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60º aniversario de la independencia de Argelia

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La Embajada de Argelia en Santiago celebró ayer el 60º aniversario de la independencia de Argelia con la participación notable de oficialistas, elegidos y representantes de la sociedad civil así como de chilenos que han vivido en Argelia durante la dictatura. El acto también se vio reforzado por la presencia de jugadores y directivos del club de fútbol Palestino.

 

Para conmemorar este aniversario, la Embajada ha elegido simbólicamente el Club Palestino como sede del evento. La elección de este espacio de confluencia de la comunidad palestina en Chile no es casual. Refleja nuestra voluntad de subrayar con sinceridad la solidez y fuerza de los lazos entre los pueblos argelino y palestino.

 

También da testimonio de nuestro inquebrantable apoyo a la edificación de un Estado palestino libre que reúne a todos los atributos de la soberanía y que disfrute de la plenitud de sus derechos.

 

Cabe recordar que fue en Argel que la reunión del Consejo Nacional Palestino decidió, en noviembre de 1988, proclamar un Estado independiente en Palestina, y que Argelia fue el primer país del mundo en reconocerlo.




 

¿Qué celebramos?

 

Hace sesenta años, Argelia vivió la culminación de una grandiosa Revolución, cuyo impacto sigue siendo saludado y reconocido en muchas partes del mundo. Esta lucha permitió el restablecimiento de nuestra soberanía confiscada durante más de un siglo, y frustró las intenciones del poder colonial de esta época de asimilarnos a la nación francesa y de borrar nuestra identidad y nuestro pasado. Desde esta fecha, se abre una nueva etapa que signifique paz y un mayor bienestar para el pueblo argelino que hizo tantos sacrificios para llegar hasta hoy.

 

La conmemoración de esta fecha de aniversario tiene una triple significación para los argelinos que me gustaría sintetizar.

 

En primer lugar, es una ocasión para recordar y valorar con gratitud y humildad la lucha de nuestros valientes antepasados y rendir homenaje a los actores de la revolución argelina que siguen siendo un motivo de orgullo y una fuente de inspiración para todos los argelinos, especialmente para los jóvenes que están investidos de la misión de perseguir este ideal de libertad, de reconciliación y de justicia en el país y en otras partes del mundo.

 

La celebración del Día de la Independencia es también un momento para evaluar los progresos realizados desde la independencia y los numerosos proyectos del país en los últimos 60 años.

 

En efecto, nuestro país tuvo que hacer esfuerzos inconmensurables desde el primer día de independencia para garantizar la escolarización, para reconstruir una economía golpeada resulto de las operaciones de sabotaje de la organización armada secreta francesa y la salida masiva de los operadores extranjeros, y para aliviar las aflicciones de la indigencia y la desigualdad que sufrían entonces millones de familias argelinas.

 

Nuestros compatriotas recuerdan sin duda la gran aventura del desarrollo iniciada inmediatamente después de la independencia, marcada por una reactivación económica apoyada por la intervención del Estado, una industrialización prometedora, y una renovación de la agricultura. Esta etapa fue acompañada por la recuperación de la soberanía sobre los recursos naturales del país, desde las tierras agrícolas hasta las minas y los hidrocarburos.

 

En cuanto al desarrollo humano y social, se ha hecho un esfuerzo considerable. Por ejemplo, en materia de salud, de vivienda, de educación y de acceso a los servicios públicos de agua y energía, Argelia presenta cifras que están lejos de las privaciones y el subdesarrollo del periodo colonial y de los primeros años de la independencia, y nos acercan más de los estándares de los países más desarrollados.

 

El país ha logrado todo esto gracias a una política proactiva que ha sido posible gracias a un capital humano formado y los ingresos de los hidrocarburos, así como a una visión ambiciosa de la dirección política para diversificar nuestra economía.

 

Por supuesto, el camino de la construcción siempre no ha estado libre de dificultades. Al contrario. Como todas las naciones del mundo, Argelia ha pasado por momentos difíciles y ha tenido que enfrentarse a crisis económicas, sociales y políticas que siempre ha superado con valor y paciencia, gracias a la unidad y la madurez de su pueblo, y a los numerosos recursos de que dispone el país como una agricultura diversificada, una oferta turística única, un potencial industrial y múltiples recursos energéticos fósiles y renovables, sin olvidar una juventud formada y creativa.

 

En su entorno internacional, Argelia siempre ha reafirmado su apego a los valores de la paz y la solidaridad, ha respetado el derecho internacional, y ha promovido la no injerencia en los asuntos interiores, la resolución pacífica de los conflictos y el respeto de la integridad territorial de los Estados.

 

En el ámbito subregional, Argelia enfrenta con determinación y coraje los desafíos y amenazas de algunos actores que intentan poner en riesgo la integridad de su territorio y la seguridad de su pueblo. Estas acciones perniciosas, alimentadas por la irrupción en la escena norteafricana de actores extrarregionales quisieran forzar la mano a Argelia a dar la espalda a sus principios y a renegar su pasado.

 

Quiero afirmar con mucha convicción que, a pesar de estas maniobras, Argelia nunca dejará de apoyar la lucha legítima de los pueblos palestino y del Sahara Occidental contra las fuerzas de ocupación israelí y marroquí respectivamente. Por ello, no es casualidad que el presidente palestino, Mahmoud Abbas, junto con el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Brahim Ghali, entre otros invitados de alto nivel hayan participado hoy en Argel en la conmemoración de la independencia de mi país.

 

 

En sus relaciones vecinales, la persistencia de la tensión en Malí y Libia son motivos de preocupación para Argelia, que trabaja desinteresadamente para apoyar los procesos de paz y de reconciliación en estos dos países hermanos, proporcionándoles apoyo para consolidar su frente interno y atender las necesidades de sus poblaciones. No es necesario recordar que la persistencia de estas situaciones de crisis constituye una oportunidad para los grupos terroristas, las redes criminales de contrabandistas de inmigrantes y los narcotraficantes, cuyo macabro negocio florece en toda la subregión.

 

Por último, al asociar la celebración de la fiesta de la independencia nacional con la de la juventud, Argelia afirma la importancia que concede a la continuación de la obra de construcción nacional, asignando esta tarea civilizadora a su juventud, portadora de los valores sagrados de la revolución argelina y de todas sus esperanzas.

 

El deber de memoria y de reconocimiento

 

Esta celebración del Día de la Independencia de Argelia estaría incompleta sin cumplir con el deber de expresar la gratitud de la nación argelina a todos los actores extranjeros que creyeron en la justeza de la lucha anticolonial del pueblo argelino y que apoyaron política, diplomática y materialmente su decidida búsqueda de la independencia, a veces con riesgo por sus vidas.

 

En este espíritu, se organizó en Argel el pasado mes de mayo un coloquio internacional en honor de los amigos de la revolución argelina, al que asistieron más de sesenta participantes extranjeros de todo el mundo.

 

Chile estuvo representado en este acto por el nieto del expresidente Salvador Allende y por el Sr. Esteban Silva Cuadra, autor del libro «Chile-Argelia: una historia de mutua solidaridad que resistió el paso de tiempo» y coproductor del cortometraje sobre esta historia (descargar aquí y aquí).

 

Su participación en este acto simbólico, en el marco de la celebración del 60º aniversario de la independencia de Argelia, fue uno de los momentos culminantes del evento, como lo demuestra el interés del público y de los medios de comunicación argelinos por la historia común y el respeto y la consideración fraternal que el pueblo argelino extiende al pueblo chileno.

 

Por Mohamed Sofiane Berrah

 

 

 



Embajador de Argelia en Chile

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