
“Este es un estallido electoral”: El triunfo arrollador de Jeannette Jara en las primarias sacude el tablero político
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«Este es un estallido electoral». Con esta expresión, el politólogo Juan Carlos Gómez Leyton resumió el efecto sísmico que ha tenido el triunfo de Jeannette Jara en las primarias presidenciales de este domingo. Con el 77,51% de las mesas escrutadas, la ministra del Trabajo y candidata del Partido Comunista se impuso con un aplastante 60,57% de los votos, muy por delante de Carolina Tohá (PPD), quien obtuvo un 27,63%. Más atrás quedaron Gonzalo Winter (Convergencia Social) con 87.738 votos y Jaime Mulet (FRVS) con apenas 27.557 sufragios.
Con 592.130 votos a su favor, Jara no solo lidera los resultados, sino que los domina en la totalidad del país. En Valparaíso, alcanzó un 61,11%, porcentaje idéntico al logrado en la Región Metropolitana. En La Araucanía bordeó el 58% y en Los Lagos superó el 62%. En el comando de la candidata comunista, la algarabía era absoluta mientras esperaban que sus contendores reconocieran la derrota, lo que no tardó en llegar pasadas las 19 horas.
Pero más allá de los números, lo que se está configurando, como advierte Gómez Leyton, es un giro profundo en el escenario político chileno. «¿Cómo es posible que después de 50 años, luego de buscar exterminar este sector social y político, hoy día emerja e incluso se instale como candidato presidencial con alta probabilidad de ganar?», se pregunta el analista, en alusión al pasado de represión sufrido por la izquierda tras el golpe de Estado de 1973.
Este resultado no solo remueve viejos temores y fantasmas. También revela una pulsión de fondo en el electorado popular, que ha visto en Jara una figura confiable y cercana. Su rol como ministra durante el gobierno de Gabriel Boric, su firmeza en las negociaciones por las 40 horas laborales, y su coherencia política dentro de la coalición de gobierno, han sido elementos clave en su consolidación.
“Este triunfo de Jara es el de una línea política denostada, criticada, incluso ridiculizada durante décadas”, señala Gómez Leyton. Sin embargo, añade con agudeza que el Partido Comunista chileno “no es un partido revolucionario que busque transformar el capitalismo, sino que busca administrarlo”. Y en esa línea, augura que Jara lo hará con eficiencia, pero sin alterar las bases del modelo económico vigente.
No obstante, lo que parece quedar claro es que la figura de Jara trasciende su militancia. Se ha convertido en una opción seria de poder que podría aglutinar al electorado progresista en noviembre. “Todo el mundo popular se va a movilizar por ella”, afirma el politólogo, anticipando una segunda vuelta en la que Jara llegaría fortalecida frente a cualquier carta de la derecha.
Para muchos analistas, este resultado también representa una derrota para la centroizquierda tradicional, especialmente para el PPD y figuras emblemáticas como Carolina Tohá, cuya candidatura fue incapaz de generar entusiasmo y votos. La distancia entre ambas no solo fue amplia, sino categórica, marcando una posible reconfiguración interna en las fuerzas oficialistas.
Con estos números y sensaciones, la carrera presidencial en Chile ha dado un vuelco imprevisible. El “estallido electoral” del que habla Gómez Leyton no es solo una frase impactante: es el reflejo de una ciudadanía que vuelve a sacudir las estructuras tradicionales, tal como lo hizo en 2019, pero esta vez en las urnas.
Y como suele ocurrir en la historia política chilena, las sorpresas nunca vienen solas.
Serafín Rodríguez says:
A propósito de este artículo, me permito compartir el comentario de más abajo, el cual incluye un buen análisis y cifras, hasta donde entiendo irrebatibles, que circula en internet. Como no está firmado, desconozco su autoría pero parece en extremo interesante:
«Dado que no milito en ningún partido de Gobierno, carezco de pretensiones electorales y, por ende, de intereses creados en las primarias presidenciales; y ante la proliferación de análisis dominados por la emocionalidad —sin el más mínimo rigor racional—, me permito señalar algunos datos concretos:
1. Desde una perspectiva estrictamente numérica, las primarias de Apruebo Dignidad en 2021 convocaron a aproximadamente 1.75 millones de electores, mientras que en las de 2025 participaron cerca de 1.37 millones, lo que refleja una disminución de 380,000 votantes.
o El exitismo de ciertos sectores de izquierda —que celebran la victoria con un 60% de los votos emitidos— ignora un hecho crucial: dicha cifra representa solo el 9% del padrón electoral total, lo que se traduce en un apoyo real del 5.4% para la candidata en cuestión.
o Este fenómeno es análogo al del plebiscito de entrada (2020), donde el Apruebo obtuvo un 78% del 50.9% de participación (es decir, un 39.7% del padrón total), y luego en el plebiscito de salida (2022), el Apruebo obtuvo cerca del38 % en un escenario de voto obligatorio.
2. Resultados históricos del Partido Comunista (PCCh):
o Municipales 2016: 5.3% de los votos.
o Parlamentarias 2017: 4.6%.
o Municipales 2021: 5.3%.
o Parlamentarias 2021: 5.1%.
o Primarias 2025: 5.4% (la candidata en cuestión no rompió la tendencia, sino que se mantuvo en el rango habitual del PCCh).
En síntesis, los porcentajes relativos (dentro de una elección restringida) no deben confundirse con respaldos absolutos. La narrativa triunfalista oculta una realidad fría: el Partido Comunista de Chile no ha logrado expandir su base electoral más allá de su núcleo duro.»
Renato Alvarado Vidal says:
El triunfo de Boric significó el desprestigio del progresismo post moderno, ojalá un triunfo de la compañera Jara no represente eso mismo para la izquierda popular.
En caso de un triunfo en la presidencial le deseo lo mejor a pesar de todos los amarres que cualquier gobierno encontrará.