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Advierte Pedro Sánchez sobre extrema derecha previo a investidura

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En uno de los debates más crispados de la historia reciente, el aspirante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a la relección como presidente del gobierno, Pedro Sánchez, defendió su candidatura para “levantar un muro” frente a la amenaza de la derecha y la extrema derecha. Sánchez además defendió la ley general de amnistía como una “vía para superar la fractura, el odio y la discordia” en Cataluña. El líder de la oposición, el conservador Alberto Núñez Feijóo, replicó que el futuro gobierno provocará más división en el país y provocará el enfrentamiento entre ciudadanos, además de tildar de “delirio” el discurso del aspirante a presidir el gobierno.

El primer día de un debate de investidura estuvo marcado por la fractura social y política en España, dividida en dos grandes bloques al parecer irreconciliables. La investidura culminará este jueves, tras la votación de los diputados, que si no hay sorpresas aprobará por 179 votos a favor, que significan la representación de más de 12 millones 500 votantes, de la investidura de Sánchez para presidir el país los próximos cuatro años. Y en la que hay un bloque de partidos de diversas ideologías y tendencias: el PSOE, con 121 diputados; la coalición de 15 partidos de izquierdas, Sumar, en el que también está Podemos, con 31 escaños; los dos partidos catalanistas, cada uno con siete diputados: Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya (JxCat); los dos partidos independentistas vascos: EH-Bildu y el Partido Nacionalista Vasco (PNV), el Bloque Nacionalista Galego (BNG) y Coalición Canaria (CC).

 

El socialista Pedro Sánchez inició el debate con un discurso en el que presentó su programa de gobierno, si bien se centró más en advertir de las “amenazas” de la “extrema derecha” y de ideologías que defiende “el club de Trump, Orban, Le Pen y Abascal”, en referencia al líder de Vox, Santiago Abascal, quien durante su intervención acusó al presidente del gobierno de “dar un golpe de Estado” y lo comparó con “Hitler” para, acto seguido, él y toda su bancada de diputados, que suman 33 y son la tercera fuerza del Parlamento, abandonaron el hemiciclo para encabezar las protestas en la calle contra la investidura.

Sánchez se reservó casi el final de su intervención para abordar el polémico asunto de la ley de amnistía, que ha provocado un cisma social y política con las fuerzas de la derecha y que suscitado reacciones en contra de diversos sectores y estamentos, como el de los jueces. Así que Sánchez, además de reconocer que es una ley que “puede no gustar a mucha gente” es también una “vía para la fractura, el odio y la discordia”, además de defender su plena constitucionalidad. Y se presentó como un “dique de contención democrático” frente a la “agenda reaccionaria” que representan la dupla PP-Vox.




El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, protagonizó el cara a cara más duro de la primera parte del debate, tras recordarle a Sánchez y a varios de los todavía ministros del gobierno sus palabras en los últimos meses, cuando se oponían frontalmente a una ley de amnistía como la que ahora pretenden aprobar. Además, Núñez Feijóo advirtió que “la amnistía no mejora la convivencia porque si lo fuera la habrían aprobado hace cinco años. No la mejora, sino que la aplasta, divide al país en dos, liquida el principio de igualdad y permite que cuestiones que afectan al futuro de España y a la soberanía nacional la vigilen mediadores”.

Después de la réplica de Sánchez a Núñez Feijóo, tomó la palabra el líder de Vox, Abascal, quien insistió en su idea de que se estaba perpetrando un golpe de Estado hasta el punto de que la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, lo invitó a retirar ese calificativo o en caso contrario, ella mismo lo eliminaría del diario de sesiones. El líder de la extrema derecha respondió que “tanto es así que estamos frente a un golpe de Estado que no se respeta en derecho a la libertad de expresión de los diputados”. Al terminar su intervención, él y todo su grupo abandonaron el hemiciclo sin esperar a la réplica de Sánchez, pero antes lanzó una advertencia: “Si las protestas contra la amnistía se tornase en una revuelta violenta, ¿con qué legitimidad se podría impedir que rodeasen este mismo parlamento?” A continuación se fue con sus diputados a encabezar las concentraciones de simpatizantes y militantes de extrema derecha en las inmediaciones del Congreso y de la sede del PSOE en Madrid, en las que los ánimos están cada día más caldeados.

El debate continuó con la intervención de la líder de Sumar, Yolanda Díaz, también vicepresidenta segunda del gobierno y que formará parte del futuro gabinete, en la que insistió en la agenda social y de reforma fiscal de la coalición de izquierdas, con un mensaje a los “más ricos” para que paguen más impuestos. La sesión de investidura continuará este jueves con debates con el resto de los grupos parlamentarios y con la decisiva votación, en la que se prevé que salga elegido en el primer intento el actual mandatario español.

Por Armando G. Tejeda

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Corresponsal de La Jornada en Madrid

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