
Landerretche instala el miedo: el comando de Carolina Tohá agita fantasmas frente al avance de la izquierda oficialista
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La disputa por la candidatura presidencial del oficialismo se tensiona con nuevas declaraciones del economista Óscar Landerretche, miembro del equipo político de Carolina Tohá, quien ha desatado una campaña del miedo frente a la posibilidad de que el progresismo o la izquierda gane las primarias del 29 de junio.
En una entrevista concedida a Radio Infinita, Landerretche —ex presidente de Codelco y actual académico de la Universidad de Chile— advirtió que si figuras como Gonzalo Winter (Frente Amplio) o Jeannette Jara (Partido Comunista) resultaran electas como abanderadas del oficialismo, la derecha, encabezada por Evelyn Matthei, tendría el camino allanado hacia La Moneda. “Solo Tohá es competitiva frente a Matthei”, sentenció.
La intervención de Landerretche provocó fuertes reacciones al interior del oficialismo, particularmente desde el Frente Amplio y el Partido Comunista, que acusaron al economista de fomentar divisiones y de instalar un “progresismo reducido” basado en el miedo, muy alejado de un debate de ideas serio y respetuoso.
“Desde el comando de nuestra candidata Jeannette Jara, queremos recordar que hoy estamos en una primaria que debe convocarnos a que, al final del proceso, podamos avanzar en unidad”, declaró Bárbara Figueroa, jefa de campaña de Jara. La secretaria general del PC agregó que “no se puede construir la unidad descalificando a los otros partidos”, y llamó a elevar el debate programático “sin caer en descalificaciones de poca monta”.
En la misma línea, el candidato Gonzalo Winter denunció que la postura del entorno de Tohá “propone un progresismo reducido que no le va a ganar a la derecha”, y alertó sobre la desconexión que ese tipo de visión mantiene con las demandas ciudadanas.
Landerretche, por su parte, no solo insistió en que no apoyaría a ningún otro candidato si Tohá pierde la primaria, sino que incluso puso en duda la “madurez política” del Frente Amplio y la autenticidad del giro socialdemócrata del presidente Gabriel Boric. “Será interesante observar al Mandatario cuando sea expresidente”, deslizó con ironía.
Más polémico aún fue su emplazamiento al FA y al propio Boric, a quienes pidió que, ante un eventual gobierno de derecha, “no traten de convertir el país en un maldito infierno, quemando iglesias”, una afirmación que fue considerada como una provocación inaceptable por parte de varios sectores del oficialismo.
Desde el entorno de Carolina Tohá intentaron poner paños fríos. Pía Mundaca, una de sus colaboradoras más cercanas, aclaró que Landerretche “no es vocero del comando ni ha ingresado en ningún cargo formal”, y que sus opiniones son “a título personal”.
Sin embargo, los dichos del economista revelan una estrategia clara del sector socialdemócrata del oficialismo: reinstalar el viejo relato del “mal menor”, resucitando las prácticas de la Concertación y su agenda promercado, con el argumento de que solo un liderazgo moderado puede contener a la derecha.
A menos de un mes de las primarias, lo que queda en evidencia es que el oficialismo no solo enfrenta una competencia electoral, sino un debate profundo sobre el rumbo del progresismo chileno: ¿Volver al centrismo neoliberal de los 90 o avanzar hacia transformaciones más estructurales? La campaña del terror de Landerretche parece apostar por lo primero.