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Lágrimas de cocodrilo

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Agobiados por nuevas e inesperadas derrotas políticas, los infelices se desgarran las vestiduras y lloran a moco tendido. Vieja práctica dirigida a demostrar congoja, si son tocados. No han sido jamás andrajosos y no los afectan los incendios, las inundaciones, menos aún, la cesantía. Si durante la dictadura robaban sin ser perturbados y recibían elogios por su cizañera destreza, hoy deben escudarse y utilizar a los testaferros en sus delictivas maniobras. La creación de las ISAPRES, AFP e infinidad de instituciones destinadas a enriquecerlos y defraudar, bajo la mirada indulgente de la traición, los hizo subir el pelaje. Festejaban, mientras se apoderaban de las riquezas del país. Nada los detuvo en su cizañero afán, cobijados por las bayonetas. Bueno. El objetivo apuntaba a robarse hasta el raspado de la olla y después de 17 años de bonanza delictual, al regresar una democracia algo embustera, diseñada a su gusto. Cumplido el objetivo, se adecuaron a la nueva realidad del país, aun cuando, lo vigilan desde sus aposentos reales. Sin soltar la teta económica, menos aún el poder político. La oligarquía, ladrona por antonomasia, emplea a sus lacayos en la labor de depredar. Ella, pulcra en sus principios morales, sabe cómo utilizar al medio pelo. Escaladores sociales, que se inclinan y le besuquean las manos y otras partes pudendas, hasta babosearlas. Son quienes concurren a los funerales, a derramar lágrimas.

Si usted los califica de infelices, se indignan y muestran su enojo. Como ellos son felices a su manera, sienten haber sido injuriados por quienes los odian. Prefieren ser llamados empresarios, adalides, creadores de riqueza y sin ellos, el país se habría hundido, en manos de quienes luchan por la justicia social. “Ni siquiera en el cielo, donde vamos a ir los justos, hay igualdad social”, alegan y se persignan, mientras se acomodan el cilicio. Seducidos por la orgía del poder, extienden sus tentáculos, en todas direcciones.

En calidad de cefalópodos, engullen peces grandes y se esconden en sus guaridas, si atisban el menor peligro. Jamás pierden y las derrotas esporádicas que sufren, apena si les produce menoscabo. Saben transformarlas en victoria. Jamás han sido derrotados. Apenas, uno que otro rasguño, quebranto, pérdida de la virginidad, que han sabido manejar. En tal caso, robar, constituye una habilidad. No es lo mismo robarse una gallina, que un país. Por algo, se creen los dueños de los bienes terrenales y espirituales. Ellos irán al cielo, pues les pertenece y la plebe al infierno.

En semejante faena de dar zarpazos, utilizan a los monaguillos. Aquellos que, durante la dictadura cívico-militar, ascendieron al cerro Chacarillas vestidos con faldas tejidas a crochet y portando velones, se fueron a arrodillar ante Pinochet. Infinidad de estos acólitos han sobrevivido y ninguno de ellos, ha cambiado de opinión. Serviles al poder del dinero y las granjerías, continúan dispuestos a realizar un barrido y un fregado, en beneficio de sus patrones. En su espíritu gobierna el extremo acatamiento, al ser por antonomasia, escaladores sociales. Aunque huelen a santidad, gracias a aspersiones y se perfuman las axilas, el olor a azufre, no lo pueden evitar.




Se desvivieron en redactar una constitución palaciega, a la medida de sus ambiciones y granjerías, y casi terminan en pelotas. O si usted prefiere, en cueros o piluchos. Bueno; esto es un decir en la jerga popular. Defensores a ultranza de las buenas costumbres, jamás abandonan sus modales atildados y presurosos, reniegan de sus antepasados, inmigrantes y vendedores ambulantes. Las desgracias del pueblo, las tildan de pruebas celestiales, destinadas a medir su templanza.

 

Walter Garib

 

 

 

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Walter Garib

Escritor

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  1. lo ramon roman says:

    Don Walter, nada más que agregar, amén y que continue el consumo y el tan querido neoliberlismo.
    Don Walter, yo vivo recontra lejos y a pesar de los avances tecnológicos no me pude enterar de la razón del por qué la barra de los colo colinos quemaron el lugar que conmemora a los detenidos desaparecidos. Un familiar me dijo que estos pelotudos reaccionaron porque mucha gente del público en el estadio reaccionó con merecidos insultos al minuto de silencio por piñera. ¿Podría usted ponermen al tanto, ya que en la Nación no se explayaron con esta noticia? Gracias de antemano.

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