
Primarias: A quien votar y a quien botar
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Uno de los beneficios que en el modo de hablar hemos adquirido quienes salimos al exilio a países donde no se habla español, ha sido que, al aprender otros idiomas—en el caso canadiense, inglés y francés—hemos podido asimilar que la “b” (be larga, la llamamos en Chile) y la “v” (ve corta o, como la llaman los españoles, “uve”) se pronuncian de modo diferente. Tanto en inglés como en francés eso es bien claro. Por alguna razón que los lingüistas podrán explicar mejor, en nuestra lengua la distinción entre esas dos letras se ha perdido, eso, aunque en principio, en este idioma esa diferencia también existe, la “b” se debería pronunciar con los labios juntos de allí que se la llame “be labial” mientras la “v” se pronunciaría con los dientes superiores oprimiendo el labio inferior (ve dental o labiodental).
Sirva este breve preámbulo para apuntar a que ciertamente, aunque por esa anomalía del habla castellana “votar” y “botar” puedan sonar igual, sus respectivos significados son muy diferentes. Pero atención, también pueden prestarse para algunos juegos de palabras: ¿estaremos decidiendo este domingo entre alguien que puede darle un “voto de confianza” al actual modelo económico, aunque con ciertos matices, o por alguien que pueda ayudar a “botar” a la basura al menos los aspectos más oprobiosos del modelo económico neoliberal y de la institucionalidad heredada de la dictadura?
Es quizás curioso hacerse esta pregunta considerando que desde hace por lo menos treinta y cinco años que se viene hablando de lo injusto que es el modelo económico neoliberal a su vez enmarcado por una constitución y un marco legal que fueron impuestos por la dictadura. Sin embargo, aquí estamos: todavía estos temas, resabios inacabados de esos tiempos oscuros, siguen de algún modo penando en el escenario político chileno.
Durante el debate televisivo del domingo pasado con respecto al tema económico, hubo una marcada diferencia entre la propuesta de la candidata comunista Jeannette Jara alentando la demanda interna, con el candidato Gonzalo Winter del Frente Amplio parcialmente de acuerdo con la idea, mientras la candidata Carolina Tohá la desechó de plano, ejemplificando—muy ligeramente—con el modelo de Kirchner en Argentina. Para la candidata del llamado socialismo democrático sería esencialmente el modelo exportador el que mejor conduciría a cumplir las metas de crecimiento económico. Naturalmente cuando reseñamos estos enfoques lo hacemos con relación a sus grandes líneas. En la práctica, ellos siempre pueden contener matices, por lo que no deben considerarse como una suerte de dogmas de fe.
Dicho lo anterior, sin embargo, hay preceptos que por ya larga data han hecho parte del pensamiento y la acción de la izquierda que, si se dejan de lado, entonces tenemos un problema. Uno de esos preceptos tiene que ver con el rol del Estado en la economía. Este no es un punto menor, desde los tiempos del Frente Popular y el gobierno de Pedro Aguirre Cerda el accionar estatal como promotor y en muchas ocasiones como directo emprendedor en la economía fue un punto central de la izquierda e incluso más allá de ella—gobiernos centristas e incluso de derecha mantuvieron en gran medida ese rol, el cual sólo se vino a abandonar y a modo de verdadero remate de gangas, durante la dictadura de Pinochet. Es por lo tanto inquietante que el programa original de Carolina Tohá, la candidata que cuenta con un mayor apoyo de partidos, aunque eso no se traduzca necesariamente en apoyo popular, descarte ese rol.
Otro aspecto central de la izquierda chilena ha sido su solidaridad internacional, especialmente en el marco latinoamericano. En este aspecto la figura de Salvador Allende viene en seguida a la memoria: él se ocupó personalmente de asegurar que los sobrevivientes del destacamento guerrillero de Che Guevara en Bolivia pudieran salir sanos y salvos; luego, ya siendo presidente y en un momento interno complicado, facilitó la salida de ex combatientes de la guerrilla del ERP desde Argentina. De más está decir que el apoyo cubano al gobierno de Allende y luego del golpe, a numerosos chilenos—especialmente socialistas—que encontraron refugio en la isla, son ejemplares muestras de una solidaridad que, por lo demás, había sido recíproca. Desde el intento de invasión en 1961 cuando siendo jóvenes salimos a la calle a apoyar al gobierno de Fidel Castro, hasta cuando en tiempos más complicados para el gobierno de La Habana desde diversos puntos del exilio compartíamos nuestros momentos con los representantes del “régimen cubano”, como lo llaman quienes ahora quieren restarle legitimidad.
A veces de modo provocativo incluso, la candidata Tohá, bajo el pretexto de los derechos humanos (que para algunos sirven para un barrido y un fregado) ha atacado innecesariamente a Cuba, así como a Venezuela y Nicaragua. Esto nos hace dudar sobre sus verdaderas intenciones, sobre todo que en esas mismas intervenciones no ha mencionado violaciones a derechos humanos más cerca, en Perú y Ecuador, por parte de gobiernos de derecha. ¿Es de fiar esta señora? Por cierto, algunos harán mención de que se trata nada menos que de la hija de uno de los más ilustres colaboradores del presidente Allende. José Tohá, quien ya no siendo ministro ese 11 de septiembre, fue hasta La Moneda para acompañar a su amigo el presidente en ese difícil momento. Su gesto solidario le significó prisión en Isla Dawson y eventualmente ser asesinado. No obstante, y como ya se ha dicho muchas veces, el genio se salta una generación. También parece saltarse las cualidades éticas ya que ella era una figura importante del Partido Por la Democracia (PPD), cuando esa formación política solicitó y recibió fondos de SQM la empresa controlada nada menos que por el ex yerno de Pinochet.
