El miedo es una emoción poderosa. Nos alerta del peligro, nos hace más cautelosos y, en dosis adecuadas, puede ser un salvavidas. Pero en exceso, el miedo distorsiona nuestra percepción, debilita el pensamiento crítico y convierte la autopreservación en egoísmo. Vivimos en una sociedad donde el miedo es parte de la vida cotidiana: enfermedades, crímenes, desempleo,