Crónicas de un país anormal

Pablo Guedes amenaza con retirar a Brasil del Mercosur

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El superministro brasileño Pablo Guedes, declaró:”El Mercosur es un vínculo para abrir la economía, si Kirchner asume y quiere cerrar la economía, nosotros salimos del Mercosur…Brasil no necesita de Argentina para crecer”. Su patrón, Jair Bolsonaro, afirmó: “Argentina está sumergida en el caos, porque delincuentes de izquierda comenzaron a volver al poder…” Bolsonaro no tiene ni idea de economía, menos de política, y no entiende que el candidato a la presidencia no es lo mismo que Cristina Kirchner. Fernández calificó a Bolsonaro de “racista, misógino  y violento”.

 

Pablo Guedes es un Chicago Boys, (fue compañero de los becarios chilenos en la Universidad de Chicago), cuyo modelo es la política económica llevada por Augusto Pinochet. Bolsonaro y su ministro “estrella” están encabezando la campaña del terror con el fin de tratar de convencer a los electores argentinos de que si gana la dupla Fernández, este país se va a convertir en una Venezuela. Los electores, afortunadamente, no son tan tontos como creen los líderes de la derecha, y sólo estos terminan creyendo en sus cuentos terroríficos.

 

No es la primera vez que Guedes profiere estas amenazas, pues lo había hecho antes, pues privilegia el camino de su modelo chileno.

 

Las relaciones comerciales entre Brasil y Argentina, las dos grandes potencias de América del Sur, han tenido distintos avatares, sin embargo, no pueden vivir el uno sin el otro.




 

En 1865-1870 estos dos países aliados junto con Uruguay formaron la Triple Alianza; en ese tiempo el jefe de Estado brasilero era el emperador Pedro II; en Argentina, el Presidente Bartolomé Mitre. La Triple Alianza declaró la guerra a Paraguay, gobernada por el Presidente Solano López. En este conflicto armado murió el 90% de la población joven paraguaya.

 

Entre los años 40 y 50 del siglo XX gobernaron en Argentina Juan Domingo Perón, y en Brasil Getulio Vargas, y si bien nunca se encontraron personalmente, ambos se profesaban mutua admiración. Se cree que el suicidio de Vargas influyó en la decisión  de Perón de asilarse en el Barco Paraguay y, de esta manera, evitar el derramamiento de sangre en la “revolución libertadora”.

 

Los gobiernos de Vargas y Perón integraron  las clases populares a la sociedad sobre la base de políticas sociales avanzadas. (Ambos gobernaron en forma autoritaria). A los historiadores derechistas les encanta clasificarlos como populistas, término que sirve para “el fregado y el lavado” y que lo aplican a todo gobierno progresista. El gran proyecto de estos dos gobiernos  era el ABC (Argentina, Brasil y Chile; este último país estaba gobernado por el general “de la esperanza”,  Carlos Ibáñez del Campo).

 

En el Congreso chileno se temía que Argentina dominara a Chile, y se creó una Comisión investigadora para determinar la influencia de la penetración del Justicialismo en Chile. María de la Cruz era la líder del Ibañismo y fue elegida por Santiago con una amplia mayoría. El Frente Opositor, conformado por los partidos tradicionales – desde conservadores a socialistas <los comunistas por aquella época estaban fuera de la ley> – destituyó a María de La Cruz, acusada de contrabando de relojes, que provenían de Argentina.

 

El periodista y escritor Alejandro Magnet, publicó el libro Nuestros vecinos Justicialistas,  (Editorial del Pacífico), obra en que denuncia la penetración del peronismo en Chile.

 

Por esa época, Carlos Ibáñez del Campo recibió a su amigo Juan Domingo Perón en medio de una apoteósica manifestación.

 

En el retorno a la democracia  los mandatarios de ambos países, Raúl Alfonsín y José Sarney, (Argentina y Brasil), en reunión en Foz de Iguazú,  firmaron la Declaración de Foz de Iguazú, que anticipó la creación  del Mercosur.

 

En la ciudad de Asunción, Paraguay, en 1991 Fernando Collor de Melo, Carlos Menem, Andrés Rodríguez y Luis Alberto Lacalle, (de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), firmaron el Acta de Constitución del Mercosur, “bebé que fue bautizado despertando grandes esperanzas por parte de sus padres y padrinos, pues se creía que se iniciaba la unión de la “patria grande”, bajo el modelo de la Unión  Europea.

 

Con Cristina Fernández y Dilma Rousseff sumando el gobierno de Tabaré Vásquez, el Mercosur adquirió carácter de unidad política, ocasión en que fueron invitados también los gobiernos de Hugo Chávez, de Venezuela, (posteriormente fue expulsado), y de Bolivia, con Evo Morales.

 

Hoy, los dos grandes socios del Mercosur  tienen gobiernos de derecha, (Macri y Bolsonaro), y el único gobierno de izquierda que resta en  esa Institución es el de Tabaré Vásquez.

 

El Mercosur no ha cumplido con las esperanzas que despertó con su creación: está muy lejos de ser un mercado común y sus integrantes se imponen mutuamente impuestos en sus fronteras, por ejemplo, la política antidoping llevada a cabo por Argentina respecto a Brasil; por otra  parte, los conflictos entre Argentina y Uruguay respecto de las papeleras. (El ex Presidente José Mujica, con muy mala leche y a  micrófono abierto, dijo alguna vez que “tratar con Cristina era mucho más difícil que con el “turnio”), y el problema del papel se agudizó.

 

El modelo de Bolsonaro es Donald Trump. Ambos ganaron las elecciones presidenciales gracias al apoyo de los evangélicos sionistas, lo cual explica que Estados Unidos y Brasil hayan trasladado sus embajadas a Jerusalén; Bolsonaro ha declarado en varias oportunidades que privilegia el comercio con Estados Unidos e Israel que con los demás países de la región.

 

A pesar de  las amenazas del gobierno brasilero, ambos países están unidos en un matrimonio indisoluble por el cual los dos ganan. Hoy aparece la posibilidad, luego de 20 años de tratativas, de celebrar un Convenio entre la Unión  Europea y el Mercosur, que abarcará gran parte del comercio mundial.

 

El Chicago Boys, Pablo Guedes, no las tiene todas consigo, por ejemplo, en el caso de las relaciones comerciales con China que este dogmático  neoliberal rechazaba, fue corregido por el sector de los militares en el gobierno haciéndole ver que China era una de los principales socios comerciales de Brasil. En el gobierno de Bolsonaro coexisten tres sectores: los evangelistas, los militares y los Chicago Boys, y no siempre gana un sector entre ellos.

 

Bibliografía

Alfredo Jalife Evangelistas, Sionistas y el sionismo

¿Qué viene para Brasil

Bolsonaro ¿Más Pinochet que  Trump?

Bolsonaro  entrega Brasil a Trump y Netanyahu

El evangelismo Brasilero al servicio de Trump y Israel   

Nota no confundir Sionismo con Israelita, Semita en su mayoría Árabes y judíos sefarditas (hablan español antiguo) Espinoza fue uno de ellos (Muchos sionistas son Jázaros indoarios venidos del centro  de Asia La religión judía)

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

18/08/2019

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