La candidatura de la ex Ministra del Interior tuvo también un impacto negativo al interior del Partido Socialista, el que originalmente, en cumplimiento de una resolución de su Congreso, había designado a Paulina Vodanovic como su candidata. A los pocos días y bajo presión de algunas figuras del partido, los “barones”, parlamentarios o ex dirigentes con cierto poder fáctico en su interior, hicieron bajar de modo poco ceremonioso a la candidata para imponer la figura de la señora Tohá. Movida esta última cuyos efectos disgregantes pueden aun estar por venir para el PS. Por de pronto, tanto en Chile como entre la militancia de fuera del país cunde el descontento, algunos como la gente de Montreal ha declarado abiertamente la libertad de acción, en otros lugares reina cierta apatía o han surgido apoyos públicos tanto a Jeannette Jara como a Gonzalo Winter, ambos considerados como más concordantes con los principios y propuestas históricas del socialismo chileno.
Una de las recientes acciones controvertidas de la señora Tohá fueron sus condolencias por el fallecimiento de Rafael Cumsille: “Lamentamos la muerte de Rafael Cumsille, histórico defensor del comercio detallista y las Mipymes. Acompaño a su familia y al mundo emprendedor que hoy pierde a un referente. En un momento como este, refirmamos nuestro compromiso con el comercio, la pequeña y mediana empresa. Pronto presentaremos una propuesta para fortalecer este sector clave para Chile” escribió la candidata Tohá en su cuenta de X. Es difícil creer que ella ignorara que el Sr. Cumsille fue, junto al dirigente camionero León Vilarín, uno de los principales instigadores del golpe militar contra el gobierno de Allende. Como dirigente gremial del comercio entonces orquestó el acaparamiento y sabotaje a la distribución de mercaderías para crear desabastecimiento. Alguien puede argumentar que ante la muerte ya no caben rencillas ni odios anteriores. Sin embargo, si quería demostrar generosidad ante la muerte de quien indirectamente había contribuido a que llegaran al poder los que asesinaron a su padre, bien podría haber enviado un mensaje privado a los familiares del muerto. Políticamente su gesto no le ha traído beneficios: muchos, especialmente quienes sufrieron prisión o exilio, o cuyos familiares fueron asesinados por la dictadura, se han sentido desconcertados u ofendidos por el mensaje de la señora Tohá y si espera que alguien en la derecha aplauda su gesto, puede quedarse allí esperando por mucho tiempo, en ese lado no son muy dados a dar las gracias.
Más allá del resultado de la primaria, tanto la elección presidencial de noviembre como la segunda vuelta, se presentan muy cuesta arriba. Sin embargo, por lo menos sería digno que en esas definiciones quien represente a las fuerzas progresistas sea alguien con los principios éticos y las propuestas de cambio político y social más claras. Algunos argumentan que si la candidata comunista es la ganadora de la primaria eso sería una invitación a la derrota en la elección misma porque el anticomunismo muy acendrado en alguna gente jugaría de maravillas para asegurar la victoria de quienquiera represente a la derecha. Para otros, el candidato del Frente Amplio adolecería de un hándicap de juventud e inexperiencia similar al que habría afectado al actual mandatario. La más madura representante del llamado socialismo democrático sería entonces la carta más efectiva: por su edad tendría mayor experiencia, sus arremetidas contra el Partido Comunista tranquilizan a algunos, su programa aseguraría un gobierno al estilo de Lagos o Aylwin y el capital, tanto el criollo como el externo, no tendrían mucho de qué preocuparse.
Sin embargo, a treinta y cinco años del inicio de esta perpetua transición, cabe preguntarse ¿es que la gente es tan idiota como para tragarse todas esas patrañas a propósito de los comunistas? ¿es que en cambio la gente prefiere que se siga haciendo más de lo mismo sin que haya reales perspectivas de cambio en el país?
Entre “votar” y “botar” hay que apoyar una alternativa a la estructura económica, educativa, cultural y social del Chile actual, que sabemos es insatisfactoria. Votemos entonces por quienes apunten a un cambio real y botemos al tacho de los residuos a quien defienda las viejas recetas que simplemente son administradoras del gastado e injusto modelo neoliberal.
Sergio Martínez (desde Montreal, Canadá)
Patricio Serendero says:
Nuevamente estamos en la disyuntiva del mal menor. Mala justificación sin duda. Pero la realidad, y no nuestros deseos, nos indican que no tenemos izquierda. Debemos decidir entonces que es mejor en este contexto de orfandad. No votar o votar en blanco? Ver como la Derecha va a correr a votar por Tohá como es su juego acostumbrado?
Sin duda, o mejor con muchas dudas, Jara estaría más cerca de la decencia. Porque la señora Tohá es derechamente más de lo mismo. Y nadie quiere eso, excepto los ricos claro.
Me apunto con Sergio Martinez por Jara.
Alejandro says:
V de victoria o B de basura.
Felipe Portales says:
¿Hay alguno de los o las candidatas que se opuso a la adhesión al TPP11; o a la aprobación del tratado con la UE; o al regalo de la mitad del litio a Ponce Lerou; o al salvataje de las Isapres, regalándoles cerca de mil millones de dólares; o a la consolidación legal de las AFP; o a la militarización de la Araucanía; o al no cumplimiento del fallo de la Justicia española respecto de «Clarín»?…
alfredo kirkwood says:
nica por la suche rastrera de la familia pinochet