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El veredicto condenatorio del subcomisario Leonel Alejandro Contreras por el asesinato de Valeria Vivanco

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Este 17 de noviembre, el Sexto Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago emitió un veredicto que estremeció la percepción de justicia en la comunidad. Leonel Alejandro Contreras Canales fue declarado culpable por el delito consumado de homicidio simple, un suceso que desencadenó un cúmulo de preguntas sobre el uso de la fuerza y la responsabilidad en el ejercicio de la ley.

Los detalles del incidente del 13 de junio de 2021, en la comuna de La Granja, pintan un cuadro desgarrador. Los funcionarios de la Brigada de Homicidios Metropolitana de la Policía de Investigaciones (PDI) se encontraban realizando diligencias cuando avistaron un automóvil que podría estar vinculado a un crimen en Puente Alto. Lo que siguió fue un intento de control de identidad que desencadenó una serie de eventos trágicos.

El relato oficial señala un momento de tensión extrema: un vehículo intentando huir, armas desenfundadas y, en medio de ese caos, un disparo fatal. La subinspectora Valeria Vivanco Carú, una oficial que cumplía con su deber, resultó herida mortalmente por el disparo efectuado por Contreras Canales.

Los hechos:




El tribunal arribó a la conclusión, más allá de toda duda razonable, que aproximadamente a las 15:30 horas del 13 de junio de 2021, los funcionarios de la Brigada de Homicidios Metropolitana de la Policía de Investigaciones (PDI), subcomisario Felipe Gallardo Araya, subinspectora Valeria Vivanco Carú, la subinspectora María Norambuena Urra y el detective Leonel Alejandro Contreras Canales efectuaban diligencias policiales a bordo de un vehículo, en la comuna de La Granja. Comuna en el cual observaron un automóvil marca Kia, modelo Rio 5, color blanco, tripulado por dos sujetos que podría estar relacionado con un delito de homicidio cometido en la comuna de Puente Alto.

“Ante dicha situación, le efectuaron un seguimiento por varias calles de la comuna hasta que decidieron efectuar un control de identidad a sus ocupantes en la intersección de calle Santo Tomas con Las Parcelas. En dichas circunstancias, el oficial Gallardo que conducía el vehículo, se interpone delante del vehículo que fiscalizarían de forma diagonal, tratando de impedir que dicho automóvil pudiera seguir avanzando. Ante ello, la subinspectora Valeria Vivanco desciende desde el asiento del copiloto en que se encontraba y lo mismo hace el detective Contreras Canales que iba sentado como pasajero tras ella, ambos con sus placas identificatorias y sus armas de servicio desenfundadas y empuñadas, solicitando que los ocupantes del vehículo descendieran para efectuar el control de identidad respectivo. En dichas circunstancias el conductor del vehículo fiscalizado acelera intempestivamente para huir del lugar, momento en el cual sin existir amenaza real o peligro inminente para la seguridad de alguno de los funcionarios policiales o sin que existiera causa o motivo suficiente, el detective Leonel Contreras Canales procedió a efectuar un disparo con su pistola fiscal impactando a la subinspectora Valeria Vivanco Carú, quien resultó lesionada en su zona torácica con entrada y salida de proyectil, lesiones que posteriormente le causaron la muerte”, consigna el acta de deliberación.

La reflexión posterior a este fallo judicial es crucial. ¿En qué momento la aplicación de la ley se convierte en un riesgo para la seguridad de los ciudadanos? ¿Cómo podemos asegurar que el uso de la fuerza esté siempre justificado y sea proporcional a la situación? Este veredicto pone de relieve la importancia de una revisión crítica de los protocolos y entrenamientos policiales para evitar tragedias similares en el futuro.

La justicia debe ser un equilibrio entre la protección de la sociedad y la integridad de quienes hacen cumplir la ley. Este caso deja entrever grietas en ese equilibrio, llamando a una profunda evaluación de los procesos y prácticas dentro de las fuerzas de seguridad.

La fecha de la audiencia de comunicación de la sentencia está marcada en el calendario, pero más allá de este evento, queda la tarea imperativa de analizar y reformar aquellos aspectos que puedan evitar que incidentes como este se repitan.

La esperanza radica en que, a partir de estas tragedias, surja un compromiso más sólido con la justicia, la transparencia y el respeto por la vida, pilares fundamentales para la construcción de una sociedad más segura y justa para todos.

 

 

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  1. Mónica Fernández says:

    Es mucho más grave todavía que el detective haya tratado de inculpar a dos personas inocentes que después fueron dejadas en libertad , y no enfrentar la verdad de lo que le ocurrió. Las investigaciones descubrieron que mentía. En esta clase de policías es imposible confiar. ¿Todos son así?

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