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Se disfraza la censura

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Aunque lastime, la censura regresa a Chile. Se filtró por las rendijas de siempre y aterrizó en cada escondrijo del país. Igual a polilla se introdujo al baúl de los recuerdos. Hay quienes le pusieron aureola y guirnaldas de santidad, a modo de mitigar su presencia. Hacer de ella un método de fiscalización del pensamiento. En la dictadura oligarca-empresarial-militar (1973-1990) donde se consumó la traición, se vivieron años de extrema oscuridad. Control del pensamiento, cultura y medios de expresión, los cuales se hallaban vigilados por los aparatos del régimen. Época nefanda, la más tenebrosa sufrida en nuestro país.

Que un artista mexicano, llamado “Peso Pluma” sea censurado en forma previa, por hacer supuesta apología a las drogas y tener amigos de dudosa moralidad, constituye un exceso. Propio de La Santa Inquisición, donde Tomás de Torquemada y sus acólitos, regresaron del pasado. Han vuelto a vestir los sayos del terror y envían a la hoguera a quien se atreva a lanzar herejías. ¿Volverán las quemas de libros en la plaza pública, atizadas por la soldadesca? ¿Se abrirán oficinas que examinen los textos antes de ser publicados? ¿Se elaborará, a poco andar, un diccionario de las buenas palabras y otro de expresiones obscenas? A menudo, por razones de oficio, consulto el diccionario y me sorprende hallar palabras escabrosas, utilizadas sólo por la gente vulgar. Quienes acostumbran a emplear palabras de la cintura para abajo, suponen ser graciosos. Hace dos semanas, a modo de endulzar esta polémica, se estrenó el lyric video (video de la letra musical) «Pornocracia» del álbum «Autopoiética» de la cantante chilena, radicada en México, Mon Laferte. Su lanzamiento concitó una enorme polémica en las redes sociales. Un barullo ensordecedor. En el clip se muestra a la artista cantando, acostada de espaldas en una gran concha marina, donde simula recibir sexo oral. Así, puede deducirse, que la música, como ninguna expresión del arte, se ha convertido en paradigma. ¿Signo de los tiempos, anunciando de El Apocalipsis?

En infinidad de museos del mundo se muestran obras que insinúan relaciones lésbicas, otras donde se evidencia el placer por la zoofilia o la pederastia. ¿Cuál es la causa que continúen en exhibición, si atentan contra la moral? Algunos museos quedarían vacíos, si la censura procediera a realizar una limpieza moralina.

“Peso Pluma” y Mon Laferte, han aparecido en el oportuno momento, para agitar las aguas turbias. Mientras tanto, en diferentes lugares del mundo, la niñez muere a causa de las guerras y la hambruna, ocasionada por los especuladores. Hacer comparaciones, a veces, enturbia la polémica.




En la TV cuando se exhiben desnudos provocativos, nadie reclama o se ofende. En general son de mal gusto, como si el propósito fuese ofender a la belleza. El saqueo a las arcas fiscales, realizado por la variopinta sociedad, apenas si constituye una diablura. Si usted camina por la vereda, bien puede caerse a un hoyo, producto de las lluvias o de un trabajo mal hecho. No hablo de agujero, y así soslayo ser acusado de obscenidad y traer a colación, una palabra ofensiva. Nuestra sociedad, se ha vuelto gazmoña, si bien en privado se desata en orgías. Sean gastronómicas o metiendo las manos a las arcas fiscales. Frenesí vinculado a sentir poder, aunque ello les manche el orgullo.

 

Por  Walter Garib

 

 

 

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Walter Garib

Escritor

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