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La falsa cara de algunos candidatos y candidatas independientes: dime con quién andas y te diré quién eres

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Hoy cuando estamos viviendo un proceso constituyente histórico –a pocos días de las elecciones– es importante reflexionar sobre el supuesto “independentismo” de algunos y sobre aspectos que muchas veces, por ser tan repetidos, los damos por sabidos. Por ejemplo ¿todos los candidatos que se autodenominan independientes quieren cambiar efectivamente la Constitución y el modelo económico y político? ¿Puede existir independencia política aceptando aportes de los grandes poderes económicos que mantienen el sistema de desigualdad en Chile? ¿Cualquier tipo de apoyo sirve para ganar adeptos y votos?

¿Existe posibilidad de igualdad de condiciones para estas elecciones?

Respecto del concepto de independiente, es necesario aclararlo. Cuando hablamos de independientes no nos referimos a personas insípidas y sin definición, al estilo de “nunca quedas mal con nadie”. No, definitivamente no. Cuando hablamos de independientes estamos hablando de personas sin militancia partidaria, pero con claras definiciones sobre diversos temas. Ese es el caso de los y las candidatas de la Lista de la Asamblea Constituyente de Atacama (en adelante, ACA), personas mandatadas a representar un programa político colectivo transformador del modelo, construido desde abajo y desde dentro del pueblo. Esta es claramente una posición política definida y una militancia social establecida con un compromiso. La ACA no está a las órdenes ni al servicio de ningún grupo o caudillo, por conocido y poderoso que este sea. Los y las candidatas de la ACA se deben y obedecen solo a la asamblea popular, pluralista, diversa y ciudadana que los mandata.

Ciertamente, además, no todas las candidaturas independientes son transformadoras ni pretenden cambiar el modelo actual. Bajo la capa de independientes se esconden diversas falsas caretas de intereses políticos y económicos que, ante la profunda deslegitimación de los partidos políticos tradicionales, ven en los independientes una nueva forma de apropiarse del cambio prometido para estancar cualquier esperanza y proceso transformador. En efecto, en las listas constituyentes ligadas a la derecha y a la exconcertación encontramos variopintas candidaturas “independientes por partidos políticos” que defienden abiertamente programas conservadores y centralistas financiados por los grandes grupos económicos.




En materia de aportes, en el caso de las listas realmente independientes (no al amparo de partidos políticos), como la ACA, lo que entrega el Servel son sumas ínfimas. Hasta el momento, la ACA suma donaciones de amigos, compañeros y familiares (no Servel) por aproximadamente

$1.140.000 de pesos. Pero no todos los y las independientes carecen de recursos para sus campañas, ni sus donantes son ciudadanos “comunes”. Un ejemplo de aquello lo representa Miriam Henríquez Viñas, candidata de Independientes No Neutrales por el Distrito 4, que recibió un aporte de $1.000.000 (un millón de pesos) del empresario Jorge Bernardo Matte-Larraín, actual presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA)1 y una de las fortunas más cuantiosas de Chile. Ante esto cabe preguntarse qué es lo que podría defender en la Convención Constitucional una candidata que recibe tamaña suma de un empresario dueño de las principales fortunas del país. Vale la pena revisar los aportes legales que reciben los y las candidatas, que son públicos y

están disponibles en la página del SERVEL, para comprobar que no existe igualdad de condiciones y que la cancha perjudica bastante a las y los verdaderos independientes.

 

Por otro lado, los apoyos a las candidaturas independientes no dan lo mismo. Cuando un candidato acepta el respaldo de una persona en forma incondicional con ello también secunda el actuar político y las características de esa persona. Por ejemplo, cuando Mario Maturana Claro – exrector de la Universidad de Atacama en Dictadura y exfiscal regional– actual candidato a constituyente por el Distrito 4 por la lista de Independientes No Neutrales, exhibe con orgullo el apoyo del exgobernador UDI de Copiapó, Manuel Corrales –quien en 2019 se vio obligado renunciar a su cargo por frases que denostaban a la mujer– no solo está comulgando con la posición política de esta persona, sino que, además, acepta sus acciones, las cuales, como es de público conocimiento, están reñidas con el trato digno hacia la mujer.

A estas alturas es interesante preguntarse si en realidad existen los independientes no neutrales. Esta Lista está inscrita a nivel nacional y cuenta con seis candidatos en el Distrito 4; sus principales candidaturas fueron definidas desde Santiago. Su programa político no cuenta con bases sociales ni representatividad en nuestro territorio y, además, posee nexos estrechos con figuras de alto poder económico y político que representan al sector social que rechaza cambios constitucionales y que, a lo más, aprueba cambios mínimos de maquillaje, sin transformaciones profundas.

Otra pregunta que cabe hacerse en este contexto es si todas las candidaturas están en igualdad de condiciones para competir en cuanto a recursos económicos y acceso y producción de información. La respuesta rotunda es NO. Las listas de distintos partidos políticos no solo cuentan con el aporte económico de cada tienda (bastante cuantioso), sino que, además, descansan en la infraestructura, los medios, los contactos y el personal de cada partido, recursos financiados por el propio Estado (es decir, por todos nosotros como contribuyentes) y por cuantiosas donaciones realizadas por empresarios y figuras de gran poder. Por lo tanto, las alternativas independientes como la ACA tienen un doble valor político en su independencia real de intereses económicos y políticos de quienes no quieren perder sus privilegios y comodidades impuestos a sangre y fuego por este sistema de muerte.

La ACA y sus candidaturas tienen una propuesta popular realmente independiente, transparente y políticamente situada contra el modelo neoliberal y su sistema político y social subyacente. No solo estamos por la recuperación del agua para los pueblos y la naturaleza, sino que por el fin de la acumulación capitalista de los derechos de propiedad y el negocio millonario del agua como bien transable en el mercado. No solo queremos una descentralización para nuestro país, sino que impulsamos el derecho a tomar decisiones propias en materia política, económica y administrativa y una democratización radical con mecanismos como parlamentos regionales, referéndums revocatorios, iniciativas populares de ley, presupuestos comunales y regionales vinculantes para la ciudadanía, consultas vinculantes y fortalecimiento de los gobiernos locales de tipo comunitario.

En resumen, reafirmamos nuestra naturaleza de proyecto político popular y ciudadano, con ideas y posiciones políticas claras, independientes con militancia social y sin relaciones empresariales. Por ello, solo respondemos y acatamos el MANDATO POPULAR de nuestras asambleas ciudadanas, gremiales y territoriales, que son abiertas, diversas, democráticas y transparentes. Proponemos una Constitución que nazca de la soberanía popular, es decir, directamente del pueblo.

 

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