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La resistencia de la memoria argentina: Derechos humanos ante el nuevo escenario político

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Lentamente, la multitud avanza un paso adelante y otro más para luego quedarse inmóvil, rotando poco a poco en sentido contrario al reloj, con la Pirámide de Mayo a la izquierda y la Casa Rosada en frente, como lo han hecho las Madres cada jueves a la tarde durante más de cuatro décadas. Algunas semanas solo las acompañaban una veintena de personas, pero hoy, con varias Madres asistidas en sillas de rueda, son tantos quienes han llegado a Plaza de Mayo que esta ronda número 2380 no alcanza a dar la vuelta completa.

Hoy es el jueves, 23 de noviembre y las Madres convocaron a la primera ronda después del triunfo electoral aplastante, hace cuatro días, del autodenominado economista ultraliberal, Javier Milei, como presidente de la República Argentina.

 

Entre la muchedumbre están Mariano, de 28 años, y Ernesto de 70. “No nos conocíamos y nos conocemos todos,” dice Mariano. “Estoy entre los peronistas y la izquierda. No me puedo definir totalmente porque tengo críticas tanto para uno como para el otro. Pero esta causa social no tiene partido político.” Con eso concuerda plenamente Ernesto, quien hace 49 años, el 1 de mayo del 1974, estuvo en este mismo lugar, y escuchó al presidente Juan Domingo Perón descalificar de “imberbes” a los miles de Montoneros presentes, provocando su retirada de la plaza y dejando un vacío premonitorio de lo que venía.  La pareja de Ernesto terminó secuestrada por agentes del estado y hasta el día de hoy es víctima de desaparición forzada. Sobreviviente de la prisión política, Ernesto lleva colgado sobre sus hombros y pecho un cartón escrito con marcador negro: “Fueron 30.000”.  A Mariano, nacido en democracia y Ernesto, a quien la dictadura le caló hondo, les une la perplejidad y la indignación de que sus conciudadanos hayan elegido un presidente que pone en duda la gravedad de las violaciones a los derechos humanos cometidos por la última dictadura civil-militar. También comparten la gran resiliencia característica de muchos argentinos que les ha permitido levantarse, una y otra vez, para exigir justicia y memoria.

 

Ahora ambos prestan atención a las palabras del dirigente sindical Daniel “Tano” Catalano. Entre medio de la gente, no alcanzan a verlo, pero escuchan su voz: “Es un momento de mucha incertidumbre y se nos hace difícil pensar de qué manera vamos a transitarlo.  Pero nos levantaremos del piso y veremos de qué manera hay que construir. Acá estamos para poner el cuerpo y seguir apoyando”.




Por su parte, Carmen Arias, referente de la organización Madres de Plaza de Mayo, cita a la dirigente histórica Hebe de Bonafini, fallecida hace un año, para afirmar que al gobierno de Javier Milei “…hay que resistirlo combatiendo. No nos podemos quedar callados, ni quietos, ni sentados, ni amargados, ni llorando.”

En el primer debate de los entonces cinco candidatos a la presidencia que se realizó el 1 de octubre, Milei, quien lanzó su carrera política en 2021 al ser elegido diputado nacional, expresó que “Hubo una guerra y las fuerzas del Estado cometieron excesos”. Durante la campaña, la Secretaría de los Derechos Humanos fue uno de los entes ministeriales que el flamante presidente Milei prometió eliminar. Un par de días antes de la elección la ahora vicepresidenta Victoria Villarruel opinó que habría que convertir en escuela al recinto de la ex Escuela Mecánica de la Armada (ESMA), que desde 2015 es el Museo de la Memoria y donde están las dependencias de organismos defensores de los derechos humanos.[i]  En septiembre recién pasado, UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad al espacio donde está el Museo, donde entre 1976 y 1983 unas estimadas 5000 personas fueron torturadas y asesinadas. Sobrevivieron apenas 500.

Las expresiones del nuevo presidente y su equipo ponen en tela de juicio la creencia de que en Argentina prime una cultura de los derechos humanos y que el respeto a la memoria histórica esté culturalmente arraigado. Sigue siendo tema de debate el cómo interpretar el hecho de que fueron los más jóvenes – por primera vez votaron pibes de 16 y 17 años- quienes dieron el empuje electoral decisivo. ¿Falta de conciencia? ¿Hastío ante la corrupción? Opina Felipe, un argentino de 80 años radicado en Francia: “En general se echa la culpa a los viejos por las tendencias conservadoras, pero esta vez fueron los jóvenes quienes votaron a Milei. La memoria de los 30.000 y los derechos humanos ya no es problema de ellos. Están hartos de tener que salir del país para buscar trabajo.”[ii]

 

Caminando por las calles de muchos barrios de la Argentina, una se topa con otro indicador de la fortaleza de la memoria histórica. “Aquí vivió…”, “Aquí trabajó…”, “Aquí fue secuestrada/o por el terrorismo de estado,” señalan coloridas baldosas empotradas en las veredas, en más de 3000 lugares de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires – la capital del país- y en las provincias. Son marcas cotidianas de la memoria que impulsa el proyecto artístico-político Barrios por la Memoria y Justicia, que partió en Buenos Aires a fines del año 2005. En Chile, donde los gestos de memoria son vandalizados habitualmente- como el caso de los mosaicos instalados y reiteradamente quebrados frente a la casa donde operó el centro de tortura Venda Sexy, con la participación de la notoria agente represiva Ingrid Olderock – las activistas chilenas de la memoria admiran el respeto que los argentinos manifiestan por tales expresiones. Sin embargo, atentados similares se vienen produciendo con mayor frecuencia, también en Argentina, durante el gobierno de Mauricio Macri y en la actualidad.

