
Multitud despide a Francisco, el «Papa de los pobres», en Roma
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En una emotiva ceremonia celebrada en la Plaza de San Pedro, más de 200 mil personas y varios líderes mundiales despidieron este sábado a Francisco, el «Papa de los pobres», cuyo pontificado de 12 años dejó una profunda huella en la Iglesia y en el mundo.
El féretro de Francisco será enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, cumpliendo su deseo de reposar fuera del Vaticano, una decisión inédita desde 1903. La elección del lugar, un sencillo recinto junto a una imagen de la Virgen, refleja la austeridad que marcó su vida y su papado. Su tumba, de mármol proveniente del norte de Italia, llevará solamente la inscripción «Franciscus».
El primer papa latinoamericano, líder espiritual de 1.400 millones de católicos, falleció el pasado 21 de abril a los 88 años debido a un ictus, apenas un mes después de superar una grave neumonía bilateral. Desde su natal Argentina —a la que nunca regresó como pontífice— hasta Roma, multitudes han rendido homenaje a quien defendió incansablemente a los migrantes, el medio ambiente y la justicia social.
La ceremonia, iniciada a las 10 horas locales, contó con la presencia de figuras como el presidente estadounidense Donald Trump, el mandatario argentino Javier Milei y el rey Felipe VI de España. La ciudad de Roma fue blindada para el evento, con zonas de exclusión aérea, francotiradores y aviones de combate en alerta.
Trump calificó a Francisco como un «hombre fantástico» que «amaba el mundo», pese a sus conocidas diferencias, especialmente en torno a la política migratoria. Milei, por su parte, resaltó su «bondad y sabiduría», dejando atrás los insultos proferidos en su etapa de campaña.
El Papa venido “del fin del mundo”, como se autodefinió, dejó su sello con un estilo pastoral cercano y sencillo. Desde su elección en 2013, Jorge Mario Bergoglio rompió protocolos, eligió un apartamento modesto en vez del Palacio Apostólico y promovió una Iglesia más abierta y comprometida con los marginados.
Como símbolo de su legado, un grupo de pobres, migrantes, presos y personas trans recibieron su féretro con rosas blancas al llegar a Santa María la Mayor. La escena refleja el espíritu de un pontífice que se sintió «uno más del pueblo», como señala su obituario oficial, el Rogito, depositado anoche junto a su inseparable rosario y zapatos negros dentro del ataúd.
Francisco impulsó reformas importantes en la Iglesia, combatiendo la pederastia, ampliando el rol de mujeres y laicos, y enfrentando la dura oposición del ala más conservadora del Vaticano. Sin embargo, su legado trasciende las reformas internas: su voz se alzó sin temor en defensa de los más débiles y contra las injusticias globales.
Con su muerte, se abre ahora el proceso de elección de su sucesor. El cónclave que reunirá a los cardenales podría convocarse en los próximos días, entre 15 y 20 jornadas después de su fallecimiento, aunque no se descarta un llamado anticipado.
Mientras tanto, el mundo rinde tributo a un papa que cambió la historia reciente de la Iglesia católica, fiel hasta el final a su vocación de servicio humilde y a su opción por los olvidados.