
Ahora, nostálgica abuela Pamela, tu horizonte de lucha se verá menguado, circunscrito a lo cotidiano. Deslucido. Ajeno al verbo que hizo temblar al Congreso. ¿Recuerdas aquella histórica época cuándo querías volar, cubierta por una túnica, emulando a Cleopatra?














