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Jiles y Jadue dos Jotas con mayúscula

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En el horizonte político, se perfilan dos candidatos de una izquierda que jamás ha claudicado. Pamela Jiles y Daniel Jadue, son Jotas para valorar. Si todavía existe un pellizco de sensatez en quienes alardean de izquierdistas, revolucionarios o progresistas, la diputada y el alcalde de Recoleta, representan aquellas fuerzas dotadas de la dignidad y la rebeldía, que siempre existe en el país. Dignidad y rebeldía, nunca transadas, siempre unidas a la reserva moral de un pueblo combativo. Jiles y Jadue reúnen méritos, trabajo, capacidad política, inteligencia y valor para enfrentar a una oligarquía depredadora. Ladrona desde la cuna, llora miserias, mientras engulle en silencio con voracidad de termitas. Acostumbrada a disfrazarse de abuelita querendona del cuento “Caperucita Roja”, expresa la consabida ternura, dirigida a embaucar. Como es su estilo de vida, jamás olvidan meter las manos en los bolsillos ajenos. Estudian ética para delinquir, lo cual les otorga dignidad. Robar un pan es una vergüenza. Un país, un renombre. Sus candidatos, olor a naftalina y pachulí, sacados del baúl de los recuerdos, jamás abandonan su expresión santurrona. Eternos monaguillos, sacristanes y alcahuetas, que critican al señor obispo, pero comen en su plato. No olvidan a Pinochet su mentor y patriarca, y en cada aniversario de su muerte, lloran y juran defender la Constitución de 1980, donde recurren para mantener disciplinado al pueblo. El látigo, siempre cerca de la mano.

Comienzan con jota, las palabras juventud, justicia, júbilo, juntos y tantas otras, que al ser pronunciadas, adquieren una especial belleza. Pamela Jiles y Daniel Jadue se han alojado en el corazón del pueblo. Son admirados, queridos y la gente les cree. Zarandeados y ninguneados por los envidiosos y esa mediocridad mayoritaria en la política, han logrado sobrevivir y a no callar frente a las injusticias. Ambos conocen de pellejerías, pues provienen de familias luchadoras. Nadie les ha regalado nada. Quien regala es el gobierno, cajitas con alimentos que duran un día. Pamela y Daniel, saben, y lo demuestran a diario, la forma de cómo trabajar bajo presión. Conocen lo que se entiende por solidaridad y se han levantado a medianoche, para cumplir una obligación. Reúnen los atributos para gobernar un país, que día a día se hunde en la ciénaga del descrédito. En tanto, la descomposición crece e involucra al presidente Piñera, sus ministros domesticados y a los partidos lacayos, que a duras penas lo apuntalan. Ahí convergen y se guarecen bajo el mismo alero, los pinochetistas disfrazados de “socialdemócratas”, radicales extraviados y una serie de cofradías, donde milita la gente bien. Algo así, como un guiso hecho con restos de comida, lo que se conoce por salpicón. Los restantes candidatos, con el perdón de este cronista lenguaraz, amigo de las discordias e infundios, sólo es comparsa. Sean de aquí o de allá, los de ahora y los del futuro, ninguno de ellos roza a Jiles y Jadue. Jadue o Jiles, ahora, no mañana, deben definir quién será el candidato de las fuerzas encaminadas al renacer de la patria. Nada de dilataciones, jugar a las escondidas, al corre el anillo u otras argucias de la vieja política. Uno primero, después el otro. Así debe ser el acuerdo y sellarlo en un papiro, escrito con tinta indeleble en presencia del pueblo. Aunque vivimos en emergencia, tendremos la entereza para aguardar la definición. En marzo del 2021 es la fecha tope y se pone como referencia.

La derecha sinvergüenza —es su oficio consuetudinario— sumida en el caos y próxima al desbande, recurre a candidatos del beaterío que apenas si saben expresarse. Está emporcada hasta la médula y la fetidez, recorre el país. Desperdiciar esta oportunidad única, que se ofrece en bandeja de plata, sería el peor error que se puede cometer. No más cuentos de suspenso, del tío, o de hacer consultas al abuelito. Ya nadie cree en promesas trilladas, envueltas en celofán. El tiempo apremia.

 

Por Walter Garib




 

 

 

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Escritor

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  1. Gino Vallega says:

    Un buen par de ciudadanos ,Pamela Jiles y Daniel Jadue , a proponer al 80% como precandidatos a la presidencia de Chile : cualquiera de ellos es mejor que los «apolillados mismos de siempre» que brotan como callampas en las 2 derechas , pero son parte de los «partidos30años» y el 80% arrisca la nariz.
    Deben seguir haciendo méritos ,en particular sus partidos políticos que no han estado a la altura.

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