
Las derechas chilenas enfrentan un dilema profundo: mientras intentan proyectar una imagen de fortaleza y unidad, los hechos demuestran lo contrario. Los enfrentamientos entre los partidos de Chile Vamos, las retaliaciones políticas en comunas clave y las acusaciones constitucionales desarticuladas revelan una derecha debilitada, desconectada de su base y sin un liderazgo