Política Global Medio Ambiente

ONU insta a un tratado para abordar la «marea plástica»

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Expertos en derechos humanos de la ONU[1] instaron este martes a la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA), el organismo de toma de decisiones de más alto nivel del mundo sobre el medio ambiente, a abordar la creciente marea de plásticos e iniciar negociaciones internacionales sobre un nuevo acuerdo vinculante.

 

“Los plásticos son una amenaza global para los derechos humanos, incluidos no solo el derecho a un medio ambiente sano, sino también los derechos a la vida, la salud, la alimentación, el agua y un nivel de vida adecuado”, dijo Marcos Orellana, Relator Especial sobre tóxicos y derechos humanos.

“Para mantener nuestro planeta habitable, la UNEA debe cumplir su función catalizadora y poner en marcha las negociaciones hacia un acuerdo legalmente vinculante sobre los plásticos”, agregó David Boyd, relator especial sobre derechos humanos y medio ambiente, antes de la reunión bienal de los 193 miembros de la ONU. Unidos del 28 de febrero al 2 de marzo.

Los expertos independientes, designados por el Consejo de Derechos Humanos, expresaron su alarma por la grave intoxicación del planeta. “En un momento en que la evidencia científica apunta a que la humanidad ha superado varios límites planetarios, incluido el límite seguro para productos químicos y desechos, la UNEA tiene la oportunidad, e incluso la responsabilidad, de tomar medidas audaces para revertir el curso autodestructivo de la humanidad”, dijeron.




En 2021, el Consejo de Derechos Humanos reconoció que toda persona tiene derecho a vivir en un ambiente limpio, saludable y sostenible, dijeron los expertos, y esto incluye el derecho a ambientes libres de tóxicos donde las personas puedan vivir, trabajar, estudiar y jugar de manera segura.

“Sin embargo, algunas comunidades sufren injusticias ambientales donde la exposición a la contaminación y las sustancias tóxicas es tan extrema que se las describe como ‘zonas de sacrificio’”, dijeron. “Dada la trayectoria de la humanidad en materia de tóxicos, cambio climático y pérdida de biodiversidad, el planeta corre el riesgo de convertirse en una zona de sacrificio humano”.

Orellana y Boyd dijeron que la crisis mundial de los plásticos no se trata solo de desechos. “Cada etapa del ciclo de los plásticos tiene impactos directos y adversos en el disfrute de los derechos humanos”, dijeron.

“Esto incluye la extracción y el transporte de combustibles fósiles que se utilizan para fabricar plástico virgen; la liberación de sustancias peligrosas durante la producción de plásticos que afectan a las comunidades cercadas; la exposición durante el uso a los productos químicos peligrosos añadidos a los plásticos; y las montañas de residuos plásticos y microplásticos mal gestionados. Para ser efectivo, el tratado plástico debe abordar todas las etapas del ciclo de los plásticos”.

Un nuevo instrumento sobre plásticos debe incorporar estándares de derechos humanos, dijeron los expertos. Debe garantizarse el acceso a la información, por ejemplo, sobre los productos químicos añadidos a los plásticos y los productores de plásticos. La participación pública en el diseño e implementación de políticas de plásticos, y en la elaboración del nuevo instrumento, conducirá a soluciones más legítimas y efectivas, dijeron. El acceso a remedios por los daños causados ​​por los plásticos es esencial.

Orellana y Boyd dijeron que un tratado sobre plásticos debería incorporar principios clave que incluyen precaución, prevención, quien contamina paga, equidad intergeneracional y no discriminación. También debe garantizar la protección de las personas y colectivos en situación de vulnerabilidad. Estos incluyen niños, mujeres, pueblos indígenas, comunidades costeras, personas que viven en la pobreza extrema y recicladores, quienes se ven afectados de manera desproporcionada por los químicos en el plástico y los desechos plásticos.

UNEA también debe establecer una plataforma de interfaz ciencia-política global sobre productos químicos, desechos y contaminación que esté libre de conflictos de intereses, dijeron los expertos. Una plataforma de este tipo, como lo hace el IPCC para el cambio climático, podría aumentar la conciencia mundial sobre la grave intoxicación del planeta, los problemas emergentes de preocupación y producir evaluaciones científicas autorizadas para prevenir la exposición a productos químicos nocivos, desechos y contaminación.

“La desinformación sobre evidencia científica sobre sustancias peligrosas se ha convertido en una herramienta poderosa para manipular la comprensión y el debate público, generando confusión y dudas”, dijeron los expertos en tóxicos y medio ambiente. “El derecho a la ciencia requiere que los gobiernos adopten y alineen medidas para prevenir la exposición a sustancias peligrosas sobre la base de la mejor evidencia científica disponible.

“Este es el momento de que la UNEA actúe con determinación para enfrentar la triple crisis de los tóxicos, la pérdida de la naturaleza y la emergencia climática”.

 

 

[1] Marcos A. Orellana, Relator Especial sobre tóxicos y derechos humanos; David R. Boyd, Relator Especial sobre derechos humanos y medio ambiente.

 

Elena Rusca, Ginebra, 24.02.2022

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