
“Vamos a volver”: El Cristinazo desborda Plaza de Mayo con un grito contra la proscripción
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Miles de personas colmaron este miércoles la histórica Plaza de Mayo en una masiva movilización popular convocada para rechazar la proscripción política de Cristina Fernández de Kirchner. La expresidenta, desde su domicilio en San José 1111 —hoy convertido en símbolo de resistencia—, rompió el silencio con un mensaje grabado que fue escuchado con atención y emoción por la multitud. El acto, que rápidamente fue bautizado como El Cristinazo, reunió a militantes peronistas, organizaciones sociales y ciudadanos autoconvocados bajo una consigna común: “Basta de proscripción”.
“Lo que más me gustó fue escucharlos gritar otra vez ‘vamos a volver’”, dijo la exmandataria en un audio reproducido desde el escenario, generando una ovación espontánea entre banderas flameantes, cánticos y abrazos. La imagen de una Plaza de Mayo repleta evocó otras jornadas clave del peronismo, con una militancia movilizada a pesar del frío y la represión judicial.
Cristina, condenada en diciembre pasado a seis años de prisión y proscripción de por vida por presunta administración fraudulenta, cumple prisión domiciliaria mientras su defensa prepara una ofensiva legal ante tribunales internacionales. El proceso ha sido ampliamente cuestionado por juristas y organismos de derechos humanos por su falta de garantías, lo que ha acrecentado las denuncias de persecución política.
En su intervención, la expresidenta apeló al recuerdo de sus gobiernos como una etapa concreta de derechos sociales. “Quiero volver a tener un país donde los pibes coman cuatro veces al día, donde haya libros y computadoras en las escuelas, donde los laburantes lleguen a fin de mes y los jubilados reciban sus remedios. Ese país no fue una utopía. Lo vivimos durante doce años y medio, y además lo dejamos desendeudado”, afirmó.
Cristina también cargó con dureza contra el actual modelo económico, al que calificó de insostenible. “Este modelo, como los de Martínez de Hoz o Cavallo, se cae. No sólo porque es injusto, sino porque tiene vencimiento, como el yogur”, ironizó. Cuestionó la situación en la que “la gente tiene que tarjetear la comida del día a día” mientras el ministro de Economía, Luis Caputo, “alquila dólares para simular que tiene reservas”.
“¿Cómo subsiste un país donde es más barato comprar comida, ropa o viajar afuera que dentro del propio territorio?”, se preguntó, y concluyó: “Desde la trinchera que me toque, voy a seguir haciendo todo lo que esté a mi alcance para estar con ustedes”.
El mensaje cerró con una frase que volvió a resonar en cada rincón de la Plaza:
“Vamos a volver. Con más sabiduría, más unidad y más fuerza. Y con mucho amor”.