Debate

La  Lista del Pueblo y Afganistán

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 54 segundos

Chile se está transformando en un país de opereta. A eso nos han llevado los partidos políticos desprestigiados y mentirosos,  y los candidatos que cambian de opinión de un día para otro, como el señor Boric.  Antes  era  otra cosa, los   aspirantes a la presidencia de la República eran gente seria, personas mayores de 50 años, con una larga trayectoria en el servicio público, cuyas ideas políticas eran conocidas por todo el mundo, fueran de izquierda o de derecha. Ahí tienen ustedes a Jorge Alessandri, Eduardo Frei Montalva, Salvador Allende y muchos  otros.

Ahora todo se ha desquiciado. Tenemos a un  presidente de la República que el pueblo está pidiendo  a gritos que se vaya cuanto antes. En plena pandemia y a consecuencia de ella, hay un desplome de la economía mundial, a la cual Chile no va a escapar, y  presagios catastrofistas sobre el cambio climático, que posiblemente haga aumentar el nivel del mar  ¿Y entonces qué va a pasar en esta larga y angosta faja?  Nadie se preocupa mucho de ello, pues ahora lo que importa son las elecciones y cada uno piensa que después de mí, el diluvio. Todos aspiran a ser parlamentarios y por qué no, presidentes de la República,  sin fijarse en que el pueblo  detesta a los parlamentarios que ganan una fortuna injustificada, al lado de millones de seres en la miseria.  Y esa rabia  del pueblo pobre y humillado se transforma en una abstención cada vez mayor, que le quita toda legitimidad a cualquier gobierno o congreso que haya sido elegido por una ínfima minoría.

Y ahora, en el último acto de la opereta, aparece un grupo de desconocidos que sacan más constituyentes que todos los otros. Se trata de la Lista del Pueblo, que ahora es el tema de conversación de tutti cuanti. Porque según  informa una página de internet llamada ExAnte, sin ser desmentida, la Lista  del Pueblo la formaron cuatro personas  (tres hombres y una mujer) que se fueron encontrando de casualidad en la calle. Conversaron y se dieron cuenta de que los cuatro eran bastante de izquierda y estaban contra el neoliberalismo. E  hicieron lo que no se le ha ocurrido a nadie, formaron un grupo llamado Klan Kiltro, abrieron una cuenta en Instagram, una página de Facebook y un canal de Youtube. Después abrieron Twitter y TikTok. Mandaron  montones  de correos con muy poco dinero que pusieron ellos mismos, y al poco tiempo tenían miles de adherentes. Vaya, como no se nos había ocurrido, pienso yo. Todo esto se lo han dicho a ExAnte, al menos es lo que expresa esta página.  Invitaban a los candidatos a constituyentes  que les parecían de izquierda en todas las regiones o pueblos y  en diferentes especialidades: niños, mujeres, jubilados, pueblos originarios,  minorías sexuales, luchadores por el agua y otros. Les ofrecían ayudarlos, asesorarlos, redactarles un programa elaborado  por un profesor universitario muy capaz.  Los candidatos revisaron el programa  que les pareció bien. Es cierto que no se refiere con la debida importancia a la recuperación de nuestras riquezas  públicas  como medio para financiar sus propuestas y programas sociales, pero eso no les importó mucho a los candidatos porque ellos tampoco saben mucho de nuestras riquezas públicas arrebatadas, como el cobre, el litio y otras.

El programa lo adoptaron  muchos de estos candidatos a constituyentes porque eso les facilitaba el trabajo. Así fue como se integraron a la lista del pueblo,  dado que ésta tenía fondos de origen desconocido para promover sus campañas.




Pero muy pronto ocurrió que ante tanta popularidad y vacío político, la independencia de la Lista del Pueblo se vio fuertemente impactada  por las posibilidades parlamentarias y económicas que sus integrantes vieron ante sí. Por lo tanto, el repudio a los partidos y a los parlamentarios que ganan millones  se fue rápidamente a pique.

La  Lista del Pueblo decidió presentar candidatos a  las próximas  elecciones de presidente de la República y parlamentarios.

Le  ofrecieron  la candidatura presidencial a un compañero conocido y de confianza, Cristian Cuevas, de origen obrero y dirigente sindical de gran prestigio y excelente reputación. Pero la Lista del Pueblo, compuesta en un principio por cuatro gatos, apareció repentinamente  con un Comité Central, una Comisión de Ética o algo parecido, y muchos otros órganos  que no se sabe de donde salieron, que  cometieron la descortesía y el abuso  de bajar la candidatura de Cristian Cuevas, lo único bueno que habían hecho hasta ahora. En su lugar  presentaron una lista de tres personas muy conocidas en su casa, para hacer una especie de primaria.

