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Vox utiliza a Javier Milei para atacar a Pedro Sánchez: La cruzada moral de las derechas radicales

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El reciente conflicto diplomático entre España y Argentina ha puesto de manifiesto una estrategia cuidadosamente orquestada por la derecha radical europea. En un acto organizado por el partido de ultraderecha español, Vox, el presidente argentino Javier Milei lanzó una serie de insultos hacia el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y su esposa, Begoña Gómez. Sostengo que estos ataques no son meras declaraciones desafortunadas, sino parte de una táctica calculada por Vox para socavar a sus adversarios políticos en España a través de un intermediario externo.

La instrumentalización de Milei por parte de Vox

Las palabras de Milei, quien calificó a Sánchez y a Gómez de «corruptos» y «calaña», provocaron una fuerte reacción del gobierno español. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, llamó a consultas a la embajadora española en Buenos Aires y exigió una disculpa formal del mandatario argentino, señalando que estos insultos «sobrepasan cualquier tipo de diferencia política e ideológica» y son «sin precedentes en la historia de las relaciones entre ambos países».

Planteo que esta situación revela cómo Vox ha encontrado en Milei un portavoz dispuesto a expresar públicamente las agresiones que el partido no puede realizar en el ámbito político español sin enfrentar serias repercusiones. La derecha radical española utiliza a Milei para proyectar sus ataques más virulentos contra el gobierno socialista de Sánchez, evitando así las restricciones del discurso público y las posibles consecuencias legales o electorales en España.




La cruzada moral de la derecha radical

La intervención de Milei en el evento de Vox es un ejemplo claro de una «cruzada moral» de las derechas radicales contra las izquierdas progresistas. Este término, a diferencia de la «batalla cultural» sugerida por Walter Saferstein y Pablo Stefanoni, encapsula mejor la intensidad y el objetivo de estas campañas: no solo se trata de ganar terreno en el debate público, sino de desacreditar y censurar cualquier pensamiento asociado con el progresismo y la izquierda.

Milei no escatimó en calificativos al referirse a los socialistas, acusándolos de encarnar «lo peor del ser humano» y atribuyéndoles la responsabilidad de «150 millones de asesinatos». Estas declaraciones reflejan una estrategia deliberada de deshumanización del adversario político, que va más allá del simple desacuerdo ideológico. El objetivo es construir una narrativa en la que la izquierda no solo está equivocada, sino que es intrínsecamente maligna y peligrosa.

La “patologización” del fenómeno Milei

Desde mi punto de vista, en Argentina y en otros países, varios académicos han abordado el fenómeno Milei desde una perspectiva que lo considera una manifestación política “patológica”, casi como un trastorno de la personalidad. Esta visión, aunque interesante, puede ser reductiva y no ayuda a comprender plenamente por qué sus discursos radicales encuentran resonancia entre ciertos sectores de la población.

Milei se presenta como un outsider que desafía el status quo, canalizando el descontento de quienes se sienten marginados por las políticas tradicionales. Su retórica incendiaria y su ataque constante contra la izquierda y el estado de bienestar resuenan con aquellos que perciben estas instituciones como responsables de su situación actual. Esta perspectiva ofrece una sensación de pertenencia y de lucha por una causa justa a sus seguidores, algo que las explicaciones meramente “psicológicas” no capturan en su totalidad.

El papel de los medios y la opinión pública

La presencia mediática de figuras como Milei y la cobertura de eventos organizados por Vox son cruciales para entender cómo se configura la opinión pública en torno a estas ideologías. Los medios de comunicación juegan un papel doble: por un lado, amplifican el mensaje de la derecha radical, y por otro, crean un espacio de controversia que puede beneficiar tanto a los medios como a los políticos implicados.

La cobertura del evento ‘Viva Europa 24’, con la participación de líderes de la derecha radical internacional como Marine Le Pen, Giorgia Meloni, Viktor Orban y José Antonio Kast (quien dijo que el presidente Boric es un “travesti político”), muestra cómo estos movimientos se apoyan mutuamente en una red transnacional de apoyo ideológico. La participación de Milei y su recibimiento con gritos de «libertad, libertad» y su conocida frase «viva la libertad, carajo» en Madrid subraya la dimensión global de esta cruzada.

En resumidas cuentas, vuelvo a plantear que el incidente diplomático provocado por Javier Milei no es un hecho aislado, sino parte de una estrategia más amplia de la derecha radical para desestabilizar a sus adversarios políticos y promover su agenda. Utilizando a Milei como una figura de ataque, Vox y sus aliados buscan proyectar sus mensajes más extremos sin enfrentar las repercusiones directas en sus propios contextos políticos. Esta cruzada moral contra la izquierda y el progresismo intenta redefinir los límites del discurso aceptable, impulsando una narrativa de confrontación y censura que pone en riesgo la pluralidad y la democracia.

 

Fabián Bustamante Olguín.

Doctor en Sociología, Universidad Alberto Hurtado. Académico del Instituto de Ciencias Religiosas y Filosofía, Universidad Católica del Norte, Coquimbo.



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Fabián Bustamante Olguín

Doctor en Sociología, Universidad Alberto Hurtado Magíster en Historia, Universidad de Santiago Académico del Instituto Ciencias Religiosas y Filosofía Universidad Católica del Norte, Sede Coquimbo

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