Casa Salvador Allende, en Toronto, Canadá
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Entre los años 1973 y 1977 se produjo la que ha sido tal vez la mayor migración de chilenos a esa ciudad canadiense, y el detonante fue, sin duda alguna, la dictadura cívico-militar con sus actos de horror y muerte que obligaron la emigración de centenares de personas (familias completas en algunos casos) para preservar sus vidas.
Rápidamente los chilenos comenzaron a organizarse en grupos y asociaciones que les permitieran no sólo recordar la patria lejana sino, también, estructurar eventos y ayudas para ir en apoyo de quienes venían arribando desde el austro del mundo, amén de servir de puente a la autoridad local en cuanto a políticas variopintas que decían relación con el desarrollo local.
Fue así que nació “Casa Salvador Allende”, hoy presidida por Patricio Bascuñán, profesor de Historia y Geografía (Universidad de Chile, Instituto Pedagógico), quien desarrolló en Toronto una vasta, prolongada y reconocida acción pedagógica en varios establecimientos educacionales de la ciudad capital del estado de Ontario.
Su compromiso es el promover la participación de la comunidad chilena en Toronto en todos los aspectos de la sociedad canadiense, así como el fortalecer los valores culturales chilenos junto con el idioma español.
Sus principales objetivos siempre han sido ayudar a desarrollar el sentido de pertenencia al comprender quiénes fueron y quiénes son los chilenos y su descendencia. Todo ello dentro del mosaico de la sociedad canadiense para facilitar en mejor forma el desarrollo y progreso de los chilenos en su compromiso con la comunidad internacional.
Proporcionar, además, un espacio a los miembros de la comunidad chileno-canadiense para identificar razones comunes que permitan trabajar juntos, incluyendo a otros grupos comunitarios latinoamericanos para así ayudar a construir el Canadá que queremos.
Casa Salvador Allende organiza sesiones de información en materias de educación sobre pensiones y derechos y responsabilidades de los adultos, tanto como también promueve el respeto y comprensión de los valores tradicionales de nuestro país en las nuevas generaciones de chileno-canadienses nacidos y criados en Canadá.
Todo lo anterior lo ha logrado plenamente, sin duda. Tal es así que las autoridades canadienses reconocen a esta Casa Salvador Allende como una entidad necesaria para el normal desarrollo y desempeño social, urbano, cultural y político de la ciudad capital de Ontario.
Becas para alumnos chilenos (hijos y nietos) en educación secundaria y universitaria, han sido materia de normal ocurrencia gracias a la labor de esta Casa, así como también la presentación de destacados artistas e intelectuales chilenos, cual es el caso de grupos como Illapu, Inti Illimani, Quilapayún…e intelectuales, académicos, escritores, cineastas y políticos chilenos de variada gama.
Este 2023 Casa Salvador Allende realizó un trabajo de excepción al lograr editar y publicar una obra literaria titulada ”50 años después”, la que contiene escritos y opiniones de hijos y nietos de los primeros exiliados llegados a la ciudad de Toronto luego del golpe militar de septiembre de 1973 en Chile. Una verdadera joya literaria, histórica y política.
Necesario es señalar que esta Casa logró que las autoridades canadienses de dieran su visto bueno oficial para bautizar en un hermoso y céntrico barrio de Toronto (Davenport) una calle con el nombre de Salvador Allende, y el pasaje de un barrio también céntrico con el de Víctor Jara.
Importante es señalar que la exministra de Justicia del gobierno del presidente Gabriel Boric, doña Marcela Ríos, llegó a Canadá, a Saskatoon, junto a sus padres, pero ya siendo adolescente se trasladó a Toronto para cursar sus estudios.
Allí fue recibida por Casa Salvador Allende, organización que sigue siendo en Toronto tan activa, necesaria e importante como hace décadas cuando nació.
Por Arturo Alejandro Muñoz