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La orden y el aguijón

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Ejecutar una orden conlleva recibir un aguijón. Elías Canetti lo afirma en su libro Masa y Poder, donde se pregunta sobre algo tan viejo como el mundo: la orden.

Canetti observa que recibir órdenes es un acompañante molesto para el ser humano desde la infancia, etapa de la vida que llega a confundirse con el curso de un ordenamiento integral.

Cada orden que se obedece y lleva a cabo deja una huella en el cerebro del ejecutor, el aguijón. Es inmutable, permanece en el tiempo, no se olvida.

Los aguijones se van acumulando en el sujeto, quien ante el descalabro puede intentar una inversión del hecho, aplicando a otros la violencia que habita en su mundo interno.

Un espacio eminente en la existencia de órdenes son los ejércitos, cuya esencia es la disciplina. El soldado, dice Canetti, es “una criatura en extremo curiosa, más figura estereométrica que criatura. Lo que lo caracteriza ante todo es que vive siempre en el estado de espera de órdenes”.

Canetti dice que en los ejércitos conviven dos tipos de disciplina. Una es la manifiesta de las órdenes; la otra es la disciplina de la promoción, de carácter oculto, secreto.

La promoción de grado está directamente relacionada con los aguijones órdenes recibidos, que en el caso del soldado “está claro que deben acumularse de manera francamente monstruosa”.

El soldado saturado de aguijones, dice Canetti, solo tiene una posibilidad de cambiar su espantosa situación: una promoción.

De solo obedecer pasa también a ordenar. “Sus aguijones ahora hacen aparición como órdenes”.

El soldado no está facultado para desprenderse a su capricho de sus aguijones, “pero es puesto en una situación que es precisamente la indicada para ello: debe ordenar”.

Las promociones alivian los efectos de la recepción de aguijones. Se puede ordenar mientras se sigue obedeciendo órdenes, con “la fundada esperanza que uno se deshará de ellos” en el futuro.

“Si se resume este proceso, dice Canetti, puede decirse lo siguiente: la disciplina manifiesta del ejército se expresa en la emisión actual de órdenes; la disciplina secreta consiste en la utilización de aguijones órdenes almacenados”.

(Texto escrito recordando a Franco Vargas y a todos los muchachos que sufren y han sufrido formación militar).

Por Pedro Armendariz

 

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Pedro Armendariz

Periodista

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