Guerra ruso ucraniana Portada

Occidente se quema con el fuego nuclear. 9 de mayo en Moscú día crítico, según prensa EEUU; y Lula y el Papa ironizan sobre Zelensky y la OTAN

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El filósofo francés Alain Badiou predijo en libros y conferencias desde el 2016, la cruenta y brutal guerra que actualmente azota a Europa, con su secuela de deterioro de las condiciones de vida para las clases populares del mundo entero en los meses venideros. La pandemia de Covid no hizo más que atrasar esta conflagración centrada por el momento en territorio ruso-ucraniano. Pero la realidad muestra que la irracionalidad guerrera de las elites occidentales podría extenderse y derivar en catástrofe nuclear. Y así poner en peligro de extinción total a la humanidad, y no solo a algunas especies animales y a la biodiversidad amenazadas por el calentamiento global agudizado por el productivismo extractivista.

Según Badiou, la guerra mundial no solo iba a desencadenarse debido a las contradicciones inherentes a la globalización capitalista, a la voracidad energética del sistema y al afán de control de mercados, así como también por el choque de intereses de las potencias occidentales con el Estado ruso o chino, todos armados hasta los dientes en un marco de pugnas fronterizas y de autonomías heredades después de la caída del bloque soviético, sino que la opción bélica se impondría por la ausencia para los pueblos de una alternativa real de salida de los sistemas de “democracias parlamentarias capitalistas” en crisis. En la misma conferencia, en la ciudad de Los Angeles, ante la comunidad académica universitaria norteamericana, la noche del triunfo de Trump, Badiou insistía en que la incapacidad de las elites políticas de los partidos tradicionales para gobernar era uno de los factores determinantes del estado actual de cosas en el mundo. Las elites políticas, militares y económicas, ambas con altos ingresos: bien gracias…vámonos de guerra.

 

EL ANIVERSARIO DE LA GRAN GUERRA PATRIOTICA EN MOSCÚ Y LOS TAMBORES DE GUERRA DE EE.UU.

El 9 de Mayo próximo se conmemora en Moscú la Gran Guerra Patriótica en la que la URSS venció al nazismo y permitió el triunfo de los aliados. Y justo este jueves 5 de mayo, el influyente periódico “liberal” The New York Times reveló que, según fuentes anónimas, algo que era más que un rumor: “Estados Unidos ha proporcionado información sobre las unidades rusas que ha permitido a los ucranianos apuntar y matar a muchos de los generales rusos que han muerto en acción en la guerra de Ucrania, según altos funcionarios estadounidenses. Funcionarios ucranianos dijeron que han matado aproximadamente a 12 generales rusos en el frente, un número que ha asombrado a los analistas militares”. Y The New York Times agrega en su nota: “La administración Biden también está suministrando armamento nuevo que debería mejorar la capacidad de Ucrania para apuntar a los altos rangos rusos. La versión más pequeña del dron Switchblade, que está llegando ahora al campo de batalla, puede utilizarse para identificar y matar a soldados individuales, y podría acabar con un general sentado en un vehículo o dando órdenes en un frente”.

De manera evidente el diario estadounidense alimentaba la tesis de que la administración Biden se ha transformado en co-beligerante. Y claro, es el lado peligroso de este conflicto que otros países europeos miembros de la OTAN querrían evitar. Y en esta guerra informativa y de la desinformación para construir percepciones, al día siguiente de publicada la citada información (viernes 6 de mayo), el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de EE.UU. la juzgó “irresponsable” y el Pentágono desmintió entregar informaciones a Ucrania con el objetivo de apuntar para matar a militares de alto rango cercanos al frente, tal como lo había afirmado el New York Times el día anterior.“Es cierto que Estados Unidos está proporcionando a Kiev información de inteligencia para ayudar a los ucranianos a defender su país», dijo el portavoz del Pentágono, John Kirby. Sin embargo, añadió, «no proporcionamos información sobre la ubicación de los altos mandos militares en el campo de batalla, ni participamos en las decisiones sobre objetivos que toman los militares ucranianos».




Pero es sabido que la información proporcionada por Estados Unidos ayudó a Ucrania a hundir el crucero ruso Moskva, dijo el jueves 28 de abril la cadena estadounidense NBC.

En el artículo del NYT arriba citado, el periódico sostenía que: “Aumentan los temores de una guerra ampliada. Con el ejército ruso todavía en apuros, los funcionarios occidentales miran con mayor alarma la festividad del Día de la Victoria en Rusia, el 9 de mayo. Crece la ansiedad de que el presidente Vladimir V. Putin aproveche la celebración del triunfo soviético sobre los nazis para intensificar los ataques y declarar formalmente la guerra.”

Y sin embargo, el mismo general Mark A. Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, dijo el martes pasado a un panel del Senado: «Hay una cantidad significativa de inteligencia que fluye a Ucrania desde Estados Unidos«, «Hemos abierto las vías«.

Ya el secretario de Defensa Lloyd J. Austin III, le había echado bencina al fuego cuando llegó a decir el mes pasado que «queremos ver a Rusia debilitada hasta el punto de que no pueda hacer el tipo de cosas que ha hecho al invadir Ucrania«. En la reunión de autoridades occidentales implicadas, en la base militar estadounidense de Ramstein, la semana pasada en Alemania, el mismo Austin insistió dos veces en el “nosotros” (un lapsus según periodistas franceses), en lugar de nombrar a Ucrania, como protagonista directo del enfrentamiento bélico con los rusos. Hay entonces elementos reales de base para que la designación de los EE.UU como país co-beligerante pueda ser invocada por el Kremlin. Esta es una cuestión de percepción del desarrollo de la guerra que escapa a una definición legal, pues depende de la “amenaza existencial” que sea invocada por Rusia y el círculo estrecho de Putin. Es el temor de algunos círculos en Washington, y como puede verse de la misma redacción del The New York Times. Que la administración Biden esté jugando con el fuego nuclear en lugar de empujar a Zelensky, las derechas y los oligarcas ucranianos a negociar en serio con Moscú.

