
Diputada Claudia Mix responde a Labbé: “No me extraña que piense así, siendo hijo de un violador de Derechos Humanos”
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 36 segundos
Las declaraciones del diputado Cristián Labbé (Partido Nacional Libertario), quien calificó como “algo grave” el triunfo de Jeannette Jara en las primarias presidenciales del pacto Unidad por Chile, no tardaron en generar una contundente respuesta desde el mundo político. La diputada Claudia Mix (Frente Amplio) respondió con dureza, acusando al parlamentario de “reivindicar las violaciones a los Derechos Humanos” cometidas durante la dictadura de Pinochet y advirtiendo que sus dichos podrían constituir una infracción a la Ley de Seguridad Interior del Estado.
“Hacer llamados a romper la institucionalidad en tiempos de democracia debiera castigarse penalmente. Constituye una infracción a la Ley de Seguridad Interior del Estado, en tanto es proferida por una autoridad pública, a través de un medio de comunicación masivo, reivindicando las violaciones de Derechos Humanos cometidas en dictadura, que de paso fue de extrema derecha”, señaló Mix en una declaración difundida este lunes.
Pero fue más allá: “No me extraña que piense así, siendo hijo de un violador de Derechos Humanos”, remató la diputada, en una referencia directa al prontuario del padre del parlamentario.
El peso de la herencia
Como sabemos, Cristián Labbé Martínez es hijo del ex coronel Cristián Labbé Galilea, ex agente de la DINA, exministro de la dictadura de Pinochet y actual condenado por violaciones a los Derechos Humanos. El exoficial fue hallado culpable en múltiples causas judiciales, entre ellas el caso Tejas Verdes, donde se acreditó la existencia de tortura sistemática a opositores durante los primeros años del régimen militar. Hoy cumple condena en el penal de Punta Peuco, destinado a violadores de Derechos Humanos.
Que el diputado Labbé utilice hoy el micrófono de medios masivos para atacar a una candidata electa democráticamente —apelando al viejo discurso anticomunista de la Guerra Fría— no solo revela una desesperación ideológica, sino también una peligrosa normalización de discursos que relativizan la historia reciente del país.
Ver esta publicación en Instagram
La vieja táctica del miedo
Durante una conversación en redes sociales junto al influencer ultraderechista Mauro Nova, Labbé arremetió contra Jeannette Jara acusándola de representar a un oficialismo “que dice que Cuba es una democracia diferente” y de militar en un partido que “respalda a Maduro y Nicaragua”. Más allá de la retórica, lo que queda claro es la incomodidad de ciertos sectores frente a una izquierda popular que ha logrado articular un liderazgo con base social, territorial y legitimidad democrática.
Para Claudia Mix, las palabras del diputado no son simplemente parte del debate político: son un intento deliberado por erosionar las bases democráticas. “Los sectores que se beneficiaron del modelo impuesto a sangre y fuego ahora temen perder sus privilegios. Por eso gritan comunismo, como en los años más oscuros”, señaló en sus redes sociales.
Democracia bajo ataque
No es la primera vez que Cristián Labbé Galilea realiza declaraciones polémicas. Desde su llegada al Congreso ha sido una de las voces más ruidosas del pinochetismo sin complejos, defendiendo abiertamente el legado de la dictadura y cuestionando sistemáticamente avances en materia de justicia, memoria y reparación.
Pero esta vez el contexto es distinto. La candidatura de Jeannette Jara no surge desde la marginalidad ni el testimonio, sino desde una primaria abierta en la que obtuvo el 60% de los votos y se impuso en todas las regiones del país. Su figura representa una alternativa real de gobierno para una ciudadanía cansada de promesas incumplidas y elites políticas desconectadas.
En ese escenario, la ultraderecha vuelve a recurrir a su táctica más conocida: sembrar miedo. El problema, como lo advierte Mix, es cuando ese miedo se transforma en discursos que abiertamente transgreden los marcos institucionales. Y más grave aún cuando provienen de autoridades que juraron respetar la Constitución.
¿Hasta cuándo la impunidad política?
El episodio reabre un debate incómodo pero urgente: ¿Debe la democracia tolerar discursos que reivindican el autoritarismo y atacan el pluralismo político desde cargos de representación? ¿Dónde está el límite entre la libertad de expresión y la incitación al odio, al quiebre institucional y la apología de crímenes de lesa humanidad?
La respuesta de Claudia Mix, con toda su carga política y personal, marca un punto de inflexión. No solo enfrenta a Labbé con su historia familiar —la misma que él evita mencionar—, sino que instala en el debate público la necesidad de exigir responsabilidad política y legal a quienes, desde espacios de poder, trivializan el pasado más oscuro de Chile.
Porque, como ella misma lo dijo: “Gobernar con dignidad también es no olvidar. Y no permitir que los hijos del negacionismo dicten cátedra sobre democracia.”
Simón del Valle
de Ricardo says:
No son sólo » intentos» de erosionar nuestra fragilísima democracia , ya hay hechos consumados: el «Decano» de nuestra prensa me impidió hoy publicar un comentario donde osé criticar la política de sanciones de la potencia septentrional , en nuestro continente .Ello con pretextos «técnicos», como siempre: «Ha ocurrido un problema» es el mensaje que recibo, reiterado todo el día.
Patricio Serendero says:
La Derecha ya ha lanzado sus perros de presa contra Jeanette Jara como era de esperar. Por ahí aparece el economista Sebastián Edwards pontificando que el programa de esta es similar al programa de Salvador Allende, un programa fracasado según esta lumbrera de la ciencia económica. Según él la mejora salarial para aumentar la demanda interna solo trajo mercado negro , acaparación y por lo tanto inflación. De modo que se puede concluir con el que no pueden haber aumentos salariales significativos a los trabajadores. No sirve a la teoría del chorreo que este mismo economista defiende. Esa que nunca ha funcionado en ninguna parte.
Pero que académico sin argumentos racionales que le exigen su profesión!
Patético este Edwards, cuyo apellido ha significado siempre odio y dolor a los chilenos.