Al caminar por el tranquilo barrio de San Cristóbal donde trabaja en un liceo, el psicólogo social Enrique Ramírez Concha se encuentra con varias baldosas de memoria, quebradas. Hijo y sobrino de luchadores sociales chilenos, entre ellos su tía Herminia Concha emblemática figura de resistencia, Enrique lleva 45 años de residencia en Argentina, donde sus padres llegaron exiliados. Titulado en 2003 de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, Enrique enseña materias sobre los derechos del niño, de las mujeres y los derechos humanos en lo general en diferentes escuelas secundarias. Cada 24 de marzo, el aniversario del último golpe militar que se produjo en 1976, las escuelas organizan eventos en relación al golpe de estado, a veces con la presencia de una Madre o Abuela que cuenta su historia. “En una época, a las Baldosas de la Memoria se las respetaban mucho, ahora vos ves que las rompan con odio. Se vuelven a poner y las vuelvan a romper. Vos decís, ¿qué pasó? ¿Por qué esta memoria no se quiere conservar? Pero por más que las generaciones jóvenes que hoy votaron a Milei la quieran olvidar, la memoria perdura”.[iii]

Foto: E. Ramírez

Una de las baldosas memoriales vandalizadas que Enrique encuentra a su paso por el barrio San Cristóbal recuerda a Miguel Ángel Moreno Malugani, cuya vida fue marcada por la persecución en tres países. Moreno fue un uruguayo que llegó a Chile en 1972 para eludir la persecución uruguaya, y, luego del golpe militar chileno, huyó a Argentina, donde, en octubre del 1976, fue desaparecido agentes represivos a los 28 años de edad.

Muchas de las baldosas, elaboradas colectivamente por los familiares y los compañeros de los detenidos desaparecidos, llevan calugas de cerámica translucidas que son fabricadas por la artista visual Marisa Munczek, partícipe activa desde los inicios de la organización. El proyecto, explica Marisa, “Interpela a la población, tanto a quienes conocen la historia como a quienes la ignoran. Marcan los pasos entre nosotros de quienes murieron por soñar con un mundo mejor.”  Aclara que: “El negacionismo no está surgiendo recién ahora. Existió desde siempre en Argentina. Lo vimos en el intento de defensa de los militares. Esta violencia contra las baldosas – y en los hospitales y las escuelas donde aparecen símbolos nazis – se ha desatado porque la autoriza el discurso negacionista que está haciendo el futuro presidente y sobre todo su vicepresidenta.”[iv] Una baldosa que fue agredida después de las elecciones del 19 de noviembre será restaurada el sábado por familiares.

N. Strejilevich

En 2008, los vecinos del barrio de Almagro colocaron una baldosa en frente al edificio de calle Corrientes 2583, donde vivió el científico Gerardo Strejilevich, hasta su secuestro por agentes del estado el 15 de junio del 1977. Su hermana, Nora, también secuestrada ese día, es testigo-sobreviviente y escritora conocida a ambos lados de la cordillera por sus reflexiones sobre la ineludible memoria. Asiste junto a Marisa a Plaza de Mayo a la ronda número 2380 donde recuerda lo dicho por el crítico cultural argentino, Alejandro Kaufman, en relación al negacionismo de una masacre o de un genocidio: “…no es una intervención sobre el pasado sino sobre el futuro, y su objetivo es tirar las barreras alzadas contra su repetición. Por eso es que, tanto en Argentina como en Chile, la lucha por el Nunca Más hoy por hoy, es la lucha contra ese borramiento discursivo que acarrea la misma intención de aniquilar lo que existe, existió y existirá: la resistencia”. [v]

En los 21 días transcurridos entre la elección y su toma de mando del 10 de diciembre, Milei pareciera haberse despojado de algunas de sus propuestas más extremas. Ya no se le escucha hablar de cerrar el Banco Centro, ni de la dolarización de la economía, ni que se cortará relaciones con China y Brasil.  La oposición espera que sus amenazas de cerrar muchos de los ministerios y privatizar empresas estatales exitosas como YPF y Aerolíneas Argentinas hayan sido simplemente bravuconadas de campaña.

 

El abogado argentino Pablo Llonto, que representa a chilenos en la causa por Operación Colombo, señala el camino a seguir. “Hay que multiplicar las tareas de difusión acerca del horror de la dictadura y de sus responsables. Hay que contar cómo destruyeron la industria, los puestos de trabajo, y dejaron el país hundido. Por eso es importante el trabajo de memoria, y hay que ser muy docentes en esto: poner los ejemplos, mostrar los datos, mostrar los crímenes. Los juicios van a continuar, y seguiremos reclamando ante el Poder Judicial aún con todas las dificultades existentes y los obstáculos que van a meter.”[vi]

Esta resiliencia la resume Marisa con las siguientes palabras: “Cada vez que se vandalice una baldosa, la volveremos a restaurar. La memoria no se borra ni se va destruir”.

 

Por Maxine Lowy

 

[i] No es la primera vez que se propone modificar o destruir la ESMA. En 1998, el presidente Carlos Menem quiso demoler la ESMA, pero los sobrevivientes interpusieron un recurso de amparo que fue acogido por el tribunal, lo cual preservó elementos probatorios de los crímenes cometidos en ese lugar, que es nombrado en 300 causas judiciales.

[ii] Conversación 22-11-2023.

[iii] Conversación 22-11-2023.

[iv] Conversación 5-12-2023.

[v] Correspondencia por correo electrónica, 8-12-2023. Los libros publicados por Nora Strejilevich incluyen Una sola muerte numerosa (1997), El lugar del testigo (2019), y Un día, allá por el fin del mundo (2019).

[vi] Correspondencia por correo electrónica, 30-11-2023

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Periodista

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