Boric anoche le recordó a Kast los hechos de Paine, que involucran a su familia en la feroz represión tras el golpe de estado

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«Hay muchas cosas que se dicen de tí y tu familia. Yo no voy a ocupar esos rumores de redes sociales para tratar de tocar tu candidatura, por ejemplo, sobre los hechos de Paine. Me parece que hay que ser un poquito más serio en estas cosas», le dijo anoche Gabriel Boric a José Antonio Kast en uno de los más tensos momentos del debate de Anatel.

Para llegar a ese instante, Kast insistía en aspectos antiguos y ya ampliamente comentados.  Con abierta ironía, le dijo a Boric: «Quiero valorar tu evolución. Pero una cosa es cambiar de opinión en políticas públicas y otra es cambiar de convicciones. Tú te demoraste nueve años en reconocer una situación lamentable de acoso, te demoraste meses en reconocer que te habías reunido en forma secreta con el asesino de Jaime Guzmán en París».

Al respecto, Boric señaló que «no se puede instrumentalizar a las mujeres para una causa en la que, más encima, no crees. Las mujeres de Chile tienen claro lo que tú representas, la amenaza y el peligro que representas para ellas, sus derechos y sus avances».

«Yo jamás he acosado a nadie. Yo hablé con la misma persona involucrada y ella no está disponible para que utilices un caso de estas características», sostuvo.

Los hechos de Paine no son un rumor de las redes sociales. Existieron y son una realidad documentada porque ocurrieron tras el golpe de estado.

Hace unas semanas en este mismo portal web, el renombrado economista Gabriel Palma recordó la vinculación de la familia Kast es unos de los sucesos ocurridos en la localidad de Paine.

Pedro Vargas fue detenido en la vía pública dos días después del golpe, frente a muchos testigos, y luego llevado a la Sub-Comisaría del sector, donde fue torturado en forma brutal y luego asesinado ― pasando a ser uno de los tantos detenidos desaparecidos.  En reiteradas ocasiones la familia Vargas Barrientos ha dicho que la razón de su detención fue porque, como empleado del restaurante de su familia, había intentado organizar a los trabajadores alegando que la administración se quedaba con las propinas que dejaban los clientes ― incluso las que la ley de esa época determinaba como obligatorias.  Ver publicación relacionada.  (Ver el libro del periodista Javier Rebolledo, A la sombra de los cuervos. Los cómplices civiles de la dictadura, Ceibo Ediciones, 2015).

Testigos confirman la presencia de un hermano de Kast en la Sub-Comisaría en cuestión cuando Pedro Vargas agonizaba en medio de torturas que hasta hoy son inimaginables. Su hermano también reconoció que agentes de la represión se movilizaban en vehículos de la empresa de su familia (Declaración judicial de Christian Kast Rist, 25 de abril de 2003. Causa Paine. Fojas 5.979 del tomo XVIII). Y un sobreviviente ha declarado que su hermano Christian estaba entre los civiles que lo golpearon repetidamente cuando estaba preso en la Sub Comisaría (libro ya citado).

LOS HECHOS DE PAINE

Carta abierta a José Antonio Kast sobre las violaciones a los derechos humanos en Paine

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