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Política como espectáculo : Abogado republicano pone denuncia contra ministro Elizalde por cohecho

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La política chilena atraviesa tiempos turbulentos, marcados por episodios que rayan en lo absurdo y lo populista. Un ejemplo reciente de esta descomposición es la denuncia presentada por un abogado del Partido Republicano contra el ministro Secretario General de la Presidencia por cohecho, una acusación que ha generado más desconcierto que certezas en el panorama político nacional.

Las declaraciones del diputado Daniel Manouchehri, representante del PS, resumen la incredulidad general ante esta denuncia. Manouchehri califica la querella como un «insulto a la inteligencia», señalando la falta de lógica en acusar al ministro Elizalde de ofrecer algo que no está en su poder otorgar, como la vicepresidencia de la Cámara de Diputados. «La querella contra el ministro Elizalde es un insulto a la inteligencia. Para ofrecer algo, primero debe tenerlo. Difícilmente Elizalde puede entregar un cargo que no depende de él, un cargo de decisión colectiva, donde ni siquiera vota. En este tema hemos visto demasiadas opiniones que, o son fruto de la mala leche, o abiertamente de la estupidez», dijo el diputado.

Es importante destacar que la denuncia fue presentada por el abogado Raimundo Palamara, quien además es militante del Partido Republicano y fue candidato a la Convención Constitucional. La denuncia se basa en supuestos ofrecimientos de cargos públicos al diputado Gaspar Rivas, ex PDG, en el contexto de la elección de la vicepresidencia de la Cámara.

Las contradicciones en las declaraciones del diputado Rivas, quien inicialmente habría aceptado un supuesto ofrecimiento del ministro Elizalde y luego se desdijo, añaden confusión a un caso que parece más un juego político que una denuncia fundamentada en hechos concretos.




Más allá de las disputas políticas y las estrategias partidistas, esta situación refleja el deterioro de la política y el daño que se hace al país cuando las acusaciones carecen de sustento y se utilizan como herramientas para desacreditar a oponentes políticos.

El cohecho es un delito grave que afecta la probidad y la transparencia en el ejercicio de cargos públicos. Sin embargo, su uso irresponsable y oportunista socava la credibilidad de las instituciones y desvía la atención de los verdaderos problemas que enfrenta Chile.

En un contexto donde la confianza en las autoridades y en el sistema político está en entredicho, es fundamental que los actores políticos actúen con responsabilidad y ética, evitando caer en prácticas que solo contribuyen a alimentar la desconfianza y el desencanto de la ciudadanía.

En fin, la denuncia por cohecho contra el ministro Elizalde es un ejemplo más de la crisis de credibilidad y la descomposición política que enfrenta Chile. Es necesario dejar de lado las estrategias populistas y centrar el debate en propuestas y acciones concretas que verdaderamente beneficien al país y a sus ciudadanos.

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