
Cierre del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti: Un golpe a la memoria colectiva en Argentina
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La reciente decisión del gobierno de Javier Milei de cerrar el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, ubicado en el Espacio Memoria y Derechos Humanos de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), ha generado una fuerte reacción en Argentina y más allá de sus fronteras.En Chile, la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi posteó en la red X su consternación por la decisión de Milei.
Este espacio, símbolo de la lucha por la verdad y la justicia en relación con las violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar (1976-1983), enfrenta ahora un desmantelamiento que amenaza con borrar décadas de trabajo dedicado a preservar la memoria colectiva.
El golpe administrativo y los despidos
El cierre del Centro Cultural fue comunicado el 31 de diciembre de 2024, en vísperas del Año Nuevo, a través de mensajes enviados por WhatsApp a los trabajadores publicó el diario Página12. Según la Secretaría de Derechos Humanos, liderada por Alberto Baños, el cierre responde a una supuesta «reestructuración interna» y «análisis de programación». Sin embargo, esta medida, sin precedentes en los 16 años de historia del centro, ha sido acompañada por despidos masivos de trabajadores, relegando a otros a un estado de «guardia pasiva» que les impide ingresar a sus puestos.
La exdirectora del centro, Lola Berthet, calificó la acción como «maligna» y expresó su apoyo a los empleados afectados. Paralelamente, se informó que trabajadores de otros sitios de memoria y de la Secretaría de Derechos Humanos también han sido despedidos, agravando aún más la situación.
Un ataque a la memoria colectiva
El Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti opera en el predio de la ex ESMA, un lugar emblemático de represión y tortura durante la dictadura. En democracia, este espacio fue transformado en un sitio de memoria para educar, reflexionar y honrar a las víctimas del terrorismo de Estado. Su cierre no solo afecta a sus trabajadores, sino también a la preservación de la memoria histórica y la continuidad de las políticas de derechos humanos en Argentina.
Este acto del gobierno Milei refleja un contexto de creciente retroceso en las políticas de derechos humanos en el país. Desde su llegada al poder, el discurso oficial ha minimizado la importancia de los sitios de memoria y ha promovido narrativas que relativizan las atrocidades del pasado.
Solidaridad y resistencia
En respuesta, trabajadores despedidos y organizaciones de derechos humanos han convocado a una movilización el jueves 2 de enero de 2025. Bajo la consigna «Sin trabajadores no hay Memoria», se busca defender el acceso a los espacios de memoria y rechazar las políticas que buscan desmantelar los avances logrados tras décadas de lucha.
Este escenario resuena en países que han enfrentado trances similares, donde los sitios de memoria han sido atacados por gobiernos que intentan reescribir o borrar capítulos oscuros de su historia. Las lecciones de otras naciones demuestran que la memoria no puede ser erradicada fácilmente: su defensa recae en la sociedad civil y en la solidaridad internacional.
Un llamado urgente
La situación en la ex ESMA trasciende las fronteras de Argentina. Representa una advertencia sobre los peligros de ignorar y trivializar las violaciones a los derechos humanos. La preservación de la memoria histórica no es solo un acto de justicia hacia las víctimas, sino también un compromiso con las generaciones futuras para evitar la repetición de los horrores del pasado.
El llamado es claro: se necesita el apoyo de todos para defender estos espacios de memoria y asegurar que las políticas de derechos humanos sigan siendo una prioridad en Argentina y en el mundo