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El 26 de julio, Día Nacional de la Rebeldía, encuentra a Cuba en medio de significativos problemas que afectan la vida diaria de los cubanos.

Arrecia la campaña orquestada desde la embajada norteamericana que busca subvertir el orden en la isla, desprestigiar a sus dirigentes y castigar su ya castigada economía. El bloqueo comercial a la isla sigue haciendo víctimas entre los habitantes sin discriminación alguna.

Esto que se escribe hoy, 26 de julio de 2022, puedo haber sido escrito en cualquier veintiséis del último medio siglo.

Esta es una de las fechas más importantes para los cubanos. Se recuerda una epopeya que dejó notables enseñanzas para los pueblos y revolucionarios del mundo: quizás la más significativa tiene que ver con la decisión necesaria para enfrentar los cambios que el pueblo avasallado necesita.




Y, por cierto, el calibre y lucidez de sus dirigentes.

Un puñado de heroicos hombres y mujeres deciden hacer más que decir y se lanzan a una aventura que tendrá repercusiones históricas tanto en Cuba, como en América Latina y gran parte del mundo.

La importancia de la revolución cubana y de sus líderes, queda de manifiesto en la transformación que ha tenido Cuba y su inserción como protagonista respetado en el concierto de la naciones.

Y, claro está, por el encono con que ha sido asediada desde el primer día para derrotarla. Y de las veces que la CIA y sus agentes intentaron asesinar a Fidel Castro.

Y como el mismo Fidel lo dijera, no pudieron.

Cuba no es el paraíso ni el infierno. Es, por sobre todo, un ejemplo y una esperanza para los ofendidos, los humillados, los desplazados y explotados.

Y su resistencia y esa enorme capacidad de compartir con el que tiene menos, obra en la conciencia de millones en el mundo.

El orden unipolar instalado por el poder militar de Estados Unidos y la sumisión vergonzante de Europa se tambalea.

Las circunstancias de la guerra en Ucrania y la reacción de occidente en orden a utilizar aquello que en Cuba es cosa antigua, el bloqueo económico, no está dando los resultados esperados. Al contrario, quienes han intentado castigar a Rusia por la vía del estrangulamiento económico, están sufriendo el efecto peligroso de sus propias medidas.

Y, peor aún desde el punto de vista de la prepotencia norteamericana y la soberbia europea, se preparan para asimilar la derrota más trascendente: no solo quedará una división política distinta en ese continente, sino que, por sobre todo, se alzará un nuevo orden mundial en los que los ejes del poder, se habrán trasladado hacia otras latitudes.

El mundo está cambiando.

Y en ese movimiento de las estructuras de poder que sucede a miles de kilómetros de nuestra América Latina, se verá afectado el mundo entero.

Y aún en ese contexto, el ejemplo que emerge de Cuba seguirá desplegando sus enseñanzas: jamás dejar de luchar.

Cuba ha sido siempre una referencia para los pueblos del mundo. No siempre ha sido bien entendida, pero no ha renunciado a dejar su impronta de decisión y valor.

Este 26 de julio encuentra a Cuba en medio de problemas acuciantes. La mayoría creado por el sabotaje y el bloqueo. Otros se explicarán por el factor humano, inherente a las más humana de las conductas: caminar por propio pie, pensar por propia cabeza.

Pero, como lo ha hecho en los últimos 56 años, ante los embates del más poderoso y criminal enemigo de los pueblos, los cubanos acudirán al ejemplo de la gesta que dio origen a lo que vino luego: el espíritu que animó el asalto al Cuartel Moncada: trinchera y corazón.

Y al ejemplo de su líder más señero, quizás el hombre más trascendente desde el punto de vista de los pueblo del mundo, aquel al que la gente llamaba Fidel.

Ese hombre que siempre quiso pararse en una esquina.

 

Por Ricardo Candia Cares

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Las opiniones vertidas en esta sección son responsabilidad del autor y no representan necesariamente el pensamiento del diario El Clarín

 



Escritor y periodista

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