Cambio Climático: Estudio advierte aumento de olas de calor mortales
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Un nuevo estudio realizado por investigadores del Instituto de Decisiones Ambientales de ETH Zurich alerta sobre la creciente frecuencia y peligro de olas de calor mortales en Europa y en todo el mundo. Estas conclusiones resaltan la urgencia de abordar el impacto del cambio climático en la salud pública y la necesidad de tomar medidas proactivas para prevenir tragedias futuras.
Las olas de calor, como las que estamos presenciando en la actualidad, representan un riesgo significativo para diversos grupos vulnerables, incluidos los ancianos, los enfermos y los menos privilegiados. Un ejemplo doloroso es la ola de calor que afectó a Europa en 2003, elevando las temperaturas a 47.5 grados Celsius y cobrando la vida de entre 45 mil y 70 mil personas en cuestión de semanas. Esta catástrofe natural dejó a su paso bosques devastados, cosechas perdidas y hospitales desbordados.
El estudio, publicado en la revista Nature Communications, revela que el público aún subestima los riesgos asociados con las olas de calor relacionadas con el cambio climático, a pesar de las consecuencias devastadoras que estas pueden tener. Además, advierte que eventos como la ola de calor de 2003 podrían volverse más comunes en los próximos años.
Los investigadores, en colaboración con epidemiólogos de todo el mundo, recopilaron datos desde 2013 sobre la mortalidad relacionada con el calor en 748 ciudades y comunidades de 47 países. Utilizando esta información, establecieron la relación entre la temperatura diaria promedio y el exceso de mortalidad en cada región, identificando la temperatura óptima donde los efectos son mínimos.
El estudio subraya que no todas las temperaturas tienen el mismo impacto en términos de mortalidad. Factores como la aclimatación fisiológica, los comportamientos locales, la planificación urbana, la demografía y el sistema de salud influyen en la respuesta de cada comunidad. Por ejemplo, la misma temperatura puede afectar drásticamente a poblaciones en diferentes áreas, como Atenas y Zurich.
Las conclusiones del estudio son preocupantes. Los investigadores han notado un marcado aumento en el riesgo de olas de calor con alta mortalidad en las últimas dos décadas. Lo que solía considerarse un evento extremo que ocurría una vez por siglo, como la ola de calor de 2003, se espera que se repita cada 10 a 20 años.
Las áreas identificadas como particularmente vulnerables incluyen las costas de Estados Unidos, América Latina y Asia, así como el Mediterráneo y el Medio Oriente. Incluso en escenarios moderados, un verano caluroso podría vincularse con hasta el 10% de las muertes en una nación.
En resumen, el estudio resalta la urgente necesidad de tomar medidas para mitigar los efectos devastadores de las olas de calor mortales. Además, insta a la sociedad y a los gobiernos a reconocer la importancia de adaptarse al cambio climático y de implementar medidas que reduzcan los riesgos para la salud pública en un futuro cada vez más incierto.