Nuestra Región Latinoamericana

Desbloqueo al pueblo de Cuba sin condiciones ideológicas

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Acaban de aparecer los resultados de una votación sobre el término del bloqueo a Cuba 2 votos para el rechazo (Estados Unidos e Israel), 3 abstenciones (Colombia, Brasil y Ucrania) y 184 a favor, entre éstos Chile. Podríamos pensar que tanto Colombia como Brasil podrían modificar sus posiciones a favor del desbloqueo.

Independiente de este resultado la comunidad latinoamericana debería tomar una decisión más decidida de solidaridad con el pueblo cubano. Si es que compartiéramos este anhelo de desbloquear a Cuba, país víctima de Estados Unidos desde la Guerra Fría, curioso debido a que ésta se supone que terminó hace ya algunas décadas.

Uno de los puntos novedosos del borrador constitucional chileno que se rechazó hace un par de meses traía una formulación que señalaba que nuestro Estado tendría una relación prioritaria con los países de América Latina, recuperando los ideales bolivarianos, bilbainos, martianos y mistralianos, etc. Esta pretensión que incumbe a la solidaridad continental es un anhelo que sobrepasa las fronteras rígidas de los Estado Nación fundados en nacionalismos dañinos de nuestro ser americano.

Contamos con un texto actual de derrotas a los gobiernos de derecha encabezados por emprendedores corruptos, delfines de Aznar, que se habían instalado aprovechando el escepticismo y relativismo político, en complicidad con los medios de comunicación convencionales, esos que se venden al capital de los oligarcas. Esta situación propicia instalar una estrategia política «progresista» apartada del gatopardismo para fortalecer una agenda renovadora de las alianzas que permitan un paradigma de consenso hacia una nueva construcción geopolítica. La experiencia de Lula, las buenas intenciones de AMLO y los desafíos para Petro y Boric, podrían ser la fuente para generar los lineamientos para los nuevos tiempos.




El desbloqueo de Cuba por una parte viene a ser la posibilidad para saldar la deuda pendiente con este pueblo, pero también es una oportunidad para unificar un discurso y praxis transformadora contundente. Un bloque latinoamericano debe asumir un protagonismo para el inicio de las relaciones internacionales con el Estado de Cuba. Hay que establecer relaciones diplomáticas y políticas que permitan fortalecer la solidaridad de nuestros pueblos, de ahí que también sea necesario la recuperación del diálogo con el Gobierno de Venezuela, asegurando relaciones de simetría entre nuestros Estados.

Una política transformadora exige el diálogo profundo para la construcción de un bloque geopolítico que nos fortalezca frente al peligro que son las oligarquías y las amenazas imperialistas de la dominación. Nuestros pueblos siguen madurando en la toma de conciencia de sus males políticos, nuestras instituciones deben estar a la altura de estos anhelos populares que siguen en la lucha por la dignidad.

 

Por Alex Ibarra Peña



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  1. Serafín Rodríguez says:

    Es bien triste y duro decirlo pero el problema de los cubanos es que están sometidos a un doble bloqueo, el externo y el interno. El día que se termine el bloqueo externo, lo más probable es que sea el pricipio del fin del régimen cubano . Que en mas de 60 años Cuba no haya desarrollado una industria alimentaria con cooperativas agrarias y avícolas para darle de comer a la población es realmente incomprensible. Y esto no se le puede achacar a EE.UU. El país, rodeado de mar, tampoco tiene una industria pesquera, ni siquiera a nivel artesanal por el bloqueo interno, para que no se le vaya la gente. El hecho es que Cuba nunca diversificó su economía y, para colmo, hoy importa azúcar de remolacha de Francia. La economía cubana se sostiene hoy básicamente por el turismo y servicios asociados, incluido el de la prostitución, como en los tiempos de Batista. Cuando la pandemia congeló el turismo, la gente salió a las calles a protestar porque todo se le hizo más difícil y bien sabemos cuál fue la respuesta del régimen. Hoy todo tiende a volver a «la normalidad». Cuba no es ningún paraíso y no todo es responsabilidad del bloqueo externo. Además, hay un alto grado de hipocrecía en torno al bloqeo externo pues los países que lo votan en contra en la ONU no plantean ningún plan conjunto para superarlo. Gritan en la Asamblea General pero no hacen nada ante las posibles sanciones que les pueda imponer EE.UU.

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