
Narco en uniforme: el alarmante avance del crimen organizado en las Fuerzas Armadas chilenas
Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 45 segundos
El reciente descubrimiento de un intento de traslado de droga por parte de funcionarios de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) no es un hecho aislado, sino un nuevo capítulo en una cadena de episodios que revelan un fenómeno inquietante: la penetración del narcotráfico en instituciones armadas del país. Con cinco efectivos detenidos en Iquique tras ser sorprendidos intentando transportar una sustancia ilícita en un vuelo institucional hacia Santiago, las alarmas vuelven a sonar con fuerza.
Según informó la FACh este 5 de julio, el hallazgo fue posible gracias a los “reforzados controles de seguridad” aplicados en la Iª Brigada Aérea. La sustancia prohibida habría sido detectada durante una inspección rutinaria previa al embarque. De inmediato se activaron protocolos internos y se notificó a la Fiscalía de Aviación, que ahora encabeza la investigación.
La institución no tardó en emitir un comunicado donde asegura un “rechazo categórico” a estas prácticas y reafirma su compromiso con la probidad y la disciplina militar. Sin embargo, más allá de las declaraciones, los hechos son graves, por decir lo menos. Este episodio, lejos de ser anecdótico, se suma a otra operación reciente que involucró a seis suboficiales del Ejército, también en Iquique, sorprendidos trasladando 192 kilos de cocaína desde la frontera con Bolivia hacia Santiago.
El ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, no dudó en calificar ese hecho como “el más grave que se ha enfrentado desde el punto de vista de la Seguridad Pública en el último tiempo”. La gravedad no reside solo en el volumen de droga incautada —avaluada en más de tres millones de dólares—, sino en la evidencia de que redes criminales han logrado infiltrarse en cuerpos jerarquizados y armados, cuya misión es precisamente resguardar las fronteras y la soberanía nacional.
El término “narcomilitares”, adoptado tanto por autoridades como por medios de comunicación, refleja la magnitud del problema. La fiscal regional de Tarapacá, Trinidad Steinert, reveló que la operación contra los suboficiales del Ejército se originó gracias a una denuncia interna, un dato que podría ser leído como señal de que los controles aún funcionan en ciertos niveles. Sin embargo, la pregunta inevitable es hasta qué punto las Fuerzas Armadas están blindadas —o vulnerables— frente al poder corruptor del narcotráfico.
Un punto de inflexión para la seguridad nacional
Para el Gobierno, estos casos representan una línea roja. “Toda la evidencia comparada demuestra que cuando las organizaciones criminales logran penetrar una institución armada, la descomposición del aparato estatal es una amenaza real”, advirtió Cordero, evocando experiencias en otros países latinoamericanos donde el narcotráfico ha corroído hasta las estructuras de defensa y seguridad.
El norte de Chile, donde ocurrieron ambos casos, se ha transformado en un punto crítico. La cercanía con las fronteras de Perú y Bolivia —principales rutas del narcotráfico— expone a las unidades desplegadas en la zona a constantes tentaciones y riesgos de corrupción. Los controles internos anunciados por la FACh y el Ejército son bienvenidos, pero pueden ser insuficientes si no se abordan las causas estructurales: salarios bajos, falta de supervisión efectiva y una cultura institucional que históricamente ha resistido el escrutinio civil.
Alexandre says:
Nada nuevo. Lo que las »autoridades » de la Fach llaman pudicamete « substancias ilícitas « son cocaina y otros yerbas de ese tipo. El tráfico de drogas cobro vigencia durante la dictadura, amparado y protegido por la dina, quién lo utilizaba para financiar presupestos de personal y funcionamiento. Desde entonces siguen activos.
Nestor R. Marin Tobar, Ph.D Agricultural Science, Expert in Rural Development and Renewable Energy. says:
No dudemos de la capacidad de nuestras autoridades para poner atajo a estos dos casos de los sub-oficiales de la FACH. El narco trafico envueltos con ellos ha sido una situacion de extremo cuidado y muy peligroso, situacion que pone a trabajar a todo motor para aplicar el maximo rigor de la ley. El fierro hay que golpearlo cuando esta en ascua, un dicho muy antiguo y muy cierto. La investigacion que se esta llevando a cabo, debe ser intensificada con la maxima capacidad que posee el gobierno, no dar tregua en absoluto a esta investigacion y las sanciones que se van a plicar a los culpables. Que grave problema de las fuerzas armadas, que se estan aprovechando de este gobierno debil en cuestion de sopesar estas situaciones de corrupcion y crimenes.
IBAN SÁNCHEZ MATUS says:
Chuta que vamos mal en nuestro Chile…cada dia una novedad mas profunda…cada dia una kagita más grande.- Miren Uds.ahora ya van dos casos de Miembros de las FF.AA involucrado en trafico de drogas coludidos con Narcos…¿ No son ellos acaso los garantes de la LEY.- Que podemos esperar…que por contagio directo TODAS LAS MANZANAS SE PUDRAN y nos iremos a la chuña…. Claro diran,como tenemos tantos privilegios…hasta si nos pillen nos darán una cagita de condena….Esto sin vislumbrar lo que se teje en el bajo fondo…ésto e ssssólo un botón…y para limpiar a la imagen..la SUPERIORIDAD no han dicho ni chuz ni muz…calladitos, a ver si pasamos piola….INcreible a lo que estamos llegando….quien le pone el cascabelito a los gatitos.-
Patricio Serendero says:
Todos los militares no culpables que están sirviendo en Iquique deberían ser transferidos a Punta Arenas a continuar su servicio allí. Los otros, los culpables las más pesadas penas de cárcel y luego expulsión de la institución militar.
Felipe Portales says:
El problema que puede constatarse es mucho más grave. Prácticamente todos los días surgen evidencias de que la corrupción propia de nuestro modelo económico neoliberal extremo impuesto por la dictadura; y posteriormente legitimado, consolidado y profundizado por la «centro-izquierda», se ha extendido ya al conjunto de las instituciones del país y se está expresando en el comportamiento de cada vez más personas. Ha llegado a un punto de naturalización que esperemos que todavía pueda ser frenado; aunque es muy difícil cuando vemos que se ha hecho ya desembozado en varias de las más altas autoridades de nuestro país…