Chile al Día

Homenaje al compañero “Agustín” en Valparaíso

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Fotos: Guillermo Correa Camiroaga

Desde hace varios años un grupo de compañeras y compañeros se reúnen al mediodía del último domingo del mes de septiembre en la entrada del Cementerio N°3 de Playa Ancha, en Valparaíso, para desde allí dirigirse hasta el nicho en donde reposan los restos de Carlos René Díaz Cáceres y  recordar su opción militante revolucionaria y su ejemplo de lucha consecuente, que lo llevó a ofrecer su vida por la liberación de los pobres del campo y la ciudad mientras se dirigía a realizar una acción en contra de la dictadura el 30 de septiembre de 1982. Carlos  Díaz Cáceres, el compañero “Agustín”, fue uno de los fundadores del MIR en Valparaíso y miembro del Comité Central del Partido.

 

A través de las distintas intervenciones realizadas por compañeras y compañeros, jóvenes y muchachas rebeldes de ayer y de hoy, se recordaron fragmentos de su trayectoria y se le rindió homenaje en un emotivo y simbólico acto de memoria realizado hoy domingo 29 de septiembre.

 

 

 

De las diferentes intervenciones entregadas junto a su tumba – en cuya lápida aparece grabada una frase del compañero Agustín en donde dice: “Soy del pueblo, soy parte de él, y solamente dentro de él, mi vida tiene sentido” -, transcribo a continuación algunos fragmentos de los  testimonios allí expresados:

 

“Este mes de septiembre ha estado lleno de memoria. Hemos estado en varios actos de memoria para homenajear a nuestros compañeros y hoy día nos convoca el compañero Agustín, con quien trabajamos e hicimos muchas tareas juntos en pos de los objetivos del Partido, el MIR.                        




 

Él cayó un día 30 de septiembre en Santiago cuando iba a realizar una acción (…) Hoy hay nuevas luchas que se están dando, algunas soterradas y otras abiertas, pero están ahí presentes, y los jóvenes que tendrán la palabra en el futuro están haciendo cosas interesantes y me parece que hay que apoyar las distintas iniciativas que están apareciendo…”

 

“Un día 30 de septiembre de 1982, en una calle de Santiago de Chile, en la clandestinidad, en plena dictadura cívico-militar, murió Carlos Díaz Cáceres, conocido por sus compañeros de Partido como “Agustín. Formado en la Escuela de Especialidades de la Armada, como hombre de pueblo comprendió  cuál era su lugar en la vida y optó por ser fiel a sus orígenes. Agustín, trabajador, soldado, estudiante universitario, revolucionario, un joven alegre y de profundas convicciones, fue uno de los fundadores del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, en Valparaíso. Para quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo y compartir con él, como también para aquellos que les aportó con su ejemplo, con su sencilla sabiduría, con su valentía y su formación militante, Agustín se alza como todo un símbolo de entrega, consecuencia y honestidad. Sus amigas y amigos del barrio en el cual transcurrió su infancia, sus compañeros de estudio, sus familiares, sus compañeros de Partido, como también muchas y muchos que alguna vez supieron de oídas que existió un porteño tan parecido al CHE, nos reunimos desde hace varios años el último domingo de septiembre en su modesta tumba, para compartir un momento junto a él”

 

“Estas memorias no pueden quedarse solo en recuerdos, ya que necesitamos seguir la lucha y esa es la única manera de conmemorar a nuestros héroes y a nuestros mártires, a los compañeros desaparecidos. Ese es el deber de nosotros….”

 

 

“Yo soy hija del “Clarito” y era muy chiquitita cuando compartí con Agustín y me emociona siempre verlos a ustedes, porque yo me crié en medio de ustedes conversando de la dialéctica, la dialéctica, la dialéctica, y ahí aprendí esa palabra, entonces me emociona verlos acá construyendo memoria. La memoria no es algo del pasado, es algo del presente, porque la dictadura sigue viva en la sociedad actual, todavía somos víctimas en la educación, las AFP, la salud. Entonces la dictadura sigue presente en cada uno de nosotros, en nuestras vidas.                  

 

Por eso, como decía el compañero, no hay que perder la esperanza y hay que seguir luchando desde los diferentes frentes de acción, desde nuestra propia cotidianidad y vida que llevamos.  Yo al Agustín lo recuerdo con mucho cariño, con un chaquetón negro, grande, su bigote, para mí era un amigo más que llegaba a la casa y compartía con mi papá y mi mamá. Su legado sigue en cada una de las que seguimos luchando y creyendo, porque pienso y sigo sosteniendo que la única derrota es no seguir luchando.”

 

“Cuando se habla de muchos MIR la juventud tiende a confundirse. El MIR es un único proyecto político, un proyecto en común, un proyecto poblacional, universitario, de las minorías, de los trabajadores. Ese es el ejemplo que deja Miguel, Bautista, Luciano, y ese es el proyecto que tenemos que seguir nosotros los jóvenes. El contexto actual necesita unidad de acción y la juventud tenemos que seguir con ese accionar. La historia está acá, la historia la hacemos nosotros, los explotados de todos los días, entonces adelante con todas las luchas de la historia.”

 

Depositando claveles rojos en el nicho de Carlos Díaz Cáceres y entonando el himno del MIR finalizó este sencillo acto de memoria y homenaje.

 

Guillermo Correa Camiroaga,  Valparaíso 29 septiembre 2019

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