En su artículo acerca de la guerra del jueves 5 de mayo, el mismo periódico norteamericano de referencia de las elites cultas de la costa Este de EE.UU había publicado un reportaje dónde explicaba que la conducción rusa de la guerra había evitado hasta el momento que el conflicto derivara hacia un enfrentamiento mayor con los EEUU-OTAN. La guerra de Rusia ha sido brutal, pero Putin ha mostrado cierta moderación. ¿Por qué?”, se preguntaba al New York Times. Y este se explayaba: “Los funcionarios occidentales están debatiendo sobre los cálculos del Kremlin al no intentar con más fuerza detener los envíos de armas en Ucrania. Los analistas se preguntan si se avecina una mayor movilización por parte de Moscú. Pero, en silencio, algunos analistas militares y funcionarios occidentales se preguntan por qué el ataque no ha sido aún peor. Rusia podría haber atacado las vías férreas, las carreteras y los puentes ucranianos de forma más agresiva para intentar frenar el flujo de armas occidentales hacia el frente. Podría haber bombardeado más infraestructuras alrededor de la capital, Kiev, para dificultar la visita de los líderes occidentales al presidente Volodymyr Zelensky en muestra de unidad y determinación. Y podría hacer mucho más para infligir dolor a Occidente, ya sea mediante ciberataques, sabotajes o más cortes de las exportaciones de energía a Europa. ¿Cómo es posible que después que la ayuda militar de EEUU con información precisa para mandar a 12 generales rusos a la tumba, Putín se muestre moderado? Así martillaba el mismísimo New York Times.

La tesis subyacente coincide con la de los analistas europeos que señala que Putin – lejos de ser un “loco” como lo afirman los propagandistas al servicio de la propaganda anti rusa y entre otros el periodista Daniel Matamala de CNN en una columna en La Tercera –  no decide solo sino que además juega un rol de moderador en el curso de la guerra entre el ala dura y la blanda del círculo de políticos y estrategas del Estado Mayor ruso.

 

LULA CRITICA A EE.UU. A LA OTAN Y A ZELENSKY

Para no ser menos, y no por azar, el influyente semanario Time (el de las portadas con imagen de un personaje clave, esta vez con Lula) presentaba este jueves 5 de mayo una entrevista al expresidente brasileño Lula que llevaba por título: “El presidente más popular de Brasil regresa del exilio político con la promesa de salvar a la nación”. Allí Luiz Inacio Lula da Silva le expresaba a la redactora de TIME Ciara Nugent, en la sede de São Paulo de su Partido de los Trabajadores (PT) que: “Putin no debería haber invadido Ucrania. Pero no sólo Putin es culpable. Estados Unidos y la Unión Europea también son culpables. ¿Cuál fue el motivo de la invasión de Ucrania? ¿LA OTAN? Entonces los EE.UU. y Europa deberían haber dicho: «Ucrania no entrará en la OTAN». Eso habría resuelto el problema. ¿Cree que la amenaza de la entrada de Ucrania en la OTAN fue la verdadera razón de Rusia para invadirla? pregunta la periodista. Lula responde: “Ese es el argumento que esgrimen. Si tienen uno secreto, no lo sabemos. La otra cuestión era la adhesión de Ucrania a la U.E. Los europeos podrían haber dicho: ‘No, ahora no es el momento de que Ucrania se una a la U.E., esperaremos’. No tenían que fomentar la confrontación. No, no lo hicieron. Las conversaciones fueron muy escasas. Si quieres la paz, tienes que tener paciencia. Podrían haberse sentado en una mesa de negociación durante 10, 15, 20 días, un mes entero, intentando encontrar una solución. Creo que el diálogo sólo funciona cuando se toma en serio […] Creo que el problema es que si no se intenta, no se arreglan las cosas. Y hay que intentarlo. A veces me preocupa. Me preocupé mucho, cuando ahora, a veces, me siento a ver al Presidente de Ucrania hablando en la televisión, siendo aplaudido, recibiendo una ovación de todos los parlamentarios [europeos]. Este tipo es tan responsable como Putin de la guerra. Porque en la guerra no hay un solo culpable […] Este presidente de Ucrania podría haber dicho: «Vamos, dejemos de hablar de este asunto de la OTAN, de la adhesión a la U.E. por un tiempo. Discutamos un poco más primero». Y Lula agrega: “No conozco al presidente de Ucrania. Pero su comportamiento es un poco extraño. Parece que forma parte del espectáculo, se cree la guinda de la torta. Está en la televisión mañana, tarde y noche. Está en el parlamento del Reino Unido, en el parlamento alemán, en el parlamento francés, en el parlamento italiano, como si estuviera haciendo una campaña política. Debería estar en la mesa de negociaciones”.

Y el Papa Francisco, por su parte, esta semana en el semanario italiano Corriere Della Sera se hizo eco de algunas de las quejas de Moscú sobre las causas de la guerra, mencionando «los ladridos de la OTAN a las puertas de Rusia», que podrían haber provocado que los dirigentes rusos «reaccionaran mal y desencadenasen el conflicto», «un enfado -añadió en la entrevista con el diario italiano- que no sé si fue provocado, pero quizá sí facilitado».

 

Por Leopoldo Lavín Mujica

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