Crónicas de un país anormal

Argentina: ¿para qué sirven los debates previos a las elecciones presidenciales?

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En Argentina, tanto para las Pasos, (primarias), como para los debates presidenciales, la participación de los candidatos es obligatoria por ley de la República. Los foros no sirven para motivar y convencer a los indecisos pues, en la mayoría de los casos, sólo confirman la opción previa del telespectador, y los participantes se limitan exclusivamente a mantener a sus fieles previamente conquistados.

 

El caso del foro entre Richard Nixon y John F. Kennedy constituye una excepción a la regla, que sólo se explica por las condiciones de la época, (por ejemplo, apenas aparecía la televisión): Kennedy, joven talentoso y apuesto, el día anterior al debate concurrió a la playa con el fin de que su piel mostrara un vistoso tono cobrizo, mientras que Nixon, un político tradicional, dedicó este día a preparar su intervención. Nixon comenzó a transpirar, (como lo mostraban las cámaras), mientras que Kennedy se mostraba natural, espontáneo y asertivo. En la transmisión radial ganó Nixon, y Kennedy en la televisiva.

 

El foro argentino estaba muy planificado por el Consejo Electoral: dejaba muy poco espacio para el diálogo entre los candidatos que, sumado a misma disposición de los postulantes a La Casa Rosada, evitaba todo riesgo de entrar en debates polémicos.

 

El Presidente, Mauricio Macri, con una diferencia de menos 15 puntos respecto al candidato Albero Fernández, y con una gestión catastrófica,                que ha significado para Argentina un cuasi-default, (2.000 puntos de riesgo país), 50% de pobres, 58% anual de inflación, (6% de inflación en el mes de septiembre que, sumada al mes de octubre se llegaría a un 10%), no tenía muchas posibilidades argumentativas para defenderse, y sólo le restaba encontrar el milagro de que su rival cometiera algún error que lo enviara a la lona.




 

Alberto Fernández tenía todo a su favor en este primer foro, y lo aprovechó bien: comenzó con un golpe de efecto, (hay que recordar que los foros son televisivos, por consiguiente, existe el show), y logró que en la primera fila estuviera sentado el candidato peronista en las elecciones de 2015 contra Macri, Daniel Scioli, y agregó que Macri no había hecho más anunciar promesas falsas, (en efecto, Macri había asegurado, durante aquello foro, que en su gobierno terminaría, por ejemplo, con la pobreza y, en consecuencia, Scioli había dicho la verdad al criticarlo).

 

De ahí en adelante el escenario fue para Alberto Fernández, quien enrostró a Macri que sus amigos habían llevado a sus propios bolsillos 30 de los 38 millones de dólares solicitados como préstamo al FMI, y agregó, además, que Macri, como hijito de papá, no tenía idea de la realidad, mucho menos de los padecimientos del argentino común, y que, en general, su gestión económica era, a toda vista, un verdadero desastre, (no hay que ser especialista para probar este aserto).

 

Casi noqueado, Macri buscó un respiro al acusar a Fernández de usar el “dedo autoritario”, rememorando el Kirchnerismo. La verdad es que este argumento torpe y baladí servía para contentar a los anti-cristinitas, que forman parte del capital electoral de Macri que, a pesar de ser el peor Presidente de Argentina, mantiene aún un milagroso tercio del electorado.

 

En las encuestas post debate el 60% considera que fue ganado por Alberto Fernández, y sólo un 38% para el actual Presidente, que aspira a la reelección.

 

Al final del foro, la mayoría de los candidatos se levantó para saludar a Alberto Fernández, dejando al Macri de lado, cual “parito feo”, lo cual significa que Macri está perdido y no les interesa su suerte.

 

Los otros cuatro candidatos que participaron del foro sólo estaban presentes porque hay que respetar la igualdad ante la ley: Roberto Lavagna, por ejemplo, pasó desapercibido, pues sólo atinó a manifestar que la miseria en la cual se hallaba gran parte del pueblo argentino, era un atropello a los derechos humanos; el ex cara pintada, y supuesto héroe de las Malvinas, Juan José Gómez Centurión, sólo repitió sus condenas al aborto y defensa de las dos vidas, (como todo militar argentino y tarado, en otra intervención televisada, había defendido a Fortunato  Galttieri); José Luis Espert, predilecto de los vendidos periodistas que, en todas partes están al servicio de los patrones de los medios de comunicación, afirmaban que se había lucido al plantear la matrícula diferenciada en las universidades gratuitas.

 

La intervención de estos últimos cuatro candidatos dio cuenta de que están, incluso, más a la derecha que Macri: un militar golpista, Gómez Centurión, y un anarco-liberal fanático, Espert.

 

Con un tercio del electorado no es raro que Macri tenga la capacidad de llenar las plazas de provincia, así como el Obelisco, el próximo fin de semana, con motivo del cierre de la campaña. En la derrota que se aproxima, Macri; Elisa Carió y Miguel Pichetto, (candidato a vicepresidente de la república), se han dedicado a pregonar insensateces.

 

Mauricio Macri, por su parte, contó un chiste que manifiesta su clasismo y machismo: aseveró que el populismo era “pan para hoy y hambre para mañana”, y lo comparó con un marido que entregaba a su mujer la tarjeta de crédito y que ella la disfrutaba hasta agotar con el capital, terminando hasta con la pérdida de la casa. Cristina Fernández, ni tonta ni perezosa, hizo uso del twiter calificando a Macri de macho chulo, (proxeneta).

 

Elisa Carrió fue más allá de su jefe y mentor, Macri, al expresar, muy suelta de cuerpo, que “si no fuera gorda sería puta”; Miguel Ángel Pichetto, ex jefe de bancada de los peronistas y “converso” a la derecha, emitió epítetos despectivos en contra de los curas villeros (curas obreros de las villas miseria). El mismo Macri, en el foro se refirió Kisilof, (del grupo de los Fernández), candidato y seguro ganador como gobernador de Buenos Aires, como “facilitador” de la pedagogía del narcotráfico.

 

El argumento predilecto de la derecha es la “Argentinazuela”, (lo fue en Chile durante la campaña de Sebastián Piñera para su segundo mandato con el “Chilezuela”), y es tan evidente que ninguno de estos dos países jamás serán Venezuela, la lógica de este eslogan terrorífico carece de toda validez.

 

En el próximo foro, de seguro, Macri lo aprovechará para colocar en la palestra a la candidata a la vicepresidencia, Cristina Fernández, quien pasó desapercibida en el primero, sin embargo, la cantinela de que la Señora K domina a Alberto Fernández ya nadie se la cree, pues ha demostradlo ser un político experimentado y con dotes de estadista.

 

 

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

17/10/2019



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