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El “Cholo”, sano y sagrado, regresa a casa

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Después de seis años bien aprovechados por el ex Presidente de Perú, Alejandro Toledo, en Estados Unidos, se agotaron los recursos jurídicos y escritos utilizados por Toledo, a fin de evitar que el gobierno norteamericano lo entregara en extradición a la policía peruana.

En el Aeropuerto de Los Ángeles, (California), Toledo, acomodado en una silla de ruedas, despeinado, cabizbajo y silencioso, es embarcado en el avión de la Compañía LATAM, con escala en Lima. El “Cholo” ahora ya no es la persona farrera y mentirosa compulsiva de antaño, (ni siquiera lo acompaña su mujer, la antropóloga belga-israelí, Lilian Kart), sino que está  solo y enfermo, y que busca evitar los 20 años de cárcel, que lo conducirían a la muerte en prisión. El objetivo de Toledo es el de obtener una prisión domiciliaria, (al igual que su ex Ministro y luego ex Presidente, Pedro Pablo Kuczyinski), (y a sus 77 años edad, Toledo pretexta padecer un cáncer terminal que le impediría el pagar sus delitos en cárcel).

Su esposa acaba de recibir el Pasaporte que le podría permitir trasladarse a Bélgica o a Israel, países que no extraditan a sus ciudadanos, pues ella también tiene un cuaderno de extradición por el caso Ecoteva  Consulting Group, que implica, no sólo a Éliane Karp, sino también a su madre, Eva Fernanbus, (de 86 años de edad), utilizada por la pareja Toledo-Kart, y su antiguo socio y amigo, Yoseph Maimar, un multimillonario peruano-israelí, que utilizó múltiples empresas para recibir las coimas, destinadas en ese entonces al ex Presidente Toledo.

Costa Rica era el paraíso de las empresas Offshore, y Maimar que era el cajero de las coimas, destinadas a su amigo Alejandro Toledo, inventó la Empresa Ecoteva Consulting Group, que presidió la suegra de Toledo, Eva Fernanbus. Esta empresa fue utilizada como pantalla para justificar la compra de una oficina de lujo, en el Edificio Omega, en Lima, cuyo precio ascendía a 800 mil dólares, además de terminar el pago de la casa de Puntal Sal, residencia de veraneo de la familia Toledo, y además de la casa, en Camacho, donde vivía la familia Toledo. En total, los negocios inmobiliarios de la familia Toledo-Karp alcanzaron la suma de cinco mil millones de dólares. El escándalo explotó a raíz de la negativa de Toledo a pagar el 3% que correspondía al Corredor de Propiedades, y ante la imposibilidad de justificar este lavado de dinero, Toledo sostuvo ante la Prensa que esa  suma  pertenecía a su suegra, dinero obtenido como una indemnización por el holocausto judío, de la II Guerra Mundial, (con razón, la colonia israelí reaccionó indignada ante semejante mentira).




Eliane Karp, que hubiera querido acompañar a su “cholo”, ya no sano ni sagrado,  debería esperar 16 años de prisión en el caso de que el gobierno norteamericano conceda la extradición a Perú, y entre tanto, no puede poner los pies en suelo patrio, (ahora no se puede dar el lujo, como antaño, de insultar a los “limeñitos del barrio Miraflores, con un racismo al revés, que convierte a su marido poco menos que en un líder).

El ex Presidente Toledo, hoy en una celda de la cárcel especial para ex Presidentes, en Barbarillo, debe soportar la vecindad de Alberto Fujimori, su enemigo, a quien tuvo que enfrentar en la Marcha de los Cuatro Suyos. Ya Toledo no es el líder popular que encabezó la lucha popular en contra la dictadura de Fujimori y Montesinos, sino un preso, que espera pagar los delitos económicos, cometidos durante su mandato. En la celda contigua está el ex Presidente Pedro Castillo, (en cierto sentido, podría ser su discípulo, pues militó en el Partido Perú Posible, liderado por Toledo,  y antes, Ollanta Humala había estado en la cárcel para Presidentes, evitada por PPK, en razón de su avanzada edad, sumada a sus enfermedades).

Alejandro Toledo se autodefine como un milagro estadístico, hombre que, desde la extrema pobreza, lustrabotas en su juventud, saltó hasta el académico de Harvard, (lo cual es una mentira), y luego, a convertirse en Presidente de la República).

Las mentiras reiteradas del mitómano Presidente han sido famosas, entre ellas el auto-secuestro, que terminó por descubrirse que sólo se trataba de una de las tantas farras de Toledo, en compañía de varias trabajadoras sexuales; otra fue la negativa a reconocer a su hija Zaraí por temor a la reacción de su esposa.

El alcohólico ex Presidente no tenía inconveniente en cobrar la módica suma de 35 mil millones de dólares a Jorge Barata, (encargado de Odebrecht en Perú), por concepto de la coima  en la construcción de la Carretera Transoceánica, (y con voz engolada, Toledo le decía: “paga Barata, paga”).

Maimar, al final, se cansó de ser el cajero de Toledo, rompiendo una vieja amistad para convertirse en su peor enemigo, y ante la justicia acepto convertirse en colaborador eficaz, dando a conocer todas las tratativas de Toledo, no sólo con Jorge Barata, sino también con los representantes de la Empresa Graña y Montero, que actuó en complicidad con la empresa brasileña Odebrecht.

El futuro del ex Presidente Toledo se ve bastante negro, y sólo le queda el camino de convertirse en un “colaborador eficaz”, como se lo ofreció la Fiscal Benavides, durante la Entrevista que tuvo lugar el domingo, 23 de abril del presente año. A Toledo no le queda otra solución que confesar sus delitos y  denunciar a sus antiguos aliados y cómplices en sus negocios en contra del Estado peruano.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

25/04/2023

Las opiniones vertidas en esta sección son responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento del diario El Clarín

 



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