Crónicas de un país anormal

El porqué de las feroces críticas a Greta Thunberg

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A lo largo de la historia los niños y adolescentes han inquietado a los poderosos: en el año 1212, Jerusalén había sido reconquistada  por Saladino, y las Cruzadas estaban estancadas, y cuando dos niños, Esteban, en Francia, y Nicolás, en el sacro imperio romano-germano, tuvieron sendas visiones, en las cuales Jesucristo los llamaba a iniciar sus respectivas Cruzadas, a fin de liberar el Santo Sepulcro, (no en vano Jesús había dicho que los niños eran sus predilectos), se reanudó la peregrinación a Tierra Santa.

 

Esteban y Nicolás lograron copar los caminos, con más de 30.000 niños, sin embargo, antes de llegar, los primeros a Niza y, posteriormente, a Marsella, y los segundos a Génova y luego a Roma, sus filas se fueron diezmando hasta tal punto de que los  buques que los transportaban terminaban vendiéndolos como esclavos. La famosa Cruzada de los niños dio lugar, posteriormente, al cuento infantil El flautista de  Hamelin .

 

En la Guerra de Cien Años (1337 a 1453), entre ingleses y franceses, (en la realidad duró más de un siglo), la adolescente Juana de Arco recibía mensajes del cielo por boca de Santa Catalina y de Santa  Margarita, pidiéndole se integrara al ejército francés, que en esa precisa  época estaba sitiado por los ingleses, en el pueblo de Orleans.

 

Juana de Arco, después de largos y crueles combates, logró romper el sitio y así cumplir la segunda parte del mensaje que Dios le había enviado, y proclamar al rey Carlos VII, que sería coronado en la Catedral de Reims. Juana de Arco – se hacía llamar la “doncella” –  desobedeciendo al rey, siguió peleando para reconquistar París, pero fue hecha prisionera por  los Borgoñeses, quienes la entregaron a los inquisidores y desoyendo las voces se retractó ante dicho tribunal, pero luego se arrepintió y fue condenada a la hoguera.




 

Para quienes se extrañan de que los videntes – niños y adolescentes – sean utilizados por los adultos para defender sus propias causas, Juana de Arco fue elevada a los altares, en el siglo XX, pues Francia necesitaba una santa patrona para reivindicar la posesión de los territorios de Alsacia y Lorena, que había perdido en la guerra franco-prusiana, y que en la Primera Guerra Mundial debía recobrar.

 

Santa Juana de Arco ha sido también la patrona de los colaboracionistas de Vichy.

 

Hasta hoy, los aficionados “à la petite histoire”  discuten sobre si Juana fue efectivamente sometida a la hoguera, o se trataba de una doble.

 

A falta de argumentos, es mucho más simple criticar al mensajero(a) que al mensaje, por consiguiente, quienes creen que el CO2 y las energías fósiles son muy benignas en la preservación  del medio ambiente, y que el “calentamiento global” es una invención de seres malignos, (entre ellos George Soros y los dirigentes de las ONG ambientalistas), atribuyen el éxito de Greta Thunberg a la posesión diabólica de un poder religioso, no muy distinto de las apariciones, sueños y voces que, en el pasado experimentaron Esteban y Nicolás, Juana de Arco, los pastorcitos de Fátima, y otros cuantos privilegiados con la gracia divina.

 

Personalmente, aunque no soy vegano ni vegetariano, (más bien soy carnívoro), no puedo sino tener simpatía por el discurso siempre emotivo de Greta, que osa atacar de frente a los magnates y potentados, a pirómanos y tarados, (Bolsonaro y sus hijos…; Eduardo `hijo` se dio el lujo de atacar a Greta por medio de una fotografía trucada, en la cual aparece dándose una comilona pantagruélica, en un tren). Hay que dejar en claro que los imbéciles son los que eligen a indeseables, como Trump, Bolsonaro, Duque, Piñera y Macri… sepultando la idea de que “la voz del pueblo es la voz de Dios”.

 

Entre los supuestos enemigos de Greta Thunberg hay hasta  periodistas tarados, entre ellos un  brasilero, quien le recomienda que su ímpetu se calmaría con sexo; otros recalcan que padece el síndrome a Asperger, (a propósito, no es ninguna enfermedad, sino una condición), y los demás allá, que es utilizada por sus padres, (actor y cantante de ópera respectivamente).

 

El camino recorrido por Greta ha sido vertiginoso y deslumbrante: comenzó sentándose en las afueras del Parlamento sueco, luego, invitada a la Asamblea Nacional francesa; después a COP24, en Polonia; a la Conferencia Davos, de millonarios, en Suiza y recientemente, por Naciones Unidas, en la Conferencia sobre el medio ambiente, en Nueva York.

 

El mayor mérito  de Greta – pienso – es la consecuencia y, sobre todo sus discursos directos y desafiantes frente a los poderosos, a quienes poco o nada les importa que el planeta se consuma a través del calentamiento global, que el Ártico desaparezca y que las ciudades costeras del mundo sean devoradas por las aguas.

 

En Davos les dijo en su cara a los millonarios:

 

“No quiero que tengas esperanza, quiero que entres en pánico. Quiero que sientas el miedo que yo siento todos los días y luego quiero que actúes.

 

Nuestra casa está en llamas. Estoy acá para decirles que nuestro hogar está ardiendo”.

 

En el Parlamento Europeo dijo: “mi Asperger me ayuda a no creer en mentiras”. En Roma saludó al Papa Francisco (la curia degenerada quiere hacerle un golpe de estado, pues aboga por el medio ambiente).

 

Greta se da el lujo de despreciar y rechazar a los poderosos: “Por favor, guarden sus elogios. No los queremos” – habló así en el Congreso de Estados  Unidos -.

 

Y en su último discurso ante la ONU: “Me han robado mis sueños y mi infancia con sus palabras vacías…Estamos en el comienzo de una extinción  masiva. Y de lo único que pueden hablar es de dinero y cuentos de hadas de crecimiento económico eterno. ¿Cómo se atreven?”).

 

En la Edad Media eran las voces  del cielo  las que movilizaban a los adolescentes, hoy es el resultado de las investigaciones científicas que demuestran, más allá de cualquier duda razonable, que el hombre en su codicia y afán de atesorar riquezas, está destruyendo el planeta, y que si se extingue el orgulloso “homo sapiens”, otros vendrán en su lugar.

 

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

30/09/2019

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