Poder y Política Portada

El hundimiento del Frente Amplio: Entre la falta de liderazgos y la pérdida de convicciones

Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 50 segundos

A poco más de tres años de haber alcanzado La Moneda con una inédita velocidad en la política chilena, el Frente Amplio enfrenta una crisis de identidad y liderazgo que pone en duda su futuro como fuerza transformadora. Así lo plantea el periodista Daniel Matamala en su columna dominical en La Tercera, donde describe el fracaso político del oficialismo y el desmoronamiento del proyecto que alguna vez se propuso cambiar Chile.

El ascenso del Frente Amplio fue meteórico. Desde su irrupción en el movimiento estudiantil de 2011, sus líderes consolidaron una coalición que en menos de una década logró posicionar a Gabriel Boric en la presidencia. Junto a él, figuras como Giorgio Jackson e Izkia Siches representaban la promesa de una nueva generación política, con un programa ambicioso que proponía transformar el modelo económico y social del país. Sin embargo, en solo tres años, esa esperanza se ha desvanecido en un mar de contradicciones y errores estratégicos.

El gobierno del Frente Amplio no solo ha visto fracasar a muchos de sus rostros emblemáticos, sino que también ha renunciado a varias de sus principales banderas de lucha. El programa de gobierno de Apruebo Dignidad prometía terminar con el sistema de AFP y avanzar hacia un modelo de seguridad social distinto, pero la reciente reforma previsional terminó fortaleciendo a las administradoras de fondos privados. De «No + AFP» se pasó a «Sí, + AFP», con celebración incluida, según destaca Matamala.

En otras áreas clave, el Frente Amplio ha abandonado sus principios. En educación, tema central de su surgimiento como movimiento, ha comenzado a ceder en temas como la desmunicipalización y el Crédito con Aval del Estado. En seguridad, pasó de prometer la refundación de las policías y rechazar la militarización de los conflictos sociales a asumir el discurso de la derecha, pero sin la misma convicción. En salud, la propuesta de un sistema universal se diluyó en un salvavidas a las Isapres, permitiéndoles aumentar tarifas para pagar sus deudas en plazos extendidos.




La crisis también se manifiesta en la ausencia de liderazgos dentro del bloque. Figuras como Siches y Jackson quedaron fuera del juego político, y los alcaldes que podrían haber asumido el relevo, como Tomás Vodanovic y Macarena Ripamonti, no están en condiciones de postularse. La posibilidad de una nueva candidatura de Michelle Bachelet fue vista como una tabla de salvación, pero su negativa dejó al oficialismo sin un nombre fuerte para la sucesión presidencial.

Para Matamala, la falta de un candidato viable es la expresión más clara del fracaso del gobierno de Boric. No solo ha perdido apoyo popular y espacio político, sino que ha visto cómo la derecha, especialmente la ultraconservadora, ha ganado terreno. El Frente Amplio, que llegó al poder con un ideario claro y una agenda transformadora, hoy se encuentra desdibujado, sin figuras ni ideas que sostengan su relato original.

El periodista concluye que el problema no es solo la falta de liderazgos, sino el vaciamiento de un proyecto político que, en solo tres años, ha pasado de la renovación y la esperanza a la incertidumbre y la confusión. En un escenario donde la ciudadanía ya no reconoce sus principios fundacionales, el Frente Amplio enfrenta su mayor desafío: demostrar que aún tiene algo en lo que creer.

Fuente: La Tercera

 



Related Posts

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *