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Primarias en Unidad por Chile: el progresismo en su laberinto

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Las primarias de Unidad por Chile han expuesto con crudeza las fracturas internas del oficialismo. La disputa entre Carolina Tohá y Gonzalo Winter no solo refleja diferencias programáticas, sino visiones opuestas sobre los últimos 30 años de política chilena y el rumbo futuro del progresismo.

La recta final hacia las primarias presidenciales del pacto oficialista Unidad por Chile ha dejado al descubierto no solo diferencias programáticas, sino un verdadero quiebre generacional, político y ético entre los partidos que conforman la alianza. Las tensiones entre el Frente Amplio (FA) y el bloque del Socialismo Democrático (PPD, PS y PR) han escalado en los últimos días, a partir de la franja televisiva del candidato frenteamplista Gonzalo Winter, que criticó abiertamente los 30 años de gobiernos de la ex Concertación, cuestionando el modelo económico y social heredado de ese periodo.

Este conflicto no es nuevo, pero hoy se manifiesta con una intensidad inédita. La alianza entre ambos bloques solo fue posible tras la invitación del presidente Gabriel Boric a los partidos socialdemócratas a conformar una coalición amplia de gobierno, cuyo objetivo era también equilibrar el poder legislativo, dada la escasa representación que tenía originalmente el FA y el Partido Comunista en el Congreso. Pero esa unidad estratégica nunca logró convertirse en una verdadera unidad política o ideológica.

La franja de Gonzalo Winter —y sus defensas públicas— se ha transformado en el epicentro de la disputa. Con tono satírico, el spot muestra una “mesa del poder” compuesta por representantes de las AFP, concesionarias y del mercado educativo, ironizando sobre los negocios que prosperaron durante los gobiernos concertacionistas. Se cuestiona directamente el Crédito con Aval del Estado (CAE), las privatizaciones y la mercantilización de derechos sociales, políticas asociadas a los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, y que hoy tienen en Carolina Tohá —ahijada política de Lagos— a su principal representante en la candidatura presidencial del bloque.

El Socialismo Democrático reaccionó con dureza. Carolina Tohá calificó el tono de la franja como “decepcionante” y “caricaturesco”, mientras que el senador Ricardo Lagos Weber, miembro de su equipo de campaña, lamentó la pieza audiovisual y criticó la falta de “madurez política” del Frente Amplio. Para Lagos Weber, el video “no ayuda a la convivencia futura” dentro del oficialismo, y revive un relato que, a su juicio, fue responsable de “poner al gobierno contra las cuerdas” tras el estallido social de 2019.




Pero Winter defendió sin matices su postura. “Las AFP produjeron pensiones de miseria, el CAE endeudó a cientos de miles de familias, y las concesionarias transformaron servicios básicos en fuentes de lucro. ¿Por qué no podemos decirlo?”, cuestionó el diputado. En el debate organizado por Pauta y The Clinic, insistió en que su franja no atacaba partidos, sino que abordaba “dolores reales de la sociedad chilena”, derivados de un modelo que, según él, fue la raíz estructural del estallido social.

En el centro de esta polémica está la disputa por el relato del pasado reciente: mientras Tohá y el bloque socialdemócrata defienden la transición y los logros económicos de la Concertación —aunque reconociendo sus deudas—, Winter y sectores del FA plantean que la desigualdad estructural que persiste en Chile es consecuencia directa de ese modelo.

A este cruce se suman las declaraciones la semana pasada del economista Óscar Landerretche, también del equipo de Tohá, quien aseguró que si Winter o Jeannette Jara (PC) ganan las primarias, la derecha tendría el camino despejado para retornar a La Moneda. Sus palabras fueron interpretadas como una campaña del miedo interna, y provocaron una fuerte reacción desde el FA y el PC, que lo acusaron de fomentar la polarización dentro del oficialismo.

El trasfondo es claro: la candidatura de Carolina Tohá busca consolidar un liderazgo “moderado” capaz de enfrentar a Evelyn Matthei en una segunda vuelta, mientras que el FA apuesta por recuperar el impulso transformador que lo llevó al gobierno en 2021, pero que se ha visto diluido en la gestión cotidiana.

Lo cierto es que estas primarias no solo definirán un nombre en la papeleta presidencial. También serán un plebiscito sobre el relato del progresismo chileno: entre la reivindicación de los 30 años y la crítica estructural al modelo; entre la moderación como estrategia electoral y la transformación como horizonte político. El progresismo está en su laberinto —y quizás no todos logren salir juntos.



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  1. Serafín Rodríguez says:

    Clarísimo! La coalición de los círculos concéntricos era una de conveniencias políticas partidistas y personales sin mayores intereses programáticos por el bien del país. Llegado el momento de las elecciones, ahora andan agarrados de las mechas, a escupos, puñetes y patadas.

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