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Tohá en picada: campaña del terror contra Jara revela nerviosismo en la socialdemocracia

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Desplazada en las encuestas por la candidata del PC, Carolina Tohá endurece su discurso y apela al anticomunismo para intentar frenar la arremetida de Jeannette Jara en las primarias del 29 de junio.

La escena política de este jueves confirmó lo que ya se venía rumoreando hace días en el oficialismo: el comando de Carolina Tohá entró en modo pánico. Con una candidatura que no prende en los barrios populares, sin entusiasmo ciudadano y con la amenaza real de una derrota en las primarias de Unidad por Chile, la carta del Socialismo Democrático decidió tomar el camino más viejo de la política chilena: el del anticomunismo.

Durante esta semana, Tohá y su equipo han lanzado una ofensiva comunicacional agresiva contra Jeannette Jara, la candidata del Partido Comunista, Acción Humanista, la Izquierda Cristiana e independientes. Lo que comenzó como una disputa política legítima entre dos proyectos del oficialismo, terminó convertida en una campaña del miedo, con ataques directos a Jara por su militancia comunista y una retórica alarmista que recuerda los peores fantasmas del pasado.

En entrevista con Mega, la exministra del Interior fue clara: “No soy partidaria de que el PC gobierne el país”, dijo, para luego añadir que lo mejor sería que el progresismo esté encabezado por el sector que ella representa. Más que una opinión, sus declaraciones se alinean con una minuta que circula entre sus voceros, donde se afirma que la pelea “es con el PC” y que, de ganar Jara, “gana la derecha”.




La paradoja no puede ser más evidente: una candidata del progresismo que se presenta como la única opción viable para enfrentar a la derecha… atacando a la izquierda con los mismos argumentos de la derecha.

Desesperación con logo

La ofensiva de Tohá no se ha quedado solo en los medios. En redes sociales, su campaña ha activado una maquinaria publicitaria agresiva, con mensajes pagados, tendencias artificiales como #VotaToha y propaganda impresa en comunas como Providencia, Las Condes y Ñuñoa, donde históricamente gana la derecha. Según analistas, esta estrategia apunta a que votantes conservadores participen en las primarias del oficialismo para impedir que Jara —percibida como una figura más conectada con el mundo popular— gane la nominación.

“Hay ansiedad, hay temor a perder”, reconoció sin rodeos el senador comunista Daniel Núñez. Y desde el Frente Amplio, el secretario ejecutivo Simón Ramírez advirtió que Tohá “ha perdido adhesión” y que su candidatura “está estancada”.

Incluso en su propia coalición hay malestar. Dirigentes del Partido Socialista, entre ellos Paulina Vodanovic y Camilo Escalona, cuestionaron el tono y la estrategia del comando, y lamentaron que se esté sacrificando una alianza histórica con el PC en nombre de una carrera presidencial incierta. Algunos alcaldes y concejales socialistas han expresado en privado que se sienten utilizados por una candidatura que no logra representar ni emocionar a las bases.

El fantasma del anticomunismo

La táctica de Carolina Tohá remite a una práctica antigua: el uso del anticomunismo como arma política, un recurso que durante décadas sirvió para disciplinar a la izquierda, dividir al progresismo y bloquear reformas estructurales. Tohá parece revivir ese guion, esta vez no desde la derecha, sino desde el corazón mismo de la ex Concertación.

Frente a esto, Jeannette Jara ha mantenido una campaña serena, centrada en propuestas, territorio y despliegue. Su crecimiento en las encuestas refleja no solo un respaldo a su figura, sino también un rechazo creciente a las formas y el estilo de la candidata de Socialismo Democrático.

En palabras de la diputada Lorena Fries, Tohá “persiste en hacer del conflicto su candidatura”, en lugar de convocar, dialogar o abrirse a un proyecto común. La advertencia es clara: si el progresismo no logra superar sus viejos traumas y apostar por la unidad, la derecha no necesitará hacer nada para volver a gobernar. Le bastará con ver a Tohá haciendo el trabajo por ellos.



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  1. Felipe Portales says:

    Hace ya tiempo que no existe «la» derecha en Chile. Existen dos derechas como lo reconoció en 2002 el ex diputado PS, Sergio Aguiló. La derecha tradicional y la derecha «centro-izquierdista» que bajo sus seis gobiernos, desde 1990, legitimó, consolidó y profundizó el modelo neoliberal impuesto por la dictadura: Privatizaciones a vil precio de servicios públicos y grandes empresas en favor de grandes grupos económicos nacionales y extranjeros; políticas de desindustrialización y de concentrarse en la producción y exportación de materias primas; Plan Laboral; AFP; Isapres; ley minera para desnacionalizar ya más del 70% del cobre y privatizar el litio; fomento de la educación privada con fines de lucro; etc. etc. Y, para más remate, esos gobiernos exterminaron los numerosos diarios y revistas de centro-izquierda que laboriosamente surgieron en dictadura y desmovilizaron las organizaciones sociales y los mismos partidos políticos. ¡Ya hace muchos años que no existen medios masivos de comunicación de centro-izquierda y la organización de base de los partidos de «izquierda», salvo en el PC!…

    • Renato Alvarado Vidal says:

      ¿Diferencia? El disfraz.
      Los candidatos de la derecha en la oposición se disfrazan de demócratas.
      La representante de la derecha en el Gobierno se disfraza de creyente en la justicia social.

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