Todo esto sería una chacota  si no fuera porque despierta las peores suspicacias que se le pueden ocurrir a cualquier persona razonable, pues este tipo de intrigas se ha cometido en todo el mundo, ya sabemos cómo y por quiénes. Posiblemente la mayoría de los integrantes de la Lista del Pueblo no tienen idea de que los han usado como peones en una batalla que el neoliberalismo está librando en el mundo para subsistir.  Algunos  más advertidos ya están  abandonado el barco con la debida anticipación. A los demás,  ojala no les  pase lo que está pasando en Afganistán, que tengan que salir rajando para tratar de salvar el prestigio o cosas más importantes.

 

Por Margarita  Labarca Goddard

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  1. Germán+Westphal,+Ph.D. says:

    Buena aclaración la relativa a Cristián Cuevas que hace Guille. Se la agradece! De la misma manera se podría elaborar sobre algunos ex presidentes tales por cuales que menciona Margarita Labarca y que ciertamente le son bien conocidos. Sin embargo nada de ello realmente afecta el tema de fondo de su artículo, la agencia publicitaria conocida por la sigla LDP®. Con todo, lo que todavía falta por determinar es cómo financia sus gastos en la parafernalia que usa en línea, pancartas, banderas, camisetas, etc.

  2. “La historia reciente no debe hacernos olvidar la lucha que los trabajadores chilenos logramos construir a fines de los 90 para acabar con la subcontratación, situación que venía transformándose en un dolor de cabeza para la patronal. En el marco de la segunda vuelta entre Michelle Bachelet y Sebastián Piñera en enero de 2005 se fragua un acuerdo entre el Partido Comunista y la Concertación que contiene entre otros puntos una ley de subcontratación que beneficie el financiamiento de la CUT por un lado, y por otro lado termine con la lucha de los trabajadores en contra de esta nefasta practica de la subcontratación.

    No fue sino hasta 2007, en el marco de las movilizaciones de los sindicatos base de las empresas contratistas que la CTC tomó forma y logró construir el llamado “acuerdo marco” que insistentemente Cristian Cuevas ha llamado al perfeccionamiento cada vez que los trabajadores se levantan contra la discriminación

    Valía la pena entonces un pago de un bono anual que tranquilizara los ánimos de igualdad y no discriminación de los contratistas de Codelco, con alcance nacional legalizando una práctica que se encontraba tímidamente estipulada en el Código laboral, pero que ahora desde el Artículo 183-A en adelante se legalizara y afectara a todos los trabajadores chilenos”

    http://cntchile.blogspot.com/2012/08/acuerdo-marco-codelco-ctc-la-sumision.html

    “Al iniciarse la mal llamada “transición a la democracia” a principios de los noventa, cuando CODELCO producía casi el 80% del concentrado de cobre en Chile, los contratistas de esta empresa estatal no superaban los 3.000 trabajadores, 15 años después, para las movilizaciones del 2005, se fraguó la operación política para legalizar la subcontratación, ya éramos más de 17.000 contratistas en CODELCO, hoy, 22 años después, la propia empresa mandante y la Confederación de Trabajadores del Cobre, CTC, reconocen ¡30.000 contratistas!

    Es decir, hoy en día, cuando CODELCO solo produce el 30% del concentrado de cobre en Chile, la subcontratación ha crecido en casi un 1.000% en la minera estatal, y de paso la subcontratación también se ha instalado en la minería privada, y se ha instalado en todos los ámbitos de la producción, en otras palabras la “ley maldita de subcontratación”, tan aplaudida por la CTC, no solo ha traído perjuicio en esta “rama de la producción”, sino ha sido una maldición para todos los trabajadores en Chile. La intervención de los partidos políticos en el sindicalismo chileno ha traído nefastos resultados para los intereses de los trabajadores y el país.

    Un ejemplo de estos perjudiciales efectos es el Acuerdo MARCO entre la CTC y CODELCO, que implicó que la lucha por ¡Igual trabajo, igual salario! sufriera un duro revés dado que el acuerdo obliga a reconocer la subcontratación, la consigna ¡Fin a la Sub contratación! desapareció de los planteamientos del sindicalismo que se subordina a los partidos políticos. De paso el acuerdo marco obliga a condenar la violencia que sea utilizada por los trabajadores ¡Plop!”
    http://cntchile.blogspot.com/2012/08/la-cut-y-la-ctc-seguiran-siendo.html

    Hoy en día a través de una triangulación entre CODELCO-AGEMA-CTC los trabajadores de empresas contratistas deben firmar un documento para poder recibir un bono anual de 140.000 pesos, el cual pretende legalizar el traspaso de dinero desde la mandante, CODELCO hacia la CTC, a esta maniobra esta última le llama autofinanciamiento, lo cual es todo lo contrario, un nuevo mecanismo de subordinación. O sea EL NEGOCIO de la CTC crece en la medida que crecen la cantidad de subcontratados, pero el negocio es mejor para la patronal, este tipo de empleo es el que se ofrece actualmente y la desigualdad social se acrecienta en Chile. ¡Flor de política sindical!

    https://docs.google.com/file/d/0B0FxbXnJMMGHMWhjV0FUeTlvbHc/edit?pli=1

  3. «Le ofrecieron la candidatura presidencial a un compañero conocido y de confianza, Cristian Cuevas, de origen obrero y dirigente sindical de gran prestigio y excelente reputación»

    Refutación:

    “La historia reciente no debe hacernos olvidar la lucha que los trabajadores chilenos logramos construir a fines de los 90 para acabar con la subcontratación, situación que venía transformándose en un dolor de cabeza para la patronal. En el marco de la segunda vuelta entre Michelle Bachelet y Sebastián Piñera en enero de 2005 se fragua un acuerdo entre el Partido Comunista y la Concertación que contiene entre otros puntos una ley de subcontratación que beneficie el financiamiento de la CUT por un lado, y por otro lado termine con la lucha de los trabajadores en contra de esta nefasta practica de la subcontratación.

    No fue sino hasta 2007, en el marco de las movilizaciones de los sindicatos base de las empresas contratistas que la CTC tomó forma y logró construir el llamado “acuerdo marco” que insistentemente Cristian Cuevas ha llamado al perfeccionamiento cada vez que los trabajadores se levantan contra la discriminación

    Valía la pena entonces un pago de un bono anual que tranquilizara los ánimos de igualdad y no discriminación de los contratistas de Codelco, con alcance nacional legalizando una práctica que se encontraba tímidamente estipulada en el Código laboral, pero que ahora desde el Artículo 183-A en adelante se legalizara y afectara a todos los trabajadores chilenos”

    http://cntchile.blogspot.com/2012/08/acuerdo-marco-codelco-ctc-la-sumision.html

    “Al iniciarse la mal llamada “transición a la democracia” a principios de los noventa, cuando CODELCO producía casi el 80% del concentrado de cobre en Chile, los contratistas de esta empresa estatal no superaban los 3.000 trabajadores, 15 años después, para las movilizaciones del 2005, se fraguó la operación política para legalizar la subcontratación, ya éramos más de 17.000 contratistas en CODELCO, hoy, 22 años después, la propia empresa mandante y la Confederación de Trabajadores del Cobre, CTC, reconocen ¡30.000 contratistas!

    Es decir, hoy en día, cuando CODELCO solo produce el 30% del concentrado de cobre en Chile, la subcontratación ha crecido en casi un 1.000% en la minera estatal, y de paso la subcontratación también se ha instalado en la minería privada, y se ha instalado en todos los ámbitos de la producción, en otras palabras la “ley maldita de subcontratación”, tan aplaudida por la CTC, no solo ha traído perjuicio en esta “rama de la producción”, sino ha sido una maldición para todos los trabajadores en Chile. La intervención de los partidos políticos en el sindicalismo chileno ha traído nefastos resultados para los intereses de los trabajadores y el país.

    Un ejemplo de estos perjudiciales efectos es el Acuerdo MARCO entre la CTC y CODELCO, que implicó que la lucha por ¡Igual trabajo, igual salario! sufriera un duro revés dado que el acuerdo obliga a reconocer la subcontratación, la consigna ¡Fin a la Sub contratación! desapareció de los planteamientos del sindicalismo que se subordina a los partidos políticos. De paso el acuerdo marco obliga a condenar la violencia que sea utilizada por los trabajadores ¡Plop!”
    h
    ttp://cntchile.blogspot.com/2012/08/la-cut-y-la-ctc-seguiran-siendo.html

    Hoy en día a través de una triangulación entre CODELCO-AGEMA-CTC los trabajadores de empresas contratistas deben firmar un documento para poder recibir un bono anual de 140.000 pesos, el cual pretende legalizar el traspaso de dinero desde la mandante, CODELCO hacia la CTC, a esta maniobra esta última le llama autofinanciamiento, lo cual es todo lo contrario, un nuevo mecanismo de subordinación. O sea EL NEGOCIO de la CTC crece en la medida que crecen la cantidad de subcontratados, pero el negocio es mejor para la patronal, este tipo de empleo es el que se ofrece actualmente y la desigualdad social se acrecienta en Chile. ¡Flor de política sindical!

    https://docs.google.com/file/d/0B0FxbXnJMMGHMWhjV0FUeTlvbHc/edit?pli=1

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