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Recordando a don Enrique

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Discurso en el Salón de Honor de la USACH con motivo de cumplirse 108 años del nacimiento de Enrique Kirberg Baltiansky, 27 de julio de 2023.

Estimadas y estimados amigos:

Me agrada estar bajo esta gran pintura de Roberto Matta, que todos conocen como “Vivir enfrentando las flechas”. No fue el nombre que le dio Matta. A decir verdad, él no lo nombró, y cuando le insistieron que lo hiciera, dijo “Pónganle Pepe”. Pero la primera vez que la UTE exhibió esta gran obra al público, el curador lo bautizó.

Nunca me he sentido cómodo con “Vivir enfrentando las flechas”, ya que esta obra no tiene nada que ver con San Sebastián, el asaeteado, sino más bien con una visión del futuro, de un futuro acaso distante, pero mejor. Me parece que esta fue la intención de Matta al dedicar su obra a la Universidad Técnica del Estado.




Entro en materia:

Cuando se me pidió presentar una ponencia de homenaje a don Enrique Kirberg con ocasión de cumplirse 108 años de su nacimiento, me pregunté si era posible hacerlo sin repetir lo que se ha planteado ya muchas veces. Haré mi mejor esfuerzo.

No cabe duda de que Enrique Kirberg Baltiansky fue un líder fundamental del masivo movimiento que en los años 40 consiguió la creación de la Universidad Técnica del Estado a partir de escuelas técnicas terciarias existentes en varias ciudades chilenas.

Tampoco se ignora que, en 1968, fue el primer rector elegido en claustro pleno de académicos y estudiantes en Chile y que en esa calidad encabezó a su universidad hasta el 11 de septiembre de 1973.

Algún interlocutor agudo me preguntó por qué los funcionarios no participaron en la primera elección de Kirberg. La razón fue simple: la directiva de los funcionarios tenía tal grado de compromiso con quienes regían la UTE hasta ese momento que se negaron a participar. Por cierto, las bases funcionarias se rebelaron, cambiaron a su directiva y participaron desde la reelección de Kirberg en 1969.

Lo que tal vez es menos evidente es que el proceso de Reforma de la UTE fue único en nuestro país. Todas las universidades chilenas vivieron desarrollos reformistas, pero el de la UTE fue más que una reforma, una verdadera Revolución Universitaria.

No se limitó a democratizar, modernizar y colocar la universidad al servicio de las mayorías nacionales, sino que la transformó en una pieza fundamental de un intento épico por construir un Chile nuevo, más democrático, próspero e inclusivo, un Chile más feliz.

Don Enrique fue el portaestandarte y guía de este proceso a nivel de la universidad.

Dicho esto, es prudente marcar algunos hitos.

Enrique Kirberg nació en Santiago el 30 de julio de 1915, hijo de los inmigrantes judíos Arturo Kirberg Túnez, cuya familia era de origen austríaco, y Rosa Baltiansky Svirsky, de origen ruso.

En 1929 ingresó como estudiante interno a la Escuela de Artes y Oficios en Santiago a estudiar Electricidad, completando el Grado de Oficios, el Grado de Técnicos y finalmente el Grado de Ingenieros en la Escuela de Ingenieros Industriales.

Mientras cumplía su rol dirigente como fundador y presidente de la Federación de Estudiantes Mineros e Industriales de Chile que condujo a la creación de la UTE, contrajo matrimonio con Inés Erazo Corona, con quien tuvo dos hijas: Lena Cecilia y Lucy Gloria y un hijo: Luis Carlos.

Un hecho poco conocido es que don Enrique fue candidato a rector de la UTE en 1959 a propuesta de los estudiantes, antes del gran movimiento del 25 de mayo de 1961, que marcó un hito esencial en el proceso reformista. El rector era elegido por el Consejo Universitario donde los estudiantes tenían derecho a voz, pero no a voto, de manera que su candidato no obtuvo ni un solo sufragio, para alivio de Kirberg que en esos años tenía una considerable carga de responsabilidades políticas, empresariales y familiares.

En octubre de 1967, el movimiento reformista de la UTE, encabezado por los estudiantes, obtuvo un gran triunfo al conseguir la creación de la primera Comisión de Reforma con participación estudiantil en Chile. En abril del 68, Kirberg, que era profesor a jornada parcial, fue designado candidato a rector en representación de ese movimiento, al cabo de un proceso laborioso que he contado en otros lugares.

Ante el despavorido asombro de muchos, el carisma de don Enrique y el entusiasmo de sus jóvenes partidarios consiguieron que en agosto de 1968 saliera victorioso en segunda vuelta. Sería reelegido dos veces. El golpe de Estado de 1973 pondría violento fin a su mandato. Fue sacado a culatazos de los restos de la bombardeada Casa Central de la UTE, pasó dos años en condición de prisionero político para luego ser expulsado del país a un largo destierro.

Hacia fines de los años 70, durante mi exilio en Gran Bretaña, recibí sorpresivamente una carta de don Enrique solicitándome un testimonio de mi experiencia en la UTE para contribuir a su libro “Los Nuevos Profesionales”, en el que estaba trabajando. Acogí la misiva como un gran honor, pero, a la sazón yo estaba finalizando la escritura de mi tesis doctoral y, al mismo tiempo, obsesivamente inmerso en lecturas y reflexiones que me ayudaran a comprender lo que había sucedido en Chile a partir del gobierno de Allende.

En algún momento llegó a mis manos la obra “Los nuevos profesionales”, publicada por Kirberg en México en 1981. Me pareció un recuento extenso y detallado de la Reforma en la UTE y me di la tarea de entrevistar al autor para rescatar su única y enorme trascendencia personal a la que ya me he referido. En un viaje a Chile a comienzos de 1990, me reencontré con don Enrique, al cabo de 15 años sin verlo, en una Escuela de Verano de la FEUSACH, a la que lo habían invitado a hacer la intervención de cierre, y le propuse este proyecto.

Me escuchó con atención, pero con cierta renuencia. Me explicó que un amigo suyo, Premio Nacional de Literatura, le había ofrecido escribir su biografía y que él había aceptado, luego le parecía que mi proyecto no era necesario. Revelo aquí por primera vez que el escritor era don Francisco Coloane.

Vendiéndole la pomada, afirmé que mi libro podía ser el punto de partida para que otro autor escribiera una biografía. Esto sigue siendo cierto. Existen numerosos escritos, cartas, documentos y hasta artículos recientes, de 2020 y 2022, que aportan nuevos antecedentes y están esperando que alguien se atreva a darse la gran tarea de escribir la biografía de Kirberg, agregando que aún hay gente que lo conoció en sus diversas facetas, a quienes habría que entrevistar sin demora.

Don Enrique no tomó una decisión inmediata. Supongo que después de consultarlo con sus cercanos y con su partido, me dio su aprobación. Decidí estructurar el libro en siete capítulos, que corresponderían a siete entrevistas. Estas tuvieron lugar en enero del 91 en un departamento situado en Ñuñoa que don Enrique ocupaba temporalmente con doña Inés, por cuanto su casa de calle Brown Norte aún se encontraba arrendada. Esta última residencia era muy conocida ya que ahí habíamos celebrado sus tres triunfos en elecciones de rector.

En mi libro “Kirberg: Testigo y Actor del siglo XX” hay un retrato de la figura pública del protagonista en sus propias palabras. En otros lugares he contado el proceso de escritura y publicación en toda su complejidad y hasta en sus aspectos humorísticos, de modo que no lo repetiré aquí. Baste decir que, con la participación decisiva de la Fundación Kirberg, lanzamos la primera edición con un lleno total de la sala Enrique Frömel en abril de 1994. Hubo una segunda edición virtual en 1999 y una tercera en 2009, realizada por la Editorial USACH. Con motivo de la conmemoración de los 50 años, la universidad decidió producir una colección de 12 libros alusivos y uno de los seleccionados fue “Kirberg: Testigo y Actor del Siglo XX”, que luego estará a disposición del público.

Acerca de la personalidad de don Enrique, me atrevo a afirmar que fue, por sobre todo, un hombre de acción, orientado a darse metas trascendentes colocando énfasis en la calidad del resultado. En lugar de hacer abstracciones o tejer teorías, él prefería hablar de objetivos, trabajos, logros. El proceso de escritura del libro me otorgó el privilegio de apreciar a Kirberg en aspectos que yo desconocía, ya que en nuestras conversaciones él tuvo la confianza de mostrarse entero, sin tapujos, incluida su vida privada. Para mí fue un proceso emocionante y formativo que aún atesoro.

Recordar a don Enrique implica también reconocer la importancia que él siempre dio a su familia. Claro, doña Inés, “mamá Inés” como la conocemos quienes nos identificamos con la UTE, siempre está presente y recibiendo nuestro homenaje, lo que también ha sido reconocido más allá de nuestras filas debido a su histórico papel en el movimiento sufragista y feminista chileno, que se ha extendido por 90 años.

Por otra parte, parafraseando una vieja canción de amor, a veces siento que hubo pocos momentos de mi vida juvenil, o después de mi retorno, en que sus hijas Lena o Gloria no estuvieran presentes de alguna manera.

Pero falta un Kirberg Erazo, a quien quiero referirme: Luis Carlos, “el Caco”. Lo conocí muy cercanamente, aunque sólo durante un periodo de dos años que pasé en Dresden en condición de académico joven becado por la UTE. Esto coincidió con la estadía de Luis Carlos en la Universidad Karl Marx de Leipzig. El peso de la historia nos separó por mucho tiempo y nuestra amistad no se reanudó, pero guardo el recuerdo de un hombre sincero, de gran honestidad y transparencia, mirada inquisitiva y agudo ingenio, digno hijo de don Enrique y doña Inés.

Muchas gracias.

 

 

Luis Cifuentes Seves

Bibliografía

Cifuentes Seves, Luis, “Kirberg: Testigo y Actor del Siglo XX”, Primera Edición, Fundación Enrique Kirberg, 1993

Cifuentes Seves, Luis, “Kirberg: Testigo y Actor del Siglo XX”, Segunda edición para la World Wide Web, 1999

Cifuentes Seves, Luis, “Kirberg: Testigo y Actor del Siglo XX”, Tercera edición, Editorial USACH, 2009

González Monardo, Simón, “La trayectoria de Enrique Kirberg y el proyecto educativo popular de la Reforma Universitaria en la Universidad Técnica del Estado de Chile”, Revueltas. Revista chilena de historia social popular, Año 1, No. 2, julio 2020

Larsson, Erik y Magri, Carla, “Enrique Kirberg: a Chilean political exile at Columbia”, pp. 42-69 en “Columbia University and Chile. Over 100 years of history”, Columbia Global Centers, Santiago, Chile, 2022.

Rivera Tobar, Francisco, “Enrique Kirberg. Escritos escogidos”, Vicerrectoría de Vinculación con el Medio, USACH, 2016

 

 

___________________

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Luis Cifuentes Seves, Ph. D., fue sucesivamente dirigente estudiantil y dirigente académico en la Universidad Técnica del Estado en el período 1965-1973.

 

 

 

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Ph. D. Fue sucesivamente dirigente estudiantil y dirigente académico en la Universidad Técnica del Estado en el período 1965-1973.

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