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Fundición Ventanas deja de contaminar; su cierre es solo un paso dice Greenpeace

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Este miércoles se apagaron los hornos de la fundición Ventanas que, durante casi 60 años, se dedicaron a convertir en ánodos de cobre los concentrados minerales de los pequeños y medianos mineros de Chile y de algunas divisiones de Codelco.

“Las plantas comenzaron a construirse en 1961 y fueron inauguradas en años distintos. La fundición en 1964, por el Presidente Jorge Alessandri, y la refinería electrolítica en 1966, por el Presidente Eduardo Frei Montalva. Desde entonces, se convertirían en emblema de una era de industrialización para la Región de Valparaíso”, recordó el presidente ejecutivo André Sougarret.

Sougarret, junto con el presidente del directorio, Máximo Pacheco; el gerente general de la División Ventanas, Ricardo Weishaupt; la presidenta del Sindicato N° 1, Andrea Cruces, y el vicepresidente del sindicato de Turnados, Juan Peña, fueron los oradores en la ceremonia, en la que los protagonistas fueron los trabajadores y trabajadoras. Entre los invitados estuvieron las ministras de Minería, Marcela Hernando, y de Medio Ambiente, Maisa Rojas, así como subsecretarios, parlamentarios(as); el director nacional de Sernageomin, Pablo Aguilera; los alcaldes de Puchuncaví, Marcos Morales, y de Quintero, Mauricio Carrasco; y otras autoridades regionales y locales.

En varias de las intervenciones se recordó la historia de esta planta construida con los estándares de los años 60 y cuya chimenea, con sus característicos colores blanco y rojo, fue un símbolo de progreso que se plasmó con orgullo en el logo de la Municipalidad de Puchuncaví.




“La empresa no trajo sólo empleos de calidad, sino también desarrollo para la comunidad: entre otras iniciativas sociales, la empresa proporcionó casas a sus trabajadores en Quintero, Puchuncaví, y otras muchas comunas de la Región de Valparaíso, y transformó de manera significativa la economía regional. En estos 58 años, hemos fundido más de 18 millones de toneladas de concentrado, y es un logro que nos debe llenar de orgullo, porque se ha hecho siempre con total apego a la ley”, aseguró el gerente general de la División Ventanas, Ricardo Weishaupt.

Recién en 2005 tanto la fundición como la refinería pasaron de las manos de Enami a Codelco, luego de que las plantas requirieran cuantiosas inversiones para cumplir con las nuevas normativas medioambientales. A pesar de que la cuprífera invirtió US$ 160 millones en infraestructura y nuevas tecnologías y de que la fundición siempre operó dentro de los límites que exigía la normativa, las condiciones de ventilación de la bahía generaron constantes episodios medioambientales que generaron cuestionamientos a todas las empresas de la zona, sin distinción.

“Como directorio, tuvimos que tomar una decisión, luego de escuchar a todos los actores, en este ambiente de incertidumbre y cuestionamientos a la fundición. De todos modos, ya con el tiempo que ha pasado, lo que ha prevalecido es la serenidad de los trabajadores y las trabajadoras, lo que valoro enormemente, y lo que favoreció que este proceso se desarrollara en paz social”, aseguró Máximo Pacheco.

Su cierre es solo un paso en la descontaminación

En tanto, Matías Asun, Director de Greenpeace, dijo que es una buena y anhelada noticia. «Se trata de una de las principales fuentes de contaminación de nuestra historia, un monumento a la vulneración de derechos por tantas décadas y que hizo tristemente famosa a esta como una zona de sacrificio. Su cierre, sin embargo, es sólo un paso».

«Durante los últimos días hemos visto a cientos de personas necesitar asistencia médica por problemas de salud y respiratorios nuevamente, que dan cuenta del impacto que tanto las centrales termoeléctricas a carbón como las demás fuentes de contaminación de la zona siguen teniendo. Aplicar estrictas medidas de fiscalización y prevención resulta fundamental; en las últimas semanas ya iniciado el invierno han sido escasos los días en que el sistema de monitoreo de las condiciones ambientales no está en rojo; todos los días el aire es irrespirable y la salud está en juego. Todos los días se violan los derechos de quienes habitan en esa zona, y eso sólo va a terminar cuando exista real convicción política para aplicar la ley, se respeten los fallos de la corte suprema, se haga un diagnóstico de la salud de las personas y un listado de los contaminantes a los que están expuestos y se cierren las empresas que están contaminando», dijo Assun.

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