
Tonka vestida con un traje platinado, avanzó convertida en gacela, en Aida de la ópera de Verdi, o en Cleopatra, mientras la alfombra roja, gemía bajo sus alados pies. Que había luna llena en aquella oportunidad, importa un bledo. Que no se escuchaba ni el más leve rumor de la ciudad, tampoco interesa. Cualquiera se atrevió a asegurar que Tonka Tomicic levitaba, mientras