremo para que sus hijos y nietos aprendan a hacer negocios, sin importar si bordean los límites de la legalidad y de la moral.

Los derechistas, aunque roban, tienen algún sentido de la vergüenza,  e insistieron a Piñera, cuando era candidato a la presidencia de la república, que se deshiciera de sus acciones en las diversas empresas, sobre todo, las más visibles y escandalosas, (Colo Colo, Chilevisión,  LAN Chile, ´empresa aérea de sus amigos Cueto, que ya tenía cuitas con la justicia argentina´, entre otras).

Sebastián Piñera no hace distinción entre los negocios y la política y, como no tiene un pelo de tonto, siguió el consejo de sus amigos derechistas al someter sus inversiones y capitales a un fideicomiso ciego, es decir, que su cuantiosa sería administrada por empresas de amigos, entre ellas BTG Actíval; ASSED, Manegemant.

El fideicomiso en un país civilizado y probo supone que el dueño del dinero debe ignorar lo que hacen las empresas fiduciarias, pero Chile es un país dominado por una oligarquía de parientes y amigos, que no tienen por qué guardar secretos frente a sus familias y amigos, pues entre la ley y el amor, hacen predominar el amor.

Las empresas fiduciarias invierten en aquellas que son dirigidas por amigos directos del Presidente Piñera. Enjoy, empresa dueña de varios Casinos, propiedad de Antonio Martínez, quien es un gran amigo del Presidente, estaba a punto de arruinarse, y tenía que pagar unas boletas de garantía, pero carecía del dinero para cubrir la deuda y, como  en Chile, la separación de poderes es, francamente, un chiste, en consecuencia el Presidente-monarca tiene la facultad para firmar Decretos, con su poder muy superior al de los reyes de derecho divino. Asustado ante el peligro de perder dinero debido a la ruina de los Enjoy, firmó el Decreto No. 77, por el cual postergaba el pago de las boletas de garantía y, de esta manera, salvaba  su dinero y el de su amigo, Antonio Martínez.

En la democracia chilena la palabra fiscalización está ausente: durante los gobiernos de los radicales, el Presidente Juan Antonio Ríos creó la Contraloría, entidad que debe fiscalizar los actos del Estado y tomar razón de los Decretos, y cuando el Contralor  no cumple con su deber, (caso Mendoza), la ilegalidad y el autoritarismo del Presidente de la República predomina sobre el control), pero cuando es incorruptible, (el caso del actual Contralor, Bermúdez), el Presidente se ve impedido de ejercer el poder total, que le confiere la Constitución dictatorial, de Augusto Pinochet,  y refrendada por Ricardo Lagos, socialista, pero el mejor Presidente de la derecha.

Otros de los entes fiscalizadores lo constituyen las Superintendencias, cuyos directores son nominados por el Presidente de turno. En general, tienen una relación muy amable y condescendiente con los fiscalizados, y muy dura y cruel con los ciudadanos que exigen justicia. El Superintendente de Seguridad Social, por ejemplo, es un defensor de las AFP en vez de fiscalizarlas. (La mayoría de estos funcionarios, al cese de su mandato y cambio de Presidente de la República, pasan a ser miembros de los Directorios de los que antes ´fiscalizaban´ ).

En apariencia, la Cámara de Diputados cuenta con facultades fiscalizadoras, (Comisiones investigadoras, interpelaciones y acusaciones constitucionales, pero sólo estas últimas son vinculantes y efectivas) y, a mi modo de ver, la mayoría de congresales no cumple con su deber fiscalizador.

El caso Enjoy ya tiene un Informe, emitido por una comisión investigadora, y se ha pedido la renuncia de la superintendente, Vivien Villagrán quien, como de costumbre, no cumple las funciones propias de su cargo. (Solo  El rey de los huevones cree que en Chile existe la democracia).

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

27/03/2021



Historiador y cronista

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  1. Sergio Avelino Carrillo López says:

    Lo voy a repetir y lo diré hasta el cansancio. Los verdaderos historiadores, no los «historiadores convenidos» tendrán que dar cuenta de Sebastián Piñera, ladrón del Banco de Talca a Presidente de Chile. Tendrán que hacer referencias a las declaraciones de la que fuera Ministra de Justicia del «dictador», Mónica Madariaga que gracias a su intervención lo dejan libre, ya que estaba declarado reo. «Declarado reo no por lindo» como lo ha dicho el senador Ossandón. Si en «dictadura» se hicieron las sinvergüenzuras más grandes en el área de la economía, este representante de los ladrones de cuello y corbata lo hace en esta supuesta democracia. Hoy es evidente que muchos de los candidatos a la Constituyente se la juegan para redactar sus privilegios, algunos, que no pasan más de cincuenta son dignos de estar allí en algo que la clase política rayó la cancha desde la propuesta cuando este gobierno estaba prácticamente inmóvil, solo los fanáticos boludos insisten que todo era orquestado. Duro es pelear contra la IGNORANCIA y el FANATISMO. Más aún en esta sociedad que está enferma y es tan mortal como el Covid.

  2. Gino Vallega says:

    Directo y al «callo»….y a quien le importa , si la corrupción es ley de la república y no sancionada por la «judicatura» ó Partido Judicial , siempre adepto al gobierno de turno……….no , supremes